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AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

En el marco del brindis por Rosh Hashaná que se realizó en la sede del Congreso Judío Latinoamericano (CJL), el rabino y legislador del PRO en la Ciudad de Buenos Aires, Sergio Bergman, habló con la Agencia Judía de Noticias sobre las cuestiones comunitarias, las instituciones, sus dirigentes, el antisemitismo y el último discurso de la presidenta en las Naciones Unidas.

AJN: ¿Qué significa para usted estar en este brindis?

Sergio Bergman: El Congreso Judío Latinoamericano va asumiendo, de alguna manera, la representatividad y conducción que siempre tuvo pero ahora se destaca más por el hecho de que las instituciones tradicionales de la comunidad judía no tienen la proyección que tiene éste. Parece que hizo un trabajo consolidado que lo demuestra con las presencias y convocatorias que tiene. Eso es muy auspicioso, sobre todo porque necesitamos, en la comunidad judía, que las instituciones hagamos convergencia y sinergia. Es bueno que el CJL convoque y estén presentes la AMIA y la DAIA, que es una representación no sólo comunitaria sino también política, como un lugar de referencia.

AJN: ¿El Congreso Judío Latinoamericano es el que protege la vida judía en Latinoamérica?

SB:Es un tema de estructura. El CJL ha representado liderazgos fuertes, tiene una agenda consistente, un liderazgo profesional estable y una visión global, no se inmiscuye en pequeñas cosas que le nublan la visión de las cosas importantes de la agenda del mundo judío. Es una organización internacional y acá regional. No estamos hablando del congreso judío de Buenos Aires o de Argentina.

El resto de las instituciones no puede salir de sus localismos, de los personalismos y de la falta de representación, que no significa en absoluto no reconocer la labor de los dirigentes de la AMIA y DAIA. Pero nosotros volvemos sobre lo mismo: siempre convocamos a que los miembros de la comunidad judía se hagan socios de AMIA porque representa a los socios de ésta, no a los judíos de la Argentina y en la DAIA pasa lo mismo, son una cantidad de organizadores de segundo grado que a la hora de preguntar quién representa a quien, no tiene solvencia. No quiero que se malinterprete, no es un juicio de valor sobre las personas sino sobre las estructuras y la representación de estas instituciones.

AJN:¿Cuál es su visión sobre el discurso de la presidenta Cristina Fernández en la Asamblea General de la ONU?

SB: Hay dos aspectos que son sumamente positivos a pesar de las malas noticias. Primero, no hay ninguna duda de que se va, porque solamente alguien que se va puede estar oscilando 180 grados sobre lo que dijo el marido (Néstor Kirchner), lo que dijo ella, lo que se desdice y el nivel de contradicción, improvisación y mala praxis de riesgo contingente por no tener política exterior.
Estas acciones catárticas de decir cualquier cosa en cualquier lado no hacen otra cosa que lo que hace el mundo, salvo los que están alimentados del relato o son soldados del Frente para la Victoria, que cada vez son menos o viven de la caja. Nadie puede quedarse conforme con el papelón en la ONU.

AJN: ¿Entonces?

SB: ¿Tendríamos que ser críticos? ¿Pedir una ratificación? ¿A quién le vamos a pedir alguna rectificación si esto no tiene ninguna consistencia?
Lo digo con la injusticia que tiene una comunidad judía que fue bastante alineada y obsecuente con el poder, salvo las últimas manifestaciones que me parecen muy nobles. Así como lo critiqué, yo mismo felicité a Julio Schlosser porque me parece que la DAIA tuvo una posición muy clara y contundente que no se condice con toda su trayectoria y ahora corresponde reconocérselo. No me parece justo que la Presidenta acuse a la comunidad judía de ser un demonio.

Es la misma apelación que utilizaron con Jorge Bergoglio cuando hablaban de que el diablo vestía sotana. Y ahora que está resucitado como Francisco y es Papa todos van al pie, incluso con la camiseta de la Cámpora. Me da la sensación de que, salvando su investidura de Papa, él debe recibir a todos. Teniendo una agenda que supere a esas pequeñas miserias, la buena noticia es que lo que dice Cristina Fernández es totalmente inconsistente y nadie le cree nada, nadie compra ese tipo de discurso.

El otro aspecto tiene que ver con que la Argentina está fuera del mundo y nuestros amigos son Venezuela, China y ahora Rusia. No hay ningún argentino medianamente sensato que crea que eso es un posicionamiento saludable para el país. Y uno se pregunta: ¿Fue esto una mala elección? No, fue un descarte, porque Cristina quiso ser como Merkel, intentó imitar a Dilma y ahora quisiera ser la que ella misma fue, porque lo que terminó siendo no tiene nada que ver con la senadora que conocimos ni con la que condujo y participó en la comisión bicameral por la investigación del atentado. Era alguien que tenía un nivel de oratoria, que no era catártica ni improvisada. Yo creo que era una representante de la política argentina con una calidad en su gestión y en su oratoria que nada tiene que ver con estas manifestaciones de una maestra que levanta el dedo parta darle lecciones al mundo. Degrada a la Argentina porque es la Presidenta de todos nosotros.

Por otro lado diría que el 54% no existe más, que ya fue modificado con la última elección. Las leyes y estas manifestaciones son el último tramo de quien ya sabe que no puede tener continuidad y, en lugar de hacer lo que le convence por tener principios y convicciones, creo que acá hay una intención de destrucción y dejar todo arrasado.

AJN: ¿Está preocupado por la situación a nivel comunitario?

SB: No pensamos igual pero tenemos que estar juntos, ser una comunidad unida y fuerte. Creo que la situación en la Franja de Gaza ha puesto de relieve que todos los que siempre bregamos por el diálogo con los palestinos para la paz tenemos que tener una especial atención en el antisemitismo se ha manifestado como antisionismo y antiisraelismo. El Frente para la Victoria tiene militantes que son funcionarios avalados por este gobierno, que son antisemitas y antisionitas. Creo que aquellos empresarios, dirigentes, simpatizantes del kirchnerismo de la comunidad judía van a tener que repensar cómo se van a posicionar. Ellos son participes y cómplices porque algo que le queda pendiente a la comunidad judía, respecto a la vergüenza que todos sentimos como argentinos, es que el canciller que hoy tenemos no hizo absolutamente nada y eso es una vergüenza.

AJN: ¿Mauricio Macri, va a ser futuro presidente de Argentina?

SB: Sí, estoy absolutamente convencido. Creo que va a ser una muy buena noticia, fundamentalmente porque creo que hay una fatiga en la gente, que busca algo alternativo. No es para hacer reivindicación de Mauricio, ni para plantear que en él están todas las soluciones, pero sí hay una manera de diferenciarlo, de ser parte de la solución y no del problema.

Mi convencimiento no viene por Mauricio y por lo que un gobierno nacional del PRO podría hacer por el país, que es desarrollarlo, incluirlo, gestionarlo, sino porque veo que hay una sincronía entre el crecimiento del partido, como fuerza nacional, y la aceptación de la gente que está buscando algo alternativo y diferente, que no es más de lo mismo. La gente ya se dio cuenta de que tanto Sergio Massa como Daniel Scioli son candidatos potables y vigentes para el electorado argentino, que es parte de la democracia, pero no hay manera de diferenciarlos, los dos vienen de lo mismo. La gente va a tener dos modelos de la misma marca, o tener la opción de tener otra. La única marca diferencial de la política argentina hoy es Mauricio y el PRO.

AJN: ¿Va a jugar políticamente en la Ciudad de Buenos Aires?

SB: Todavía estamos esperando a ver que va a suceder. Creemos que hasta fin de año vamos a tener que ponernos a disposición del plan electoral federal a nivel nacional por que la única prioridad que todos tenemos es trabajar para que lleguemos a la presidencia de Mauricio. Todo lo demás debe estar subordinado.

Fuente:itonga.serversur.com