Klinghoffer-1

LISA E ILSA KLINGHOFFER

El 8 de octubre de 1985, nuestro padre Leon Klinghoffer fue asesinado a los 69 años de edad por secuestradores palestinos a bordo del crucero Achille Lauro. Los terroristas dispararon a su cabeza y empujaron su cuerpo en silla de ruedas por la borda. Su cadáver fue arrastrado a las costas sirias al cabo de unos días.

A partir del 20 de octubre de 2014, un barítono que representa a ¨León Klinghoffer¨ aparece en la Ópera Metropolitana interpretando el ¨Aria del Cuerpo Cayendo¨ mientras se hunde en el mar. Los coros destacan la narrativa judía y palestina de sufrimiento y opresión, presentando de manera selectiva las complejidades del conflicto árabe-israelí.

Los cuatro terroristas que perpetraron el asesinato son humanizados por distinguidos cantantes de ópera con una historia de fondo, una explicación del brutal acto de terror y violencia. El público escucha un examen musical de terrorismo, Holocausto y reivindicaciones palestinas de desposeimiento en menos de tres horas.

Desde que se publicó la decisión de la Met en Nueva York de representar ¨La Muerte de Klinghoffer¨ de John Adams, mucho se ha dicho y escrito sobre nuestro padre. Aquellos que se oponen a la presentación han elevado el asesinato en manos de los terroristas como una forma de martirio. Mientras tanto, los árbitros culturales y críticos de la música perciben su trágica historia como un instrumento para lo que ellos consideran artístico.

Para nosotros, el impacto y mensaje de la ópera es mucho más profundo y personal.

Cuando asistimos al estreno de 1991 en la Academia de Música de Brooklyn, no sabíamos qué esperar ya que nunca fuimos contactados por John Adams o la libretista Alice Goodman. Nos sentíamos desoladas por lo que presenciamos: la explotación del asesinato de nuestro padre como herramienta para fines políticos.

En el transcurso del tiempo, nos hemos decepcionado por cada nueva producción de ¨Klinghoffer¨. La ópera está impregnada de críticas contra Israel, mientras que la escenografía y los materiales de varias producciones sólo refuerzan los prejuicios. Ahora que una nueva producción ha llegado a Nueva York – nuestra propia casa – interpretada por la compañía de opera más prestigiada, resulta sumamente doloroso.

Siempre hemos sido grandes amantes de las artes. Consideramos que ellas pueden contribuir al análisis y comprensión de eventos significativos alrededor del mundo. ¨Klinghoffer¨ es completamente diferente. La ópera presenta equivalencias morales falsas sin contexto ni perspectiva real de las circunstancias históricas y el asesinato sin sentido de un judío americano. Esta obra racionaliza, idealiza y legitimiza el asesinato terrorista de nuestro padre.

Hace mucho tiempo decidimos no permitir que los últimos minutos de la vida de León Klinghoffer determinen quién era él como hombre, esposo y padre. Los patrones de la ópera lo visualizan como victima – él era mucho más que eso.

Nuestro padre era un inventor que amaba trabajar con sus manos. Tras haber sufrido una embolia, utilizaba su buena mano para reparar todo lo necesario. Todos los sábados mis padres vestían con sus mejores atuendos para ir a bailar. La familia y los amigos eran todo para él.

Durante el verano de 1985, nuestros padres tomaron el crucero para celebrar su 36 aniversario en compañía de eternos amigos cuando los terroristas tomaron el barco y anunciaron que habían sido secuestrados, mientras separaban a los judíos de los demás pasajeros.

Los terroristas que asesinaron a León Klinghoffer no se interesaban por el hombre bueno y dulce que era mi padre. Para ellos él era sólo un judío – un americano en silla de ruedas cuya vida no tenía sentido.

A través del tiempo, intentamos que su asesinato no sea olvidado ni explotado en función de otros. Nosotros consideramos que su sufrimiento debe seguir representando un llamado de alerta indicando a la sociedad civilizada los peligros del terrorismo. Desde que sucedió la tragedia, nos dedicamos a educar sobre estos peligros, poniendo rostro a las victimas y sus familias mediante la Fundación León y Marilyn Klinghoffer de la Liga de Anti-Difamación.

Nuestro padre fue una de las primeras victimas americanas del terrorismo de Oriente Medio. Hoy en día, tras la memoria de septiembre 11, la realidad de al-Qaeda y ISIS, así como un sinnúmero de ataques y amenazas, los americanos viven la amenaza del terrorismo día con día.

El terrorismo es irracional, nunca debe ser explicado o justificado. La muerte de civiles inocentes no debe ser malinterpretada como un medio para atraer la atención hacia reclamaciones políticas. Desafortunadamente, ¨La muerte de Klinghoffer¨ hace todo esto y en el proceso, mancha la memoria de nuestro padre.

Lisa e Ilsa Klinghoffer de la ciudad de Nueva York, son co-fundadoras de la Fundación León y Marilyn Klinghoffer de la Liga de Anti-Difamación, junto con Marilyn, su difunta madre. La organización se estableció en 1985 a fin de crear conciencia sobre los males del terrorismo.

Fuente: JTA.

TRADUCCIÓN: ESTI PELED.