ENRIQUE RIVERA PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Quién podría imaginarse que las aventuras, travesuras e incluso locuras de una tnúa, de un movimiento juvenil que se lleva a cabo semana a semana; o incluso que se magnifican, intensifican y se graban en la mente y en la piel de niños, jóvenes y madrijim y dan como resultado grupos de amigos, que no sólo se reúnen bajo cualquier pretexto, sino que también se ven con un cariño absolutamente fraternal.

Bueno, algo y mucho de eso se pudo observar durante la celebración, en todo lo alto, de los 75 años de HaShomer Hatzair -“la Shomer”-, la cual cumplió 75 años de existencia en México y 100 alrededor del mundo. Las mesas llenas de personas según su kubtza, según su edad o según les pegaba su regalada gana. El caso era estar juntos, sonreir, recordar, revivir, volver a vivir intensamente, a veces con la ayuda del audiovisual que daba cuenta de majanot acaecidos hace 1, 5, 15, 20, 30, 50, 65 o más años. Niños, personas de la tercera edad, adolescentes, jovencitas, amas de casa, padres de familia, de todo reunió esta convivencia. Todos con alguna sonrisa en el rostro, todos aportando, todos escuchando, todos… todos ahí. Incluso aquellos que desde algún lugar de la mente, el corazón o el infinito estaban ahí, en el recuerdo de tantos y tantos amigos.

La verdad, qué envidia (de la buena, claro). Y qué respeto y admiración infunden aquellos que pasaron por la “Shomer” y se embarraron o imbuyeron no sólo de lodo, mermeladas u otras substancies pegajosas que abundan en los campamentos de cualquier tnuá que se precie de serlo, sino de una ideología y una forma de ser que han llevado fuera de su nido (ken, ya ani) y que han aplicado. Y sobre todo esta casi religión, o muy apegada a los valores judaícos de ver por el otro, de hacerse responsable del otro y de sí mismo, de querer cambiar al mundo no sólo con la fuerza que da la palabra, sino con los hechos que refuerzan aquellas y adquieren juntas otra dimensión.

Muchos años más de vida para HaShomer.

#Holocausto