MARK ACHAR PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Hoy en día se critica demasiado al cine mexicano, y se dice que no existe un estilo nacional respetable. En el afán de crear una alternativa, el Festival Internacional de Cine Judío en México llevó a cabo su Primer Concurso de Cortometrajes, en el que varios jóvenes talentosos participaron y entre los que se premiaron solamente a tres.
El mensaje de cada uno de los cortos nos lleva a entender perspectivas diversas sobre el Judaísmo que, de no ser por estos trabajos artísticos, no las podríamos conocer o visualizar.
En primer lugar tenemos a Saúl Masri con su cortometraje “Matices”, una historia en la que los protagonistas -dos señores de la tercera edad- se encuentran en un parque mexicano para jugar ajedrez. Contándose historias sobre su niñez en Polonia, los dos recuperarán el contacto con un pasado que creían haber dejado atrás, pero que seguía allí, justo en sus narices.
En segundo lugar tenemos “Números”, dirigido por Benjamín Wlodawer, y que se remonta a mediados del siglo XX. El protagonista es un joven que se encuentra escondido en el bosque, y que sólo tiene contacto con un vendedor que pasa por un camino cercano a su morada, y que es quien le proporciona comida a cambio de diversos objetos, y de ese modo sobrevive en su escondite mientras termina la guerra.
“La Luz en Alex”, de Moïs Roditi, fue el corto que ganó el tercer premio del concurso. Refleja una parte muy íntima de una niña y sus conflictos internos, intensificados por sus miedos e incertidumbres y además por ver constantemente en sueños a su abuelo ya fallecido. Al conectarse y aceptar la pérdida de su abuelo, logra superar el miedo y ganar una independencia que le ayuda a obtener claridad y entendimiento sobre cómo la vida sigue, aunque pensemos que ha llegado a su fin.
Cada uno de estos tres cortometrajes muestra que el cine mexicano está en desarrollo y que sí es posible realizar trabajos de calidad.
¡Felicidades a los ganadores!
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