MAY SAMRA Y MIRIAM BALEY PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – “Es difícil y es un reto muy fuerte pero se vuelve una rutina y, si haces las cosas de corazón, D-os te manda las fuerzas para todo”.

Enlace Judío acudió a Yalde Jen, un centro terapéutico y recreativo para niños judíos ortodoxos con discapacidad.

El filántropo Eduardo Cojab, quien, en compañía de su generosa esposa Doña Jovita, donó la casa y los fondos para iniciar esta institución, comenzó diciendo que la escuela se fundó “gracias a Iris Beteh y a las damas que ahorita la están acompañando” y que les está “muy agradecido”. Él se considera un shaliaj (enviado) de D-os, a quien le gusta ayudar a quien se le ponga adelante pero hizo hincapié en que son estas mujeres las que han hecho la magnífica labor de atender a los niños discapacitados.

Iris Betech, Directora General y Fundadora, explicó, entre lágrimas, el diario luchar de las madres bendecidas con hijos con discapacidad. Una joven, por ejemplo, que tiene parálisis cerebral, no puede bañarse, vestirse ni comer sola, por lo que, hasta cierto punto, es como tener un bebé en casa, aun cuando ya sea grande;  en Yalde Jen hay chicas veinteañeras a las que se les tiene que cambiar el pañal.  “Es difícil y es un reto muy fuerte pero se vuelve una rutina y, si haces las cosas de corazón, D-os te manda las fuerzas para todo”.

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Respecto a cómo resiste la fe de la gente en estos casos, Iris contestó que le ha tocado ver de todo, desde “gente que tiene mucha fe hasta personas que no son ortodoxas y que, sin embargo, tienen mucha fe y fuerza”.

Este lugar inició con la idea de darle a las mamás la facilidad de que los niños reciban todas sus terapias ahí, en lugar de tener que acudir a distintos centros para recibir las que necesitan.

Betech utilizó su experiencia personal, la de tener una hija con discapacidad,  para diseñar  programas y estrategias. Junto con Rita Romanowsky, trató de diseñar un programa completo para las familias, ya que el primer contacto de éstas con una institución es muy importante. “Cuando me sucedió a mi”- explica Iris- “no supe a dónde ir, qué hacer ni qué terapias darle a mi hijo. El neurólogo me decía que la pusiera a amasar pero ella no podía ni mover su mano. Necesitaba llegar a un lugar en donde pudiera desahogarme un poco pero que también me dijeran lo que tenía que hacer; necesitaba un lugar donde el personal me preguntara ‘¿cómo es tu hija? ¿Qué es lo que tiene? ¿Qué es lo que estás viviendo?’ y que, además, me proporcionaran una orientación. Y eso es lo que quiero de este colegio”.

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Lucía Taifeld, Terapeuta de Comunicación, quien es especialista en niños con autismo, nos contó que hace un año se acercó a Iris Betech y le preguntó: “¿Por qué no fundamos una escuela para estos niños?”.

Taifeld es israelí y se encuentra en México debido al trabajo de su esposo. Sin embargo, reconoce que Israel es un país muy adelantado en el tratamiento y cuidado de niños con discapacidad: “En Israel existen tres tipos de inclusión para estos niños: uno es la inclusión al cien por ciento, es decir, que el niño va a la escuela con una sombra- un adulto que está con él todo el tiempo y que lo ayuda a adaptarse y a mediar lo que está pasando. Este sistema es muy bueno para niños con un alto funcionamiento cognitivo. El segundo marco es el del salón especial dentro de la escuela normal; aquí, los niños pueden acudir al salón normal- en los casos en que puedan- y luego regresar a su salón especial después de la clase. Se trata de un sistema que le funciona para los chicos que, por ejemplo, son buenos en matemáticas pero no en lenguaje, y les ayuda a adaptarse en los salones normales a los que puedan acudir. El tercer grupo es para los niños que tienen muy bajo funcionamiento y que no pueden estar incluidos en ningún marco. En México, estos niños o se quedan en casa o acuden a escuelas normales pero éstas no funcionan mucho porque ellos no pueden aprovecharlas”.

“El marco que fundamos en Yalde Jen es justamente para aquellos niños que no pueden estar en los marcos normales”.

La Presidenta del Comité de Madres, Maya Colín, platicó que el caso de su hijo era algo bastante difícil porque no había para él  una estructura en ningún lugar. A través de una terapeuta, llegó con Iris y, aunque la escuela todavía no estaba lista, ella le decía “espérame, la vamos a hacer”. Ahora su hijo ya empezó con un grupo de jóvenes en las tardes y, después de un tiempo, trajeron a una terapeuta que trabajara únicamente con él porque “no está al nivel de los otros niños y necesitaba algo más avanzado con una estructura educativa”.

Enlace Judío quiso saber qué mensaje le daría Maya a las demás mamás cuyos hijos tuvieran el mismo problema y ella contestó “primero, que se eduquen y le llamen a Iris”- soltó una carcajada- “y que se apoyen en D-os”. “La discapacidad de mi hijo no es tan grande, gracias a D-os, pero aquí hay chicos con grandes discapacidades”.

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Entrevistamos también a Laura Baley, Coordinadora General, quien nos contó que toda la vida trabajó con niños sordos que aprenden a hablar y que no utilizan lenguaje de señas, es decir, que utilizan el enfoque del Oralismo.

“Tengo muchísima experiencia en esa parte de la educación y, además, puedo rehabilitar cualquier otro problema de lenguaje o aprendizaje”, dijo la Coordinadora, quien enfatizó que también tiene experiencia en procuración de fondos y relaciones públicas, en virtud de que en su trabajo anterior tenía dos direcciones: la de Rehabilitación y la de Desarrollo.

Con mucha emoción, Laura le dijo a Enlace Judío que está “muy contenta porque hemos tenido muchos logros; de noviembre a la fecha todo se ha reorganizado, la infraestructura está más clara y conseguí personal realmente excelente. Estoy verdaderamente contenta de estar aquí, apoyando esta misión que me parece maravillosa”.

Por otro lado, la Sra. Baley explicó que el centro trata de ayudar a los padres que no pueden pagar de manera completa y que en este momento se encuentran en una campaña de búsqueda de donadores. Continuó diciendo que “les interesa mucho esta difusión de los servicios que ofrecemos para que la gente se comprometa. Me he dado cuenta de que el 90 por ciento de la gente es generosa y muy comprensiva y no tengo dudas de que recibiremos buenos apoyos”.

El centro Yalde Jen ya se ha conformado como una Asociación Civil y está autorizado como donatario autorizado, por lo que, además del apoyo de los particulares, también pueden buscar ayuda de otras instituciones.