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ALI ALFONEH

Mohammad Yazdi, un ayatollah de línea dura y ex jefe del Poder Judicial, fue electo presidente de la Asamblea de Expertos de Irán el martes , derrotando al ex presidente Hashemi Rafsanjani por un margen de aproximadamente dos a uno. La Asamblea es el organismo gubernamental que selecciona y monitorea al líder supremo de la República Islámica, y la elección de su nuevo presidente refleja el equilibrio de poder entre la élite clerical de Irán.

Aparte de su nuevo rol como presidente de la asamblea, Yazdi está también entre los principales candidatos para reemplazar a Ali Khamenei – quien se rumora está sufriendo de cáncer de próstata – como líder supremo. Si tiene éxito, es probable que Yazdi continúe el ejemplo de su predecesor expandiendo el rol del Cuerpo de los Guardias Revolucionarios Islámicos (CGRI) en la política exterior y de seguridad de Irán.

El ayatollah Mahmoud Shahroud, electo segundo de Yazdi en la elección de la asamblea del martes, es otro candidato potencial para suceder a Khamenei. Shahroudi, otro ex jefe del poder judicial, nació en Najaf, Irak, y representa a los descendientes de un cuarto de millón de iraníes que fueron expulsados de Irak en 1979 y que hoy son representados en demasía en los aparatos de inteligencia y seguridad de la República Islámica.

El ayatollah Sadeq Larijani, actual presidente del Poder Judicial, quien nació también en Irak, podría ser un caballo oscuro surgiendo de ese bando, si es que Shahroudi elige no presentarse como candidato. Sus opiniones en las políticas exterior y de seguridad no son vastamente diferentes de las de Khamenei, y es probable que ambos reciban el apoyo del CGRI.

Por su parte, la influencia de Rafsanjani en el escalón superior de Irán ha disminuido desde el verano del 2009, debido a las percepciones de el por parte de los intransigentes como simpático hacia el Movimiento Verde del país. Consciente de sus posibilidades limitadas de suceder a Khamenei, Rafsanjani defiende una enmienda constitucional que establece “un consejo de liderazgo” en vez de un líder supremo único.

Si Rafsanjani falla en persuadir al régimen de establecer tal consejo, Hassan Khomeini, el nieto del fundador de la República Islámica, puede surgir como el principal candidato sorpresa en el llamado bando pragmático de Rafsanjani y del actual presidente, Hassan Rouhani. Rafsanjani y el joven Khomeini pueden tratar en forma genuina de liberalizar la economía de Irán y de continuar los intentos de Rouhani de sacar al país del aislamiento, pero es improbable que tengan una política de seguridad muy diferente a la del actual líder supremo.

Es difícil profetizar el resultado de la actual lucha de poder de Irán, pero dados los candidatos probables para liderar el país, puede ser descartada con seguridad una situación: que la desaparición eventual anunciará una República Islámica moderada en paz con el mundo.

Fuente: Informe Político de la Fundación para la Defensa de las Democracias

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México