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La Fundación para la Agricultura Moderna es una organización, sin fines de lucro, fundada en Israel a principios de 2014. Ahora está poniendo en marcha un proyecto en el campo de estudio de la carne cultivada, centrado en la carne de pollo.

Comenzado en enero 2015, es dirigido por Amit Gefen de la Universidad de Tel Aviv, uno de los principales expertos del mundo en ingeniería de tejidos. Gefen está al frente de un equipo encargado de estudiar la viabilidad para la producción de carne de pechuga de pollo cultivado.

Los desafíos de esa producción serán mapeados y además se darán a conocer las implicaciones de su realización (metodología, tiempo y costo).

Este proyecto es sólo el primer paso en el viaje MAF`s para proporcionar, a nivel comercial, carne cultivada. El objetivo es hacer que, el campo de la carne cultivada, se transforme en un eslabón accesible mediante la creación de una infraestructura académica y financiera en la que investigadores y empresarios se unan para brindar apoyo al proceso ayudando a rediseñar la industria alimentaria llevándola hacia un mundo limpio, sano, amigable y ambiental.

La carne cultivada no requerirá la cría de animales en cobertizos abarrotados ni se necesitaría sacrificarla. El producto también será superior en términos de salud y seguridad de los alimentos, eliminando los animales de engorde que se consumen.

El cultivo de carne se produce en entornos estériles y controlados, utilizando células tomadas de cuerpos de animales, en un proceso que resulta cárnico 100%, a diferencia de los “sustitutos de la carne” actuales. Comienza con la creación de un conjunto de células cosechadas a partir de animales vivos. Las células incubadas en un suero rico en sustratos de energía, aminoácidos y sales inorgánicas para apoyar el metabolismo celular y el crecimiento. Después de pocos días, se crea una delgada capa de tejido muscular, idéntica al tipo de carne que se consume en la actualidad.

Con el crecimiento de las poblaciones y su proyección futura, la humanidad necesitara modelos más sostenibles de producción de alimentos. Habrá que ofrecer alternativas a las producciones actuales de las proteínas de origen animal destinadas al consumo.

Ahora se apunta al desarrollo de una pechuga de pollo generada por ingeniería de tejidos, que es una opción popular para un plato principal en muchas culturas y países.

El proyecto fue posible con el apoyo de varias organizaciones procedentes de Israel y el extranjero, incluida la organización estadounidense “Un buen alimento para el mundo” con la consigna de acabar con el hambre.

Fuente:noti.hebreos.net