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El Presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas firmó los documentos para adherirse a la Corte Penal Internacional, siendo ésta una iniciativa provocativa que pudiese llevar al enjuiciamiento de oficiales israelíes por presuntos crímenes de guerra y a sanciones por parte de Estados Unidos e Israel.

Esta acción surge luego del rechazo de la resolución palestina en el Consejo de Seguridad que demanda la retirada israelí de Cisjordania y Jerusalem este hasta 2017, como parte de una iniciativa estratégica para el reconocimiento de un Estado palestino en la arena internacional, tras el fracaso de las negociaciones de paz con Israel mediadas por Estados Unidos.

¨Se ha practicado una agresión contra nuestra tierra y nuestro país y el Consejo de Seguridad nos ha decepcionado, ¿ a dónde podemos ir?¨ exclamó Abbas en sus oficinas de Ramala mientras firmaba el Estatuto de Roma, así como otros tratados y convenciones internacionales.

¨Deseamos reclamar a esta organización. Mientras que no exista paz y ésta no sea una prioridad en la región, viviremos en constante conflicto. La causa palestina es el tema principal a resolver.¨

Abbas, cuya popularidad se ha deteriorado desde el conflicto Israel-Hamas del verano, se ha visto presionado por la población y los líderes palestinos para unirse a la corte y denunciar a Israel por su política en los asentamientos y las operaciones militares. A su vez, estas acciones probablemente tengan graves repercusiones para los palestinos, ya que ellos pueden ser acusados por la corte y sancionados por Israel y el Congreso de Estados Unidos.

¨No cabe duda que habrá repercusiones y sanciones económicas inmediatas por parte de los americanos y los israelíes. Esto puede ser el principio del fin de la Autoridad Palestina, y sus líderes lo saben,¨ comentó Khalil Shikaki, Director del Centro Palestino de Política e Investigación Estadística en Ramala.

Una encuesta realizada por el centro en diciembre develó que el 35 por ciento de los palestinos aprueban la política de Abbas, comparado con el 50 por ciento antes de la guerra en Gaza, y si se convocaran elecciones, el presidente sería reemplazado por Hamas. Según, los analistas, ante la reconstrucción de Gaza y las disputas entre Fatah y Hamas pese al pacto de reconciliación, Abbas desea demostrar que es capaz de hacer algo.

¨La Autoridad Palestina debe tomar medidas significativas a fin de recobrar algo de su credibilidad,¨ apuntó Nadia Hijab, Directora Ejecutiva de Al-Shabaka, la Red de Política Palestina.

Abbas firmó los documentos oficiales para adherirse a la Corte Penal Internacional de la Haya tras la conmemoración del 50 aniversario de la fundación de Fatah y la reunión del liderazgo. Ahora los palestinos deben esperar 60 días antes de presentar denuncias ante la corte, un lapso de tiempo en el que Washington puede interferir.

Ante las próximas elecciones en Israel programadas para el 17 de marzo, el Primer Ministro Benjamín Netanyahu y otros políticos israelíes pueden responder enérgicamente por lo que ellos consideran una moción unilateral y agresiva. Este miércoles, Yuval Steinitz, aliado cercano de Netanyahu afirmó que la votación en las Naciones Unidas ¨no es menos peligrosa que los cohetes de Hamas¨ y añadió que el apoyo de Francia y la abstención de Gran Bretaña son dos graves indicios.

La firma de los documentos este miércoles tuvo lugar luego de que en abril los palestinos se unieran a 15 organismos internacionales tras el colapso de las negociaciones de paz con Israel.

Sin embargo, la solicitud para adherirse a la Corte Penal Internacional es más significativa. La corte se fundó en 2002 para denunciar a perpetradores de genocidio, crímenes de guerra y delitos contra la humanidad. Actualmente cuenta con 122 miembros y se ha especializado en los horrores acontecidos en África.

En 2009, los palestinos pidieron a la corte investigar las acciones israelíes durante la Operación Plomo Fundido en Gaza, pero fueron rechazados por no haber recibido el estatus requerido de las Naciones Unidas. En 2012, los palestinos recibieron el estatus de observador no miembro en una votación realizada en la Asamblea General de la ONU.

Traducido por Enlace Judío / Jodi Rudoren, New York Times.