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SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

El senador Lindsey Graham (RS.C.) jura que las conversaciones nucleares iraníes serán “manejadas correctamente” y afirma que Estados Unidos debería aplicar embargo a cualquiera que boicotee a Israel, y nunca darse por vencido en el proceso de paz.

El senador de los Estados Unidos Lindsey Graham (RS.C.) está convencido de que el ciudadano israelí promedio no cree la afirmación de los principales medios de comunicación de que las relaciones entre Israel y los EE.UU. están en declive y que su larga amistad se está desmoronando. Constantemente reitera el firme compromiso de todo el Congreso de Estados Unidos, republicanos y demócratas por igual, con la causa israelí.
Si bien reconoce que ha habido cierta fricción entre la administración y el gobierno de Israel, en su opinión, ese no es el indicador más fuerte de la relación.

“El ancla de la relación Estados Unidos-Israel es el Congreso”, dice Graham, de 59 años.

Según él, nada impide que los EE.UU. apoyen a Israel y paralelamente mantengan conversaciones nucleares con Irán (sin levantar las sanciones), en el esfuerzo por impedir que obtenga armas nucleares. O mientras apoya al Secretario de Estado estadounidense, John Kerry, en sus intentos de reactivar el proceso de paz palestino-israelí. Y no tiene reparos en señalar que “Naciones Unidas no es un buen lugar para Israel cuando se trata del proceso de paz”. El senador realizó estas afirmaciones la misma semana que la ONU rechazó la propuesta de un estado palestino.

Respecto a las relaciones entre Israel y los EE.UU. comentó que “los presidentes van y vienen. La Administración [George HW] Bush del 41 tuvo problemas con las políticas de Israel [lideradas por el entonces primer ministro israelí Yitzhak Shamir] pero, en términos de negocios, el soporte es el Congreso”.

En la entrevista mantenida con Israel Hayom, el senador habló del gran apoyo bipartidista del Congreso hacia Israel, básicamente en dos áreas: en primer lugar, que el proceso de paz no debe pasar a manos de Naciones Unidas. Y en segundo lugar, que las sanciones contra Irán fueron las que llevaron a los iraníes a la mesa de las negociaciones, y que no se levantarán, a menos que haya un acuerdo aceptable para todos.

Junto con el senador Chuck Schumer (D-NY), el senador Graham envió una carta a la administración instándola a vetar cualquier resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que se reciba a partir de ahora en relación al proceso de paz. “Lo último que debemos hacer, dijo, es evitar las negociaciones directas”.

Cuando se trata de ayuda militar, ayuda económica, el Congreso está firmemente del lado de Israel. No hay absolutamente ningún apoyo en ningún segmento de la vida política estadounidense que restrinja la ayuda a Israel. La idea de sancionar a Israel como solución de un problema no cuenta absolutamente con ningún apoyo. Así de rotundo fue el senador.

“El senador Schumer y yo nos planteamos presentar un proyecto de ley de sanciones a Hamás para sancionar a las empresas que negocian con ellos, o a los países que los apoyan, puesto que los vemos como una organización terrorista”. “Durante el reciente conflicto con Hamas en la Franja, pasamos una resolución tras otra apoyando el derecho de Israel a defenderse, aplaudiendo los esfuerzos de Israel para restringir las bajas civiles y condenando los esfuerzos de Hamas por infligir tanta violencia como fuera posible”, afirmó el senador.

Respecto a la necesidad de las negociaciones directas entre Israel y los palestinos, Graham expresó que las iniciativas palestinas para obtener la condición de Estado en las Naciones Unidas sin antes negociar un acuerdo de paz con Israel serán recibidas con mucha resistencia por parte de ambos partidos. “A ambos lados del pasillo hay un gran apoyo para asegurar que se pone sobre aviso a la ONU de que si otorgan la condición de miembro a los palestinos, toda subdivisión de la ONU que los reconozca como estado vería recortada su financiación”. Tal como hicieron con UNESCO.

A pesar de su tono claro y rotundo, el senador Graham siente necesidad de reafirmar: “Sólo quiero que el pueblo israelí sepa que el Congreso lo respalda. Lo cual no significa que sea anti-palestino en absoluto. Estoy a favor de Israel y es mi voluntad ayudar a las personas palestinas en sus ambiciones legítimas”.

También confirma que “habrá mucha oposición bipartidista a cualquier esfuerzo por parte de los palestinos a usar la Corte Penal Internacional de La Haya contra las Fuerzas de Defensa de Israel”.

En opinión de Graham, el conflicto palestino-israelí no es la cuestión clave, el problema más acuciante en este momento es la amenaza nuclear iraní.

“Las ambiciones nucleares iraníes son la mayor amenaza para el mundo en general”, dice. “Israel debe tener la certeza de que el Congreso estará allí de manera apropiada. Les puedo asegurar que el control republicano del Senado y la Cámara presionará con medidas que aseguren que las negociaciones nucleares iraníes son manejadas adecuadamente, que se volverán a imponer las sanciones si los iraníes se retiran de la mesa o si engañan en algún acuerdo”.

Según el New York Times, la Casa Blanca no se compromete a llevar un posible acuerdo con Irán, si es que llega a haberlo, a la aprobación del Congreso. A la pregunta de cuál sería su reacción en caso de que se intentara eludir este paso, el senador Graham explicó que dado que fue el Congreso quien creó las sanciones lo lógico es que requieran su aprobación en caso de que el acuerdo justifique el levantamiento de las sanciones. En su opinión, habrá un voto bipartidista fuerte a favor de la idea de que cualquier acuerdo entre el P5 + 1 [e Irán] debe ir al Congreso antes de levantar las sanciones. “No se me ocurre una decisión más importante que tome el mundo en 2015 que la manera de manejar las ambiciones nucleares de los ayatolás en Irán”, afirmó.

Graham también se pronunció sobre el Estado islámico, al-Qaida y el islamismo radical, a los que considera una amenaza para nuestra forma de vida pero afirma que el mundo árabe también empieza a ver al Islam radical como una amenaza a su propia forma de vida y considera que ahí hay una oportunidad para que Estados Unidos, Europa, Israel y los estados árabes trabajen juntos contra dos enemigos comunes: el Islam radical y las ambiciones nucleares de los ayatolás de Teherán.

Respecto a Irán, dijo que le gustaría ver un fin pacífico a su programa. No es preocupante que los iraníes tengan un programa de energía nuclear con fines pacíficos, pero sí lo es que dispongan de capacidad de enriquecimiento. Quince naciones tienen programas de energía nuclear, pero no enriquecen uranio. Por ello, resulta de suma importancia que cualquier acuerdo con Irán pase antes por el Congreso para su voto y aprobación. Existe el temor de que se repita el caso de Corea del Norte.

La última vez que el mundo trató de regular o controlar las ambiciones nucleares de un régimen canalla fue con Corea del Norte. Tanto republicanos como demócratas compraron la idea de que se podía permitir a los norcoreanos un pequeño programa de enriquecimiento y la ONU controlaría el resultado. Pero no funcionó. Y se salieron con la suya. Hoy en día tienen armas nucleares.

Preguntado si el conflicto palestino-israelí se vería eclipsado por estos temas prioritarios mientras se sigue alegando que los asentamientos son el mayor obstáculo en el camino de la paz, Graham fue claro al afirmar que no se lanzan misiles por culpa de los asentamientos y que las preguntas que habría que responder son, ¿cuál es el origen de la violencia? ¿Cuál es la verdadera razón para que Hamás dispare misiles? El trato tierra por paz no acabó bien cuando se trata de Gaza. A final de cuentas, el origen de la violencia [palestina] es la existencia del Estado judío, no los asentamientos. Graham creo que en la agenda de Hamas no está la solución de dos Estados, sino más bien la solución de un solo Estado.

Pero Europa no parece verlo de esa manera. El antisemitismo está creciendo, en contraste con los EE.UU., donde los judíos no tienen miedo de usar kipá e ir a la sinagoga.

Ese tema lo deja perplejo. La hostilidad europea hacia Israel está creciendo. ¿Cómo se manifestará? Él ve una situación con barreras comerciales no arancelarias. No cree que haya un embargo nivelado explícitamente en contra de Israel, pero puede prever que utilizarán otros medios para aislarlo.

“Creo que en parte se debe a una mayor población musulmana en toda Europa que no ha sido capaz de asimilarse. Los europeos están teniendo dificultades para conseguir que sus poblaciones musulmanas se integren en la sociedad, por lo que una de las maneras más fáciles que tienen para hacer frente a sus problemas nacionales es vencer a Israel”.

Su principal preocupación es ver adónde va esto. Dice que Estados Unidos debe estar listo y dispuesto a hacer retroceder a cualquier nación europea o empresa que practique el embargo de Israel. “Si alguien hace embargo a Israel, se lo haremos a él”, propone.

“Soy categórico en esto. Los valores comunes que comparten los EE.UU. e Israel, y los enemigos comunes que compartimos, nos obligan a levantar la voz y proteger la única democracia en la región. Si Israel fracasa, que Dios nos ayude”.

Graham también se interesa en la política israelí. Antes de las elecciones generales del 17 de marzo en Israel, él intenta analizar las tendencias. Entre otras cosas, habla sobre el primer ministro Benjamín Netanyahu, con quien se reunió esta semana: “Conocí a un hombre muy seguro que entiende la situación y está muy cómodo con su persona y con lo que cree”.

Respecto a las elecciones, Graham dice que no es competencia suya decidir quién gobernará Israel. Su trabajo es ser amigo de Israel de una manera consistente con los intereses de Estados Unidos, porque es en interés estratégico, económico y de seguridad nacional para los Estados Unidos alinearse con Israel.

De todos modos, sabe que la relación no se basa en personalidades sino en valores compartidos y enemigos comunes. El senador Graham se reunió con todos los candidatos potenciales al cargo de primer ministro y a todos les dijo que en breve será el presidente de la cuenta de ayuda extranjera y se comprometió a hacer todo lo posible para asegurar que continúe la asistencia económica que EEUU presta a Israel.

Planteada la hipótesis de que cualquiera de los candidatos con los que se había reunido (Naftali Bennett, Avigdor Lieberman, Isaac Herzog) ocupara el asiento del primer ministro en lugar de Netanyahu, se le preguntó si cree que las relaciones con EEUU cambiarían, a lo que contestó que una de las quejas que le hacen a Obama sus críticos es que no se involucra en el Congreso. No es práctico. La relación no se basa en ir a ver una película juntos, sino en compartir la visión del mundo. Israel es una democracia, y si Estados Unidos no defiende la democracia, ¿quién lo hará?”, dijo.

“La frustración que el presidente pueda tener con el primer ministro, y viceversa, no define la relación. Estas cosas han ocurrido en el pasado, y sucederán en el futuro. Lo que sí puedo decirle al pueblo de Israel es que el Congreso de Estados Unidos está firmemente de su parte”.

“La personalidad de los posibles primeros ministros puede importar hasta cierto punto, pero las ambiciones nucleares de Irán deben ser controladas, y no creo que haya mucha diferencia entre los candidatos respecto a Irán. Todos ven su ambición nuclear como una amenaza existencial para Israel”.

Entre los candidatos, el senador encontró común acuerdo respecto al conflicto palestino-israelí, en que el camino a seguir debe ser el de negociaciones directas, y no permitir que el proceso pase a las Naciones Unidas. En los grandes temas, los líderes están de acuerdo. En su opinión las diferencias de personalidad entre Obama y Netanyahu están siendo exageradas. La relación es fuerte porque “el fundamento es que el pueblo estadounidense, como cuerpo político, respeta, admira y ama a Israel”.

Como especialista en asuntos exteriores, comentó la política exterior de Obama después de seis años en la Casa Blanca, diciendo que él intentó no ser el presidente [George W.] Bush, al que veía demasiado vaquero, involucrado en demasiadas situaciones. Obama cree que la guerra en Irak fue una guerra de elección, no de necesidad. En cambio, se acercó a Irán con la mano abierta, no con el puño cerrado. Aun así, Graham creo que el modelo de Obama de ‘guiar desde atrás’ no ha servido bien a los intereses de seguridad nacional estadounidenses, puesto que el resultado, después de seis años, es que hoy se ve organizaciones islámicas más radicales que las que había antes del 9/11, que controlan más territorio, paraísos más seguros, más dinero y más recursos, para perjudicar a los EE.UU. y sus aliados.

“Creo que la política exterior de Estados Unidos debe ser revisada. La promesa de campaña electoral que hizo Obama de retirar todas las tropas de Irak debería haberse modificado basada en un profundo asesoramiento militar. Uno de los factores que contribuyen al aumento de ISIS fue la retirada de nuestras tropas de Irak, y espero que no cometamos el mismo error en Afganistán.

“El presidente Bush hizo cometió sus propios errores, pero corrigió. La retirada de nuestras tropas de Irak obedece más a la promesa de campaña que no a la realidad sobre el terreno. Temo que hagamos un acuerdo muy malo con los iraníes”.

El Oriente Medio no es un patio fácil para jugar.

 

“Una de las primeras cosas que hay que hacer en Medio Oriente es ganarse el respeto. Hay que entrar en las negociaciones desde una posición de fuerza. A diferencia de la administración, el Congreso es de la opinión que ISIS es una amenaza directa para los EE.UU.,.. El Congreso es más reticente con el programa nuclear iraní de lo que probablemente sea la administración. En dos años habrá cambio de presidentes pero mientras tanto hay una oportunidad histórica para que los estados árabes, Israel y los Estados Unidos trabajen en forma conjunta para derrotar al Islam radical. Lo primero que Obama tiene que hacer bien es acaban las negociaciones con Irán. Es su mayor oportunidad de dejar un legado significativo”, opinó el senador.

En cuanto al proceso de paz, no ve avances en el corto plazo. Considera de máxima prioridad en 2015 mantener las armas nucleares fuera del Medio Oriente. Es opinión generalizada que Israel dispone de armas nucleares pero curiosamente ni un solo estado árabe ha sentido jamás la necesidad de obtener un arma nuclear propia porque Israel tenga una, y eso es porque están muy seguros de que Israel no hará mal uso de esa capacidad. No se sienten suficientemente amenazados como para obtener un arma nuclear por su cuenta. No puede decirse lo mismo de la respuesta árabe suní a los chiítas iraníes. “Lamentablemente, la gente en EE.UU. no entiende todo lo que debiera”.

Los estados árabes sunitas tanto en privado como públicamente reclaman lo mismo que se les dé a los iraníes, puesto que no confían en ellos. Las naciones árabes sunitas no permitirán que exista una capacidad nuclear en manos de los iraníes si no la tienen ellos. Por eso Graham teme que un mal resultado en las negociaciones con Irán podría dejar a Medio Oriente en el camino hacia una carrera de armas nucleares.

Sobre la situación en los países sunitas comentó que una de las razones por las que los precios del petróleo son tan bajos actualmente es que los sauditas quieren asegurarse de que los iraníes sufren. Sienten que las sanciones les están causando verdaderos perjuicios y quieren castigar a Rusia por ayudar al presidente sirio, Bashar el Assad. La situación en Siria es un problema molesto que se ha de resolver, pero el senador prefiere dejarlo en segundo plano respecto a las negociaciones nucleares iraníes.

En el último compromiso con Hamas, Graham percibió el aislamiento al que fueron sometidos, excepto por Qatar y Turquía. Pero también Qatar comienza a cambiar. Definitivamente hay un reajuste en el mundo árabe respecto al Islam radical. El ambiente es favorable para crear una nueva realidad… una coalición regional de israelíes, y árabes – los razonables – para contener el islamismo radical y hacer frente a las ambiciones nucleares iraníes. Considera que esta es una oportunidad de hacer algo histórico.

De cara al final del mandato de Obama, la pregunta que uno se plantea es: A quién apoyarán Graham y sus amigos en las elecciones presidenciales de 2016, y si su candidato tiene probabilidades de ganar. A lo que el senador responde que los demócratas parecen sentirse muy cómodos con Hillary Clinton, y que si ella se presenta probablemente ganará la nominación y será un candidato fuerte. Para que un republicano gane la Casa Blanca debe saldar la cuenta pendiente con las minorías. El Partido Republicano ha de mostrar su voluntad de resolver el problema de la inmigración de una manera racional.

Para el senador Graham, la política exterior en 2016 será un problema serio. El candidato republicano tendrá que explicar por qué Estados Unidos necesita ejercer de líder y es que cuando Estados Unidos se retira del liderazgo, los vacíos se llenan y el mundo se convierte en un lugar mucho más peligroso. Estados Unidos es el líder del mundo libre, es su rol en el escenario mundial y está en su interés serlo.

A efectos de ganar las próximas elecciones, Graham dice que los republicanos habrán de ofrecer una alternativa a Obama en política exterior más fuerte, pero más medida. Tendrán que convencer a la clase media de que el gran gobierno no es su amigo, sino su enemigo, convencerlos de que el Obama care ha fracasado. Pero no bastará con la crítica, tendrán que demostrar que pueden crear un sistema de salud más asequible, más sostenible, con mejor acceso y más centrado en el sector privado.

Respecto a las elecciones 2016, cree que el debate girará en torno a cómo defender los valores estadounidenses, a sí mismos y a sus amigos en un mundo cada vez más hostil. Cómo evitar que las armas de destrucción masiva estén en manos de islamistas radicales. Y para ello considera que la mejor manera es involucrarse en el mundo, no retirarse de él. Si bien es consciente de que se ha de mostrar avances en materia de inmigración, de lo contrario será prácticamente imposible ganar la Casa Blanca, puesto que están perdiendo a la comunidad hispana.

El senador es favorable a la idea de normalizar las relaciones con Cuba, pero opina que los hermanos Castro [el ex presidente Fidel y el actual presidente Raúl] no hicieron nada para merecerlo. Irán observa a la administración estadounidense y le preocupa la señal que le están enviando. Los hermanos Castro consiguieron todo lo que querían desde hace décadas, en cambio la democracia recibió muy poco a cambio. En su opinión, fue un mal negocio. La protección de la democracia no puede tener mejor garantía que la de EEUU. Por eso considera que la relación entre Israel y los EE.UU. es única. No hay democracias árabes. Y EEUU siempre será amigo de quienes abracen la tolerancia y la libertad y permitan que la gente se exprese y alcance sus metas como individuos. “Si usted abandona a los que buscan esas libertades, algún día perderá la suya”.

 

 

Basado en el texto de Boaz Bismuth

Fuente: Israel Hayom