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SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Las recientes conversaciones del Primer Ministro Netanyahu en Roma incluyeron una reunión secreta con un alto funcionario saudita, muy probablemente el príncipe Bandar, o su hijo el príncipe Khalid. No está claro si Kerry participó en esta reunión, y ni siquiera si tuvo conocimiento de la misma.

Fuentes bien informadas dicen que las conversaciones fueron parte de los esfuerzos para crear un frente Arabia Saudita-Egipto-Jordania coordinado con respecto a Siria e Irán.

El Príncipe Bandar prestó servicio durante muchos años como embajador saudí en Washington. Luego fue designado Jefe de Inteliganecia desde 2012 y hasta el pasado julio, cuando fue sucedido por su hijo Khalid, y ahora funge como enviado especial del rey Abdullah.

El jueves por la mañana un avión escoltado por dos cazas de la IAF fue avistado atravesando Israel. El avión no aterrizó en Ben Gurion, pero cruzó Israel hacia Jordania y Arabia Saudita.

Según el protocolo internacional, tal escolta se da ya sea para una visita de Estado de un jefe de Estado extranjero, o para un avión que transporta a un VIP de un país que normalmente no tiene permiso para entrar en el espacio aéreo israelí, a menos que haya recibido un permiso especial.

Una fuente política altamente informada dijo a Jerusalem Online que Khalid suele llevar a cabo este tipo de misiones. Sin embargo, el hecho de que el funcionario saudí que se reunió con Netanayhu regresara más de 48 horas después de la reunión, sugiere que podría haberse tratado de Bandar, del que se sabe que tiene problemas de salud, por lo que tal vez permaneció en Roma para recibir tratamiento médico.

La Oficina del Primer Ministro no negó las conversaciones. En respuesta a una consulta formal de Jerusalem Online, dijeron que no querían hacer ningún comentario.

Durante más de un año Egipto y Jordania, que tienen relaciones diplomáticas con Israel, han facilitado conversaciones secretas entre Israel y Arabia Saudí a fin de acelerar la inclusión de Israel en el eje anti-islamista (sunitas y chiítas) que han formado estas naciones árabes.

La coordinación entre el eje y los Estados Unidos es parcial, dada la desconfianza de Israel, Arabia Saudita y Egipto hacia el gobierno de Obama. Esta desconfianza fue exacerbada recientemente, tras las revelaciones de que el presidente norteamericano había tratado de hacer un trato ofreciendo a Teherán un acuerdo nuclear muy favorable y el levantamiento de las sanciones a cambio de que Irán enviara fuerzas terrestres para combatir al Estado Islámico.

Fuente: Jerusalem Online
Traducción: Silvia Schnessel