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En una reflexión a viva voz, el historiador Enrique Krauze y el narrador Álvaro Uribe, analizaron las singularidades y rasgos que comparten la historiay la literatura.

En el diálogo “Pensar en voz alta”, los dos escritores dieron cuenta de sus maneras de afrontar, uno la historia, y el otro la literatura, y de sus encuentros como lectores y pensadores sobre que ambas se hermanan en la calidad en que se cuentan los hechos.

Anoche, durante la mesa redonda “Letras libres: Pensar en voz alta. Literatura e historia, hermanas diferentes”, celebrada en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el escritor Álvaro Uribe dijo que la literatura es una gemela de la historia aunque no idéntica pero sí gemela de la literatura, particularmente de la narrativa.

“La historia no existe sin estrategias narrativas y el vehículo de la historia es la prosa, y eso nos unifica, puede haber historia en verso, podríamos discutir si la ‘Iliada’ es una historia en verso o no, pero aquellos que queremos escribir una novela, no específicamente una novela histórica, y aquellos que quieren escribir historia tenemos que tener una estrategia narrativa y tenemos que tener cierta conciencia del arte de la prosa”.

Enrique Krauze destacó ese hecho, dijo que hay una hermandad pero no son siamesas como lo manifestó Álvaro Uribe en su disertación, donde afirmó que nacieron del mismo huevo y que por eso “el arte de la prosa nos unifica”.

Krauze señaló: “No son siamesas, pero, en lo que sí se parece la gran literatura, la verdadera literatura, a la gran historia, la verdadera historia es que tienen que estar muy bien escritas, no concibo un historiador que se respete, que sea leído que trascienda, si no es al mismo tiempo un buen escritor.

Ante un público interesado en escuchar las disertaciones de ambos escritores, Álvaro Uribe destacó que en Expediente del atentado y en la biografía que hizo de Federico Gamboa, sus más importantes acercamientos a la historia, lo que él hizo fue adentrarse en los hechos reales, hacer una investigación muy profusa pero contarla desde la narrativa.
“Traté de actuar como historiador pero con trampa y quizá es la única diferencia de las hermanas siamesas, que un mero novelistas pues somos merolicos, somos chismosos, también decía eso que la novela es un chisme teledirigido, como chismoso uno tiene todo el derecho con los datos siempre y cuando los respete”, señaló Uribe.

Krauze por su parte manifestó: “En lo que no son hermanas o nos e parecen mucho es en esto: la historia y la biografía son esclavas de la búsqueda de la verdad objetiva, de la verosimilitud al menos… El historiador ni modo: tiene que hacerse un plan de navegación, ir a las fuentes, cotejar esas fuentes, estar absolutamente ahí; el novelista tiene la inmensa fortuna o desdicha de no tener esa restricción porque la consistencia o la verosimilitud de la narración que hace es interna, es suya, pero no tiene que ver con los hechos”.

Dijo que el historiador tiene un axioma, no puede mentir o tiene que decir la verdad tal como la contó y hacer el esfuerzo absolutamente honesto de hallarla, pero es arte “y allí en el regreso de la historia, donde ya tiene todo el análisis en la mesa y se trata de construir un libro o un ensayo histórico, ahí sí empieza a acercarse a su hermana, ahí empieza el acto de la empatía”.

Fuente:eluniversal.com.mx