AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

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En el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, el pasado viernes 5 de diciembre, se inauguró la exposición “Los artistas responsables en defensa de la fauna”, organizada por el Grupo Turin y Fundación Cacao México.

La exposición consiste en una colección de huevos de avestruz decorados por artistas destacados, entre ellos varios pertenecientes a la Comunidad Judía de México. Es así que encontramos en la muestra obras de Leonardo Nierman, Brian Nissen, Jeanne Palombo, Moisés Cohen, Bela Gold, entre otros talentos creativos de nuestra colectividad.

A Brian Nissen  le debemos, entre otras obras, “El Mar Rojo”, que engalana una de las paredes del Centro Maguén David. El huevo de avestruz que decoró Nissen ostenta un disco abajo, “en el cual están impresas letras de canciones de amor”. A la vez, un recién nacido sale del cascarón: “Elegí un bebé porque eso es lo que hacen los huevos, dan a nacer criaturas”. “Pintar un huevo de avestruz es muy divertido” expresa el artista.

Moisés Cohen Cohen, también autor de la obra “Maimónides, Águila Magna” considera que pintar sobre el cascaron del avestruz “es una misión sobre lo orgánico del huevo y sobre la naturaleza, una lectura caligráfica que intenta acercarse a formar curvas amables sensuales que la naturaleza nos da”. Fue a partir de su estudio acerca del médico medieval judío y la calidad de su obra que comenzó a trabajar en la caligrafía: “Por medio de ésta nos podemos comunicar con gente de hace miles de años, gente de las cavernas con la cual podemos comunicarnos. Un dibujo, una letra, es caligrafía: tiene un alma muy propia “.

Para Cohen, la participación de los artistas judíos a la exposición es un privilegio:”Creo que hay artistas extraordinarios en México y el hecho que seamos llamados es un reconocimiento al talento judío, de parte de una sociedad que nos ha abierto las puertas desde hace muchos años”.

Leonardo Nierman, a su vez, no se considera un orgullo de la Comunidad judía de México. Según el artista, su pasado es “tan deslumbrante que no me atrevo a pensar en el futuro”. “La pasé muy bien en la vida” dice ” mi mayor logro es que no se me ocurre nadie a quien le tenga envidia”.

Para él, el arte es “una flama eterna, la fama de la sabiduría, la que ilumina todo, lo que necesitas saber para disfrutar el gran regalo de haber nacido, el gran regalo de la vida que te permite caminar a la orilla del mar, ver las estrellas la luna. Enamorarte una y otra vez, caminar al lado del Rio Sena, la música…”

Interrogado  acerca de cuál era su mensaje de vida, citó a Paul Yelin:

“Vivo cerca del mar pero no tengo un yate, ni siquiera tengo una limosina no un helicóptero no un avión, no sufro de enfermedades como gonorrea, sífilis, Sida, ni diabetes… tampoco lepra”

Y concluye: “Ya ves, la felicidad no te lo da lo que tienes sino lo que no tienes. La felicidad me la da todo lo que me rodea y lo que me gusta”.