ELENA BIALOSTOCKY PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO.

El próximo 26 de febrero en el Palacio de Bellas Artes, se presentará en Bella Artes “El Encierro de Ana Frank”, de la bailaora flamenca María Juncal. Esta presentación es el estreno  de la obra en América Latina, siendo uno de sus patrocinadores de Yad Vashem México.

Juncal visitó las oficinas de Enlace Judío. No es su primera visita a México, pero sí su primera presentación en Bellas Artes.  “Desde el Teatro de la Ciudad,  la Sala Covarrubias y el Lunario, he dado pasitos hasta llegar a Bellas Artes” comenta.

Oriunda de las Islas Canarias,  comenzó a bailar clásico español desde los nueve años para acercarse al flamenco, pues “toda mi familia materna se ha dedicado al flamenco, incluyendo mi madre y mi abuela. Mi familia se compone de guitarristas importantes que dejaron su impronta en la historia del flamenco”.

“En México he tenido relación con la comunidad judía, curiosamente a través del flamenco, en varias academias de danza, no solo aquí sino en varias ciudades del país. Con Reverdece, dirigida por (Raquel) Shama: es a través de ella es que he tenido el contacto con la Comunidad”

Juncal acaba de volver de Eilat; viaja cada año a Israel,  aunque aun no ha podido presentar su obra en este país: “No he tenido esa suerte, no han abierto sus puertas al ‘Encierro de Ana Frank’: hay cierto escepticismo, debido a que la pieza viene del flamenco; todavía no pueden relacionar a Ana Frank y al flamenco de forma natural”.

Su encuentro con Ana Frank

“Se dio desde muy niña: nunca lo leí seguido, como un libro que se lee de principio a fin, sino que iba leyendo sus días en mis días; en aquel momento, no reflexioné en el personaje como lo he hecho a través de los años. Por la edad,  yo estaba viviendo el personaje desde la niña que era yo”.

“Siempre he escrito diarios, es una forma de tener un amigo que no conoce nadie y me relacioné con Ana. Luego me conmovió y me afectó mucho: ese período de la historia siempre me ha sobrecogido, me ha marcado mucho. De alguna forma, estoy muy sensibilizada con esa época”.

“De hecho, tomé la decisión estando en México, en el año 2006. Vi la obra en escena del “Diario de Ana Frank” de la maestra Gladiola Orozco (nota de la editora: Gladiola Orozco presentó dicha obra en Ramat Shalom, en ocasión de Yom Hashoá 2014, ver nota aquí). Con la piel chinita, me digo, ‘¿Por que no lo hice antes?’; ha sido mi forma de rezar por la tragedia”.

“Entablé una relación con la maestra, bailé 16 minutos de la obra; estos minutos se conservan y están integrados en una obra de 75 minutos, en un guión que desarrollé a través de los años”.

“Es hasta 2012 que retomo la obra. Con los años, he adquirido experiencia en mi profesión. A la vez, hubo ausencias y alegrías: todo me ha servido para ir indagando, para ver más dentro de mí, buscando y leyendo entre líneas todo lo que Ana Frank pudo llegar a sentir en ese encierro.

“(Con cada baile) redescubro un personaje maravilloso lleno de valentía, con espíritu de vida irrefrenable, con un espíritu que no entendía de muros, no entendía de razas, solamente entendía de vida… ese personaje me fascina”.

La puesta en escena

“En la obra somos siete músicos en escena y yo, María Juncal, interpretando a Ana Frank. Tenemos dos guitarras, clarinete, armónica, dos cantaores flamencos, mujer y hombre, violín y percusión”.

“La música para esta pieza es absolutamente original, está compuesta por Basilio García. Tanto él como yo nos hemos estrujado el alma para que todo lo que suceda en el escenario parta de la música, la danza y todo lo que quiero expresar con ello”.

“El clarinete le da un color muy kletzmer a la música en algunos momentos”.

“Hay una banda sonora compuesta por un percusionista genial, es una banda sonora que está hecha a partir de más de tres mil sonidos de la calle encontrados en una radio en Cuba, sonidos de los años cuarenta. A partir de estos sonidos que le entregué, compuso una pieza parecida a  lo que Ana podía estar oyendo desde su encierro; es otra colaboración especial que tiene la obra. Las guitarras son el hilo conductor”.

“Mi lenguaje es el flamenco, todo abreva ahí. Aunque ” El encierro de Ana Franck” está basada en la obra original de la maestra Gladiola Orozco, la cual, repito, es estupenda, tiene un lenguaje completamente diferente, pues yo soy una bailaora flamenca. Hacemos un punto de conexión claro entre el horror y el grito de libertad que también exhala el pueblo gitano en su terrible angustia, eso nos ha ayudado mucho a poder contar esta historia”,

“En el cante, en el toque, en el baile, en todo lo que tiene que ver con el flamenco existe ese clamor también, esa palabra que tanto utilizan los gitanos que es ‘libertad’. Yo puedo estar aquí sentado, estoy reprimido, tengo un yugo, pero con mi cante, con mi toque, yo soy libre. Esa parte nos ha ayudado mucho, la fuerza que tiene la música flamenca y el corazón flamenco “.

Tenemos una pieza cedida por Silvia Plotnik, gran amiga mía que vive en Israel. Su abuelo era un cantante reconocido en los años cuarenta, David Ipcop. Al escuchar un disco en su casa, elegí una pieza, sin saber de qué se trataba, porque estaba en idish. La tradujo una tía abuela de Silvia y resulta que se trata de la propia tragedia de Ipcop, que pierde a  dos hermanos en distintas circunstancias terribles.

Fue muy conmovedor, muy significativo para mí, así que tenemos una colaboración desde otro lado.

La obra se estrenó en Holanda

“El estreno mundial de la obra fue en Holanda, que era la prueba de fuego. Yo quería estrenarla en Holanda o Israel. Fue muy significativa la respuesta que tuvimos allá del público, no solo del público, sino la crítica y los programadores, Muy bonito y sintomático ver de que ese escepticismo se transformó en algo maravilloso, lo cual realmente me tranquilizó el corazón”.

El mensaje a nuestros lectores

“El Encierro de Ana Frank’, está dedicada a los inocentes y su mensaje, por desgracia es absolutamente vigente cada día. Porque los inocentes están en cada esquina por diferentes circunstancias de la vida, son víctimas anónimas en un porcentaje escandaloso y por ello y para ellos hacemos el ‘Encierro de Ana Frank’: una voz que suena contundente, que suena alto, que habla de vida, que aún en el encierro habla de libertad y de sobrevivir. Es un símbolo hermoso para que lo tengamos como referente”.

“Los esperamos el 26 de febrero a las ocho de la noche en el Palacio de Bellas Artes”.

“De lo poquito que he aprendido,  Shalom y Leitraot a los lectores de Enlace Judío“.