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Enlace Judío México- Nuestro experto en genealogía judía, Alejandro Rubinstein, está respondiendo las numerosas peticiones acerca del origen de sus apellidos. Pide paciencia a quienes las han enviado. Aun así, nos aclara que la duda acerca de si el apellido es judío debe ser atendida por quienes tienen autoridad en dicho foro: los rabinos.
La petición de nuestra audiencia:

Mi apellido es Bonnin y quiero saber a qué grupo judío pertenece.

 

La respuesta de nuestro experto en genealogía judía, Alejandro Rubinstein:

 

Bonnin

Su raíz onomástica primaria es Bon, que fue por mucho tiempo un nombre propio y que se ha convertido en la fuente de una cantidad importante de apellidos.

Bon es el nombre de un santo que fue mártir en el siglo V, pero el apelativo que convirtió a esta voz en un nombre de familia se debe a la bravura de Jean le Bon, Rey de Francia en el siglo XIV.

Las derivaciones de Bon son múltiples: Lebon, principalmente al norte de Francia, se acompaña de los matronímicos Bonne y Labonne. A partir de estas tres fórmulas, encontramos Bonin, Bonnin (en el siglo XVI en la población Charente durante el siglo XVI y Bonnineau en el departamento centro occidental de Poitou, Francia.

No se deben desechar las grafías Bonot,  que declinan en las voces hipocorísticas o afectivas de Bonnaud o Bonnet que, a su vez, se torna nuevamente en el nombre de un santo.

En la medida en que se esparce la presencia de este apellido en el mapa galo y, más aún, cuando traspasa sus fronteras al este, hacia Alemania, aparecen las fórmulas Bonnard, Bonnaud y Bonnier que son híbridos compuestos germano-romanos.

Jean Baptiste Bonnin fue un pensador político y social, autor progresista de la Revolución Francesa y de la primera mitad del siglo XIX, y padre fundador de la ciencia de la Administración Pública.

En materia filológica, su origen más remoto se ubica en el latín cuando se expresa el vocablo bonus, cuyo significado en español es bueno. En Filipinas existe aún esta grafía familiar y que goza de variantes en el mundo hispano, tales como: Rebueno, Tabuena, el patronímico Bonilla, el hipocorístico Bonillo y los muy lustrosos característicos Buenfil (hijo bueno), Hombre bueno y Buen hombre.

En Cataluña es que aparece la fórmula Bonnin bajo la connotación de un niño bueno, así como Bonfill, Bonfil, Bofill, Bofi, Bufi y Bufill.

Cuando queremos apuntar bondad en adultos, a la mujer le asentamos el apellido Bona y a los varones el singular Bonhome, los plurales Bonshoms, Bonsoms, Bosoms, y de nuevo, de manera individual, los de Bosom y Busom. Los diminutivos más comunes de este apellido son Bonel, Bonell, Bonells y Bonet.

Italia recibe a este apellido y lo transforma en su idioma a apelativos como Boni, Buoni, Del Bene, De Boni, Buonsignore, Bonomi, Bonfigli (en cualquiera de sus hasta 94 derivaciones así como en la matronimia de Bonnadona que, específicamente, se convierte en un apellido ocupacional propio de una partera. Otras formas francesas, aparte de las ya citadas, son las de Bonhomme,  D´Elbéne, Bonnaire y Toubon con 110 posibles derivaciones.

Por último, la cultura anglosajona hace propia la fórmula y la expresa en apellidos como Goodman o Goodfellow mientras que los germanos reconocen en Gutmann y Gutzmann, a fórmulas valederas en el medio teutón.

Una posible línea de judaísmo en este nombre familiar se encuentra en la obra Sobre Jueus i conversos de les Illes Balears de Ricard Soto, quien refiere la presencia en esa zona hispana de portadores de este apellido aquí analizado.

 

 

 

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