DIEGO BOLAÑOS PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – La plática impartida por el Dr. Marc I. Ehrlich se enfocó directamente en los conflictos a los que nos enfrentamos día a día en nuestras vidas.

Explicó que crecer con el conflicto tiene como consecuencias el conflicto familiar, social y profesional, la atribución de la causa y, a partir de ésta, una reacción.

Gran parte- si no todas- de las consecuencias de los conflictos deriva de las siguientes necesidades psicológicas: “tener la razón, sentirme intachable, hacer las cosas de manera perfecta, sentirme aceptado y querido, sentirme importante y necesitado, sentirme correspondido, sentirme cercano a la gente, ser reconocido y apreciado, triunfar y destacar, sentirme especial y admirado y, finalmente, sentirme independiente”.

Además, dijo que indudablemente surgen pensamientos conflictivos, tales como “¿Estoy fallando en algo? No puedo contener mi enojo; no es justo ni ético lo que está sucediendo; no hay orden; no aguanto las críticas; las cosas están completamente fuera de control; no puedo cumplir.

Finalmente, el Dr. Ehrlich explicó que es de vital importancia saber reconocer estas emociones del conflicto:

– Enojo: cuando alguien viola nuestras expectativas y/o necesidades psicológicas.
– Angustia: cuando nuestras experiencias amenazan nuestra autoestima.
– Tristeza: cuando perdemos algo que consideramos esencial para nuestro sentido de bienestar.
– Culpa: cuando nos juzgamos en una forma moralista, absolutista por una conducta errónea.

A su vez, el Rabino Arturo Kanner  puntualizó en  que  hay una diferencia crítica entre la Torá y la Psicología. “Pues la Psicología es una ciencia que intenta analizar y describir procesos internos, la Psicología tiene que ser simplemente una ciencia descriptiva que intenta entender tu mundo y tu proceso interno. La Torá es lo que le da sentido, significado y objetivo a las cosas, lo cual es muy diferente”, señaló.