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ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Las sorpresas fueron inevitables en estas elecciones – pero nadie podría haberse imaginado hasta qué grado. Los israelíes despertaron esta mañana con la sensación de que había sucedido un milagro durante la noche o que su peor pesadilla se había hecho realidad.

Por Allison Kaplan Sommer

1. La escala de la victoria de Benjamin Netanyahu

netanyahu

Quizás la única persona que no estaba realmente sorprendido por su victoria definitiva es el propio Benjamin Netanyahu. Pese a las terribles encuestas, escándalos y acusaciones que estaba aislado del electorado, Netanyahu seguía insistiendo en que gozaba de un amplio apoyo del público israelí y que la mayoría lo quería como primer ministro. Al parecer, él sabía algo que los expertos no habían desapercibido, y demostró que la estrategia “Cualquiera menos Bibi” fue un terrible error de cálculo. Conforme la Unión Sionista subía en las encuestas, el Likud fue golpeado por la complacencia y sus simpatizantes que coqueteaban con otros partidos a fin traelos a casa. Netanyahu gritó “¡Sálvenme!” Y los votantes respondieron en números imprescindibles.

2. La mutilación de Naftali Bennett y el partido Habayit Hayehudi

Bennett

Supuestamente, el Ministro de Economía, Naftali Bennett tendría que haber figurado como la luz y el príncipe heredero del liderazgo de derecha, considerándose a sí mismo como el sucesor natural de Netanyahu, esperando el día en que pudiera desafiarlo. No debemos olvidar que Netanyahu llamó a elecciones para fortalecerse primeramente, no sólo ante Yair Lapid, sino ante Bennett también. Misión cumplida. Bennett tomará su lugar en el próximo gobierno de Netanyahu, pero desde una posición mucho más débil, luego de haber perdido un tercio de su representación en la Knesset y con ello, gran parte de su poder de negociación en el momento de formar la coalición.

3. La devastación de Meretz

zehava

Nadie esperaba que Meretz tendría un gran éxito en las elecciones – pero pocos imaginaban que cuando se disolviera la Knesset, estaría luchando por su propia supervivencia, orando por obtener suficientes escaños para rozar el umbral electoral y salvarse de la oscuridad política. Pero el impulso tras la Unión Sionista y la Lista Árabe Unida fue devastador, y su estrategia de campaña negativa para ganar los votos de Herzog y la Unión Sionista no contribuyó. La líder del partido, Zehava Galon, asumió la responsabilidad de su fracaso y anunció que renunciará al liderazgo del partido. Su sucesora tendrá que dirigir un partido identificado con la izquierda, cuando ésta se ha convertido en un insulto en el ámbito actual.

4. La invulnerabilidad de Avigdor Lieberman

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La campaña electoral comenzó mal para el Ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman y su partido Yisrael Beitenu parecía ir de mal en peor. Los líderes del partido fueron involucrados en un escándalo de corrupción que aisló a muchos de ellos de la política y los introdujo a las salas de interrogatorio. Lieberman estuvo fuera de la práctica política, teniendo que unir su partido con el Likud en las elecciones de 2013 a causa de sus propios problemas legales. Como canciller, fue el encargado de relaciones internacionales cuando más países se volvían contra de Israel y reconocían un Estado palestino. Los inmigrantes rusos prescindieron de su voto sectorial. Eso, y la extraña campaña agresiva hizo que se formaran expectativas de su aniquilación política en la víspera de las elecciones. Por supuesto que la pérdida de nueve escaños desde 2009, es una gran caída pero Lieberman se mantendrá en la política israelí. Los informes de que está buscando el cargo de Ministro de Defensa indica que se conserva en forma.

5. La desaparición de Eli Yishai

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La narrativa de la división de ambos líderes rivales de Shas siempre favoreció a Arye Deri, pero el hecho de que el nuevo partido de Eli Yishai le haya cerrado las puertas a la Knesset, dejándolo sin trabajo sigue siendo una gran noticia. Las bromas respecto a su destino han estado volando a través de los medios sociales. Mensajes como “acabo de recibir una invitación de LinkedIn para Eli Yishai” o “Eli Yishai aprende a decir “le gustarían sus papas fritas con …” De cualquier manera, la derrota de su partido de extrema derecha es el único pequeño consuelo de las elecciones para aquellos que temen por el futuro de la democracia israelí – si su partido entrara a la Knesset, marcaría el retorno del Kahanismo representado por Baruch Marzel, cuya facción de extrema derecha fusionó con Yishai para formar el partido Yahad. Pero seguramente Arye Deri esmás que consolado – debe estar encantado de llevar la batuta como heredero indiscutible del legado de Shas y del difunto rabino Ovadia Yosef.

6. El fracaso colosal de las encuestas de salida

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Ningún sistema electoral es perfecto – y nadie espera que las encuestas de salida sean totalmente exactas – pero la diferencia entre las encuestas de salida y los resultados definitivos fue abrumadora. Ya se habla de que las encuestas hayan fallado y que aquellas que favorecían a la Unión Sionista antes de las elecciones eran incorrectas, o que simplemente el Likud logró sobreponerse de manera formidable.

Pero no hay duda de que las encuestas de salida en la noche de las elecciones se equivocaron rotundamente. Pero la diferencia entre los números que los israelíes vieron antes de irse a dormir y los que descubrieron al despertar la mañana siguiente dieron la sensación de que había sucedido un milagro durante la noche o que su peor pesadilla se había hecho realidad, dependiendo de sus afinidades políticas.

Fuente: Haaretz

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