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Los viajes, sus autores favoritos y su escritura en fragmentos son apenas algunos de los temas que Margo Glantz abordó en la presentación de su libro Yo también me acuerdo, publicado por la editorial mexicana Sexto Piso.

Es un libro increíblemente valioso dentro de la editorial y dentro de la vasta obra de Margo. Es una especie de autobiografía sui géneris. No es sólo una especie de paseo por su vida mostrando estas profundidades y aproximaciones a la realidad, sino que aparecen de repente reflexiones profundas, poéticas o aspectos cotidianos. De alguna manera, además de ser una especie de retrato, es una representación de cómo funciona la memoria, este agente a veces traicionero que actúa de manera casi independiente de nuestra voluntad y que va poblando de pequeñas estampas, dijo el editor Diego Rabasa al iniciar el encuentro de la escritora y colaboradora de La Jornada con sus lectores en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Este es el segundo libro que Glantz publica con Sexto piso, el primero fue Coronada de moscas.

El escritor Mauricio Montiel fue el encargado de llevar el diálogo con Margo. Los viajes fue uno de los primeros temas de los que se conversó, porque ella es una viajera incansable y lo refleja en esos pequeños fragmentos que conforman Yo también me acuerdo.

La autora habló del fragmento como parte de su estilo de escritura: “Siempre he trabajado con el fragmento y es una de las causas por las que comencé a escribir tarde, porque pensaba que no era válido, porque no eran historias que seguían y terminaban de una manera lógica, sino que escribía pedacitos. A los 28 años era alumna de Agustín Yáñez y le llevé unos textos. Me dijo: ‘Bueno, Margo, son textos interesantes, pero creo que podría escribir mejor’. Pero mis textos no se hilvanan, son como cuentas de un collar, y me di cuenta de que la única forma de unirlas era dejarlas sueltas. Encontré mi modo de escribir. Los escritores que escriben en fragmentos me atraen como un imán”.

Montiel destacó que Margo Glantz ha sido de las escritoras que mejor han abrazado las plataformas digitales, especialmente Twitter. Al respecto, Margo señaló: “Empecé a tuitear cuando ocurrió la primavera árabe, que produjo una revolución importantísima. Era importante para mí explorar esa nueva forma de comunicación, que permitió una eclosión en países que tienen un problema grave frente a la censura.

Me pareció que podía experimentar en Twitter por el hecho de tener que constreñirme a los 140 caracteres, porque eso producía un ejercicio de imaginación my productivo para mi propia escritura, trabajar con una constricción retórica y por medio de eso producir una libertad. Me pareció un reto importantísimo, al grado de que si no tuiteo siento que no desayuné; ya es fundamental para mi vida diaria”.

Fuente: La Jornada