ENRIQUE RIVERA PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Habdalá proviene del verbo hebreo Lehavdil, que se traduce comúnmente como separar: en este caso se refiere a la separación entre un día santo, dedicado a D-os, y otro “profano” de la semana.

A la reflexión, al descanso, a la convivencia, se suma el respetar el Shabat, día en que el Creador del Mundo descansó de su obra. Mucho se ha escrito en torno al Shabat, y seguramente, amable lector también usted ha leído mucho acerca del tema. Permítame comentarle una reflexión de hace algunas décadas atrás: “El hombre no es hombre hasta que tiene un día de descanso” y es que eso lo diferencia de la bestia y de los insectos, como las abejas y las hormigas que trabajan sin parar.

Este sábado pasado, 25 de octubre, me parece que fue memorable para más de uno: quién se dio el lujo de asemejarse a un Rey y no trabajar por un día y no estar sujeto a la tiranía del tiempo; quien dejó a un lado sus rutinas acostumbradas, quien permitió descansar a sus abnegados celulares, televisores, videojuegos, etc.

Todos ellos le dieron una probadita al Shabat. En el CDI (Centro Deportivo israelita), se llevó a cabo la ceremonia de Habdalá, donde cientos se dieron cita para hacer un último esfuerzo y cerrar esta jornada que será un parteaguas para muchos.

La orquesta comunitaria Esperanza Azteca, el grupo Klezmerson, pero en especial la voz de los jazanim (cantores) pronunciando las bendiciones, hicieron de un bellísimo evento, al cual según calculos, asistieron 1800 personas.

Enlace Judío tuvo la oportunidad de conversar con varios de los organizadores de este evento que se originó en Sudáfrica en el 2013 y que en este año llegó a 340 ciudades, en 35 países y cuya guía se tradujo a 8 idiomas. Aunado a ello, se dice que su página web obtuvo 14 millones de visitas.

Los organizadores tenían la emoción a flor de la piel y se reflejaba en la voz: hablaron de la unión familiar y comunitaria que se dio en las diferentes sedes que albergaron a los participantes, de la energía que se generó entre ellos y, especialmente, de la unión. Alevaí (ojalá), que este sea el primero de una tradición para la Comunidad Judía de México.

¡Shavúa Tov!