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JEAN MEYER

Sorprende que el cristianismo, en sus diversas Iglesias y asambleas, es la religión más perseguida del mundo.

Acaban de publicar en Francia El libro negro de la condición de los cristianos en el mundo, (Ediciones XO) bajo la dirección, entre otros, de Andrea Riccardi, fundador de Sant’Egidio en Roma. 800 páginas de análisis, reportajes y testimonios por 70 autores de todos los países del mundo. Sobre México, entre varios, el testimonio del obispo de Saltillo, Raúl Vera. Resulta que el cristianismo, en sus diversas iglesias y asambleas, es la religión más perseguida del mundo, algo que deja fría tanto a la opinión mundial como a los mismos cristianos que no sufren persecución en países como el nuestro. México en otros tiempos fue teatro de hostigamiento y hasta persecución de los católicos por parte de gobiernos anticlericales, y de la incipiente minoría protestante por parte de los católicos, pero eso es historia antigua; hoy en día, los cristianos mexicanos amenazados de muerte o asesinados lo son por su militancia caritativa a favor de los migrantes, de las mujeres, de los trabajadores, porque son luchadores sociales, no por su fe.

En muchos países, católicos, ortodoxos, protestantes son perseguidos porque son cristianos. El capítulo más reciente de ese fenómeno se desarrolla en Irak y Siria: amenazados de muerte por el Estado Islámico, autonombrado Califato, huyen en masa. Acuérdense del ultimátum que les puso “el califa Ibrahím” (el jefe Abu Bakú Al Bagdadi), el viernes 18 de julio —el viernes es día de rezo en el Islam—; les dio 24 horas para salir de Mosul, si no querían convertirse al Islam o “perecer por la espada”.

El primero en reaccionar fue el gran rabino de Francia, Haïm Korsia, quien llamó a movilizarse a favor de las “minorías perseguidas del Oriente, más prontamente que cuando ocurrió la Shoah. La situación actual de las minorías religiosas en el mundo, y especialmente en Oriente, entra por desgracia en consonancia con la conmemoración de hoy”. El rabino estaba hablando durante una ceremonia en París a la memoria de las víctimas de la deportación. Precisó que “los cristianos tienen que señalarse con el noûn de la infamia como nuestros padres lo eran con la estrella amarilla”. El carácter árabe noûn lo usan en Irak los islamistas para marcar las casas de los cristianos: “n” como “nazareno” (la palabra nassarah designa a los cristianos en el Corán). Cuando entraron en Mosul, dibujaron la “n” en un círculo, con pintura roja, en cada casa cristiana; al día siguiente, cuando despertaron los cristianos, vieron al lado de la “n” roja, la inscripción “Propiedad del Estado Islámico”, pintada de negro. Luego vino el ultimátum del viernes, inmediatamente después de la oración de la primera hora en las mezquitas… Los cristianos huyeron, abandonando todo, sin esperanza de regreso.

“¿Quién se levantará para las minorías perseguidas del Oriente?” preguntó el gran rabino. “El dolor de la Shoah, de siglos de masacres y persecuciones, ha esculpido en el judaísmo un amor de la humanidad: sí, la barbarie nos afecta. Como francés y como judío, nos afecta doblemente”. Expresó el deseo de “una reacción más pronta de las naciones, de Europa, de Francia, de nuestro mundo atacado en sus raíces, que la que prevalió cuando la Shoah. ¡Ojalá y no lleguemos demasiado tarde!”

En la gran mezquita de París, el portavoz de la comunidad musulmana de Francia habló en el mismo sentido, denunciando la persecución de los cristianos por el Estado Islámico como algo incompatible con el Islam.

“Y sin embargo, hasta ahora, vivíamos bien tranquilos, juntos, cristianos y musulmanes”, cuenta un hombre que no quiere dar su nombre y dice que lo podemos citar como “El Mosoli”, “el hombre de Mosul”. Al final de la entrevista murmura: “¿Cuál hombre no tiene ganas de volver algún día a su tierra?”. Cientos de miles de cristianos tuvieron que dejar una tierra que habitaban sus antepasados, los primeros cristianos, siete siglos antes de la predica de Mahoma…

Investigador del CIDE.
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Fuente:eluniversalmas.com.mx