Netanyahu, el judío que rehusó prosternarse ante el hombre más poderoso del mundo

MAY SAMRA PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

 Este pasado miércoles, Benjamin Netanyahu se presentó ante “el cuerpo legislativo más importante del mundo” y advirtió acerca de los peligros de un mal acuerdo con Irán.

Es probable que, como lo comentó Obama, el PM israelí no haya dicho nada nuevo, aunque se sospecha que, poco antes del discurso, “suavizó” su argumentación. Sin embargo, siendo el líder de 8 millones de personas- la tercera parte del DF- , se dio el lujo de hablar ante el mundo (que con tanta polémica estaba atento) del Holocausto (en atendencia, un Elie Wiesel frágil y envejecido), de la Biblia y hasta de Purim.

En resumen, habló como judío. Fue auténtico. Y, para seguir jugando con el tema de Purim, no necesitó disfrazarse de “goy”.

Aún así, su discurso no fue acerca de lo que dijo, sino de la resiliencia que mostró al acudir al Congreso. Uno se pregunta cuántos líderes mundiales -o cuántos entre nosotros- hubiesen soportado la presión que asedió a Netanyahu desde que anunció que llegaría a su cita en Washington.

De hecho, fue muy criticado, en Israel y fuera de él, por considerarse su desafío a Obama como un truco de campaña antes de las elecciones el 17 de marzo, un desafío que, según algunos analistas, podría costar a Israel el apoyo de los Estados Unidos.

Sin embargo, EE.UU. no es solamente el Presidente Obama. El discurso de Benjamín Netanyahu fue interrumpido unas 40 veces por salvas de aplausos y ovaciones, mostrando un gran apoyo de la audiencia.

Alan Dershowitz, abogado judío norteamericano, en una editorial de hoy, dice: “Muchos miembros del Congreso, quizás la mayoría, están de acuerdo con el Primer Ministro de Israel, en lugar de con el Presidente de los Estados Unidos sobre esta cuestión. Bajo nuestro sistema de separación de poderes, el Congreso es una rama totalmente co-igual del gobierno, y ninguna decisión importante al respecto involucrada en este reparto debe hacerse por encima de su oposición. Tal vez el Presidente pueda persuadir al Congreso a que apoye este acuerdo (con Irán), pero debe comprometerse, en lugar de ignorarlos, con nuestros representantes debidamente elegidos por el pueblo”

“En lugar de atacar al mensajero, como ha hecho la Casa Blanca, la Administración tiene ahora la obligación de comprometerse con Netanyahu en el mercado de las ideas, en lugar de en una cacofonía de insultos, y responder al argumento de Netanyahu en mérito suyo. Puede haber respuestas persuasivas, pero aún no se han oído”.

¿QUÉ ES MÁS IMPORTANTE PARA OBAMA? ¿CUMPLIR CON SU PROMESA O CON EL PROTOCOLO?

La Administración Obama y sus partidarios, especialmente los que boicotearon el discurso del primer ministro, se centran en la llamada falta de protocolo con la que Netanyahu fue invitado por el Presidente de la Cámara.

Sin embargo, Obama prometió, en varias ocasiones, que no permitiría un Irán nuclear. ¿Acaso es más importante cumplir con el protocolo que con sus promesas?

Y en cuanto a Israel ¿alguien puede prometerle de que un Irán nuclear no constituye una amenaza real a su sobrevivencia?

Apelando al sentido común, Dershowitz dice: “Imaginemos, sin embargo, el mismo protocolo para un orador que favoreciera más que se opusiera al acuerdo actual. La Casa Blanca y sus partidarios estarían dando la bienvenida a un primer ministro que apoyó el acuerdo del Presidente, como lo hicieron el primer ministro británico, David Cameron, cuando fue enviado a presionar al Senado a favor de la posición de la Administración. Así que la cuestión de protocolo es en gran parte un pretexto. La Administración está molesta más por el contenido del discurso de Netanyahu que por la manera en la que recibió la invitación”.

Y concluye:

“Éste es un tema demasiado importante como para que se desvíe por formalidades de protocolo”.

EFECTOS DEL DISCURSO EN LAS DECISIONES DE LOS VOTANTES EN ISRAEL

Aún así, y con base en la primera encuesta dada a conocer después del discurso, los votantes no parecen haber cambiado mucho en sus preferencias. La encuestadora Midgam reveló que,  si las elecciones fueran celebradas hoy, el partido Likud de Netanyahu tendría 23 escaños de los 120 de la Knesset, mientras que una alianza de centro-izquierda entre los partidos Laborista y Hatnuah(conocida como Campo Sionista) tomaría 24 y  tendría una ligera ventaja.

El 47 por ciento de los votantes dijeron que creían que Netanyahu era el más adecuado para ser primer ministro, frente al 28 por ciento a favor  del más probable de sus posibles sustitutos, el líder laborista Isaac Herzog.

En cuanto a las preguntas específicas sobre el discurso, el 44 por ciento de los votantes dijo que fortaleció su apreciación del primer ministro, en comparación con el 43 por ciento que dijo que no tuvo ningún efecto. Finalmente, los votantes estaban divididos en partes iguales sobre si el discurso fue pensado principalmente para impedir un acuerdo con Irán, avanzar perspectivas electorales de Bibi, o lograr ambas cosas.

ORGULLO DESDE LA DIÁSPORA

La primera sensación de muchos judíos de la Diáspora, después de escuchar el discurso y sentir el Capitolio vibrar bajo los aplausos, fue  de orgullo.

Definitivamente, el hecho de contar con un país llamado Israel marcaba la diferencia.

Celebremos el valor y la resiliencia de Netanyahu, un gran líder del Pueblo Judío. También su vuelta a Israel, sano y salvo, ya que, en últimas semanas, dos hombres- Nisman y Nemtsov- han muerto por oponerse.

El Pastor John Hagee, dirigente de Christians United For Israel, calificó su discurso de “momento churchilliano”, recordando las palabras del gran estadista inglés: “Ustedes preguntan cuál es nuestra meta. Puedo responder con una palabra: es la victoria; porque sin victoria, no hay sobrevivencia”.

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