Prórroga a las negociaciones Irán-G5+1

ESTHER SHABOT

 

El 24 de noviembre era la fecha señalada como límite para que concluyeran con un acuerdo final las negociaciones entre el gobierno de Irán y el grupo de naciones conocido como G5+1 (Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Rusia, China y Alemania). Sin embargo, las intensas jornadas negociadoras celebradas en Viena durante los días anteriores a esa fecha no llegaron a resolver muchos de los desacuerdos que aún gravitan alrededor del tema del desarrollo nuclear iraní y de las sanciones que por ese motivo se han impuesto sobre Teherán. El anuncio fue entonces que las partes están dispuestas a continuar con el proceso y con la meta de que para junio de 2015 queden zanjadas las diferencias notables que aún existen sobre el tema.

No obstante las suspicacias que persisten en el ambiente, muchas son las razones de ambas partes para no romper el diálogo. Para Irán, aún con el levantamiento parcial de algunas de las sanciones que le han afectado, siguen siendo enormemente sofocantes las que continúan operando. La actual baja en los precios del petróleo constituye una carga adicional para el régimen de Rohani, por lo que le hubiera sido enormemente contraproducente romper la dinámica negociadora para abrazar de nuevo la línea dura que prevaleció en los tiempos de su predecesor Ahmadinejad.

Por otra parte, es evidente que en los últimos meses ha aparecido un nuevo factor regional que empuja tanto a Irán como al G5+1 a no claudicar en la resolución de sus desacuerdos: se trata de la emergencia del Estado Islámico o ISIS como enemigo común, cuyos avances por medio de una campaña bélica por demás salvaje se han apoderado de amplias zonas de Irak y Siria. Tales avances apuntan sin duda a una catástrofe mayúscula tanto para la estabilidad regional como para los intereses del propio Irán, de Occidente y de la mayoría de los países árabes, temerosos, con razón, de verse arrasados por la avalancha del ISIS y sus ramificaciones afines que tienden a proliferar en cada una de esas naciones en calidad de temible quinta columna.

En ese contexto, Israel y Arabia Saudita, cuyas suspicacias hacia el desarrollo nuclear iraní y hacia la sinceridad de sus objetivos finales tienen sólidos fundamentos, siguen manifestando su escepticismo y aun su desacuerdo abierto acerca de la pertinencia de continuar con el diálogo y darle oportunidad así a Teherán de ganar tiempo mañosamente. Sin embargo, a la luz de las actuales prioridades emanadas de la peligrosidad del ISIS y de la necesidad del G5+1 de contar con Irán como aliado en el combate contra éste, tales objeciones se observan cada vez más como inoperantes para neutralizar el proyecto de prolongar las negociaciones hasta el verano del próximo año.

Así las cosas y no obstante la incógnita acerca de si verdaderamente Teherán está dispuesto a abandonar su objetivo de hacerse de armas atómicas y a ajustarse a un programa de desarrollo nuclear con fines pacíficos, es un hecho que las condiciones objetivas hoy prevalecientes en el Oriente Medio, tan plagado de fanatismos extremos, hacen improbable e indeseable que renazca el anterior abismo que separaba a Irán de la mayor parte de la comunidad internacional con la que no tuvo por muchos años ni contactos, ni diálogo, ni cooperación alguna. En el balance de los riesgos reales y potenciales que marcan el panorama de lo que hoy ocurre en el Oriente Medio y en el mundo en general, la continuación del diálogo entre Irán y el G5+1 es la menos mala de las opciones a la mano.

 

 

Fuente:excelsior.com.mx

esther shabot: Licenciada en Sociología (Universidad Nacional Autónoma de México, 1980), con especialización en Estudios Judaicos en la Universidad Iberoamericana (1982-1985). Docente en la ENEP Acatlán, UNAM (1984-1994), impartiendo las materias «Medio Oriente en el siglo xx» e «Historia Mundial del siglo xx». Actualmente es profesora en diversas universidades e instituciones educativas mexicanas privadas. Desde 1986 es columnista semanal en el periódico Excélsior donde trata asuntos internacionales. Formó parte del equipo de investigación y redacción del libro documental Imágenes de un encuentro. La presencia judía en México en la primera mitad del siglo xx (1992). Es coautora de Humanismo y cultura judía (1999) y coordinadora de El rostro de la verdad. Testimonios de sobrevivientes del Holocausto en México (2002). Redactora de la entrada sobre «Antisemitismo en México», en Antisemitism: A Historical Encyclo-pedia of Prejudice and Persecution (2005).