AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO. – “Mucha gente cree que el amor es una sensación que se genera mágicamente cuando el Sr. o la Sra. Indicada aparece. Con razón hay tantas personas solteras”.
Hace unos años, platiqué con un grupo de estudiantes de preparatoria sobre la idea judía del amor.
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“Alguien defina el amor”, dije. Nadie respondió. “¿Alguien quiere intentarlo?”. De nuevo, nadie respondió. “Les diré algo: yo lo definiré y ustedes levantarán su mano si están de acuerdo. ¿Está bien?”. Asintieron.
“Bien. El amor es lo que se siente cuando conoces a la persona correcta”. Todos levantaron su mano. Y pensé, “vaya”.
Esta es la manera en que muchas personas abordan una relación. De manera consciente o inconsciente, creen que el amor es una sensación (basada en una atracción física y emocional) que se genera mágica y espontáneamente cuando el Sr. o la Sra. Indicada aparece. Y así de fácil, puede degenerarse espontáneamente cuando la magia “simplemente ya no está ahí”. Te enamoras y te desenamoras.
La palabra clave es pasividad. Erich Fromm, en su famoso tratado “El Arte de Amar”, señaló la triste consecuencia de este error: “No hay casi ninguna actividad, ninguna empresa, que se inicie con tan tremendas esperanzas y expectativas y, sin embargo, que falla de manera regular, como el amor”. (Eso fue en 1956- lo más probable es que hoy en día haya sido aún más pesimista). Entonces, ¿qué es amor- amor verdadero y duradero? El amor es el accesorio que resulta de apreciar profundamente la bondad de otro. El amor es el resultado de apreciar la bondad de otro.
La palabra “bondad” podría sorprenderlos. Después de todo, la mayoría de las historias de amor no presenta a una pareja embelesada con la ética del otro. (“¡Estoy cautivado por tus valores!”, le dijo a ella apasionadamente. “Y jamás había conocido a un hombre con tal moral”, expresó ella). Pero en su estudio de matrimonios exitosos verdaderos (El Buen Matrimonio: Cómo y porqué el amor dura), Judith Wallerstein informa que “el valor que estas personas le otorgaron a las cualidades morales de su pareja fue un descubrimiento inesperado”.
Para la mente judía, no es inesperado en absoluto. Lo que más valoramos en nosotros mismos, lo valoramos más en los demás. D-os nos creó para vernos a nosotros como buenos (por lo tanto, necesitamos racionalizarlo o arrepentirnos de nuestros errores). Entonces, también, vemos lo bueno en los demás. Ser guapo o guapa, tener una personalidad atractiva, ser inteligente y tener talento (todo eso cuenta, por supuesto) pueden atraerlos pero la bondad es lo que los motiva a amar.
El amor es una opción
Si el amor llega debido a la aceptación de la bondad, no necesitaría solamente suceder- ustedes pueden hacer que suceda. El amor es activo. Lo pueden crear ustedes. Únicamente enfóquense en lo bueno de la otra persona (y todas las personas tienen un poco). Si pueden hacer esto fácilmente, amarán fácilmente.
Alguna vez estuve en un concierto íntimo, en el que el intérprete, una persona profundamente espiritual, miró cálidamente a su público y dijo, “quiero que sepan que los amo a todos”. Yo sonreí tolerantemente y pensé, “claro”. Pensando en eso, sin embargo, me doy cuenta de que mi cinismo estaba equivocado. Este hombre vio naturalmente lo bueno en los otros y el que estuviéramos ahí decía suficiente sobre nosotros como para que él pudiera amarnos. De hecho, el judaísmo idealiza este amor universal e incondicional.
Obviamente, hay una gran distancia desde aquí hasta el amor profundo y personal que se desarrolla con los años, especialmente en el matrimonio. Pero ver la bondad es el principio.
Al enfocarse en lo bueno, pueden amar casi a cualquiera.
Susan aprendió sobre los cimientos del amor después de comprometerse con David. Cuando ella les llamó a sus padres para contarles la buena noticia, estaban extasiados. Al final de la conversación, su mamá dijo, “querida, quiero que sepas que te amamos y que amamos a David”. Susan se quedó dudando. “Mamá”, dijo vacilante, “realmente aprecio tus sentimientos pero, con toda honestidad, ¿cómo puedes decir que amas a alguien a quien nunca has conocido?
“Escogimos amarlo”, le explicó su madre, “porque el amor es una opción”.
No hay mayor sabiduría que su mamá le pudiera impartir antes de su matrimonio. Al enfocarse en lo bueno, pueden amar casi a cualquiera.
Las acciones afectan los sentimientos
Ahora que sienten tanto cariño por toda la raza humana, ¿cómo pueden profundizar su amor por alguien? Por la manera en que D-os nos creó, las acciones afectan más a nuestros sentimientos. Por ejemplo, si quieren convertirse en personas más compasivas, pueden empezar pensando pensamientos compasivos pero al dar tzedaká (caridad) realmente lo lograrán. De igual forma, la mejor manera de sentir el amor es siendo amorosos- y eso significa dar.
Mientras la mayoría de la gente cree que el amor conduce hacia el dar, la verdad (como el Rabino Eliyahu Dessler escribe en su famoso discurso sobre la bondad amorosa) es que es exactamente lo opuesto: dar conduce hacia el amor.
¿Qué es dar? Cuando un hombre que hace reparaciones le dice muy entusiasmado a su esposa “mi amor, no vas a creer lo que te compré para tu cumpleaños- ¡una caja de herramientas de dos pisos!”, eso no es dar. Tampoco lo es el que un padre fuerce a su hijo a tomar clases de violín porque él mismo soñaba con ser un virtuoso.
El verdadero dar, como Erich Fromm señala, está orientado hacia la otra persona y requiere cuatro elementos. El primero es cuidado, demostrar una preocupación activa sobre la vida y crecimiento del receptor. El segundo es responsabilidad, responder a sus necesidades expresas o tácitas (particularmente, en una relación adulta, las necesidades emocionales). El tercero es “la habilidad de ver a una persona tal y como es, estar consciente de su individualidad única” y, en consecuencia, querer que esa persona “crezca y se desenvuelva tal y como es”.
Estos tres componentes dependen del cuarto, la sabiduría. Ustedes pueden cuidar, dar una respuesta pronta y respetar a otro tan profundamente como lo conozcan.
Abrirse a los demás
El efecto de dar de manera genuina es profundo. Les permite entrar en el mundo de otra persona y los abre para poder percibir su bondad. Al mismo tiempo, significa invertir parte de ustedes en la otra persona, permitiéndoles amarla como se aman a sí mismos.
Mientras más dan, más aman.
Hace muchos años, conocí a una mujer quien me pareció bastante desagradable. Así que decidí intentar la teoría de que “dar conduce hacia el amor”. La invité a cenar un día. Unos días después me ofrecí a ayudarla con un problema personal. En otra ocasión, leí algo que ella había escrito y le ofrecí mi retroalimentación y unos halagos. Hoy en día, tenemos una relación cálida. Mientras más dan, más aman. Es por esto que sus padres (quienes les han dado más de lo que alguna vez sabrán), los aman más que ustedes a ellos, sin lugar a duda, y ustedes, en cambio, amarán a sus hijos más de lo que ellos los amarán a ustedes.
En virtud de que el amor profundo e íntimo emana de la sabiduría y del dar, no se presenta de la noche a la mañana, sino que llega con el tiempo- que casi siempre significa después del matrimonio. La intensidad que muchas parejas sienten antes de casarse generalmente significa gran afecto impulsado por similitud, química y anticipación. Puede que éstas sean las semillas del amor pero aún tienen que brotar. El día de la boda está lleno de emociones altísimas que el amor verdadero debe estar en su más bajo nivel porque, con suerte, siempre estará creciendo, tal y como un esposo y su mujer se dan más y más uno al otro.
Una mujer que conocí explicaba por qué había estado felizmente casada durante 25 años. “Una relación tiene sus altas y bajas”, me dijo. “Las bajas pueden ser realmente bajas- y cuando estás en una tienes tres opciones: irte, quedarte en un matrimonio sin amor o escoger amar a tu cónyuge”.
La Dra. Jill Murray (autora de Pero lo amo: Protegiendo a tu hija de las relaciones controladoras y abusivas) escribe que si alguien los trata mal mientras les profesan su amor, recuerden: “el amor es un comportamiento”. Una relación prospera cuando las parejas se comprometen a portarse de manera amorosa a través de un dar continuo e incondicional- no solamente diciendo “te amo”, sino demostrándolo.
Reimpreso con el permiso de “HEAD TO HEART” por Gila Manolson.
Fuente: aish.com
Traducción: Miriam Baley.
#AmorJudio
