La Hagadá dice: “Dios dijo ‘Dile a Aarón, toma tu cayado y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus canales, sobre sus ríos, sobre sus lagunas y sobre todos los depósitos de agua. Se convertirán en sangre…’ – Y el faraón no dejó salir a Israel.”

Fuente: Hagadá de Pesaj


¿Sabías qué las ranas en el judaísmo no son kosher, lo que significa que está prohibida ingerirla?


 La segunda Plaga fue traída por mediación de Aharón y no por Moshé puesto que ella nuevamente ocasionaba afligir al río, y no era correcto para Moshé afligir al río que había protegido su canasta.

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Hashem ordenó a Moshé, “Di a Aharón, ‘Extiende tu mano con tu bastón de forma tal que todas las corrientes, ríos y estanques de Egipto produzcan ranas.”

Tan pronto como Aharón extendió su mano, los Egipcios quedaron pasmados al contemplar una horrible vista. Fuera del río brincó una horrible rana de excesivo tamaño que comenzó a marchar bajando el camino principal hacía el palacio del Faraón.

Hashem dio a los Egipcios una última oportunidad de arrepentirse antes de que ellos fueran invadidos por ranas adicionales.

Los Egipcios llevaron armas y estacas con las cuales pretendían matar a la monstruosa rana. En lugar de caer muerta, ella abrió su boca de par en par y escupió legiones de ranas bebés.Dejó salir un silbido estridente, y ante esta señal, ejércitos de ranas salieron brincando fuera del río, acompañadas por otros reptiles de mar con colosales bocas y dientes. Ellos formaron una procesión y marcharon bajando el camino principal, aparentemente con un propósito definido en mente. El horror de los Egipcios puede ser bien imaginado cuando el ejército de ranas se encaminó directamente hacia el palacio del rey. Hashem hizo que la plaga visitase primero al Faraón ya que el Faraón se había tornado arrogante cuando vio que él personalmente no había sufrido de la Plaga de la Sangre. Hashem por consiguiente dijo, “Tú serás el primero en ser afectado por la Plaga de las Ranas.”

Las ranas corrieron atravesando las entradas del palacio, subieron los escalones, y entraron al cuarto privado del Faraón. El Faraón estaba en cama cuando las ranas saltaron dentro de sus cobertores, se arrastraron bajo su ropa blanca, y mordiéndolo a él, se entremetieron dentro de su cuerpo. Después del Faraón, la totalidad de los otros nobles de la corte Egipcia fue infestada y luego la gente común.

Las ranas llenaron las casas Egipcias, saltando sobre mesas y sillas y dentro de las camas de los Egipcios y mordiéndolos. La más grande y gorda de las ranas se asentó en el palacio del Faraón.

Ranas-en-el-Palacio-LOW-RESLas ranas no perecieron incluso después de que se hubieron deslizado dentro de los cuerpos de los Egipcios. Continuaron haciendo un ruido ensordecedor en los estómagos de todos, gritando, “¿Cuánto tiempo tendremos que permanecer aquí?” Otro coro de ranas en las paredes del estómago croó de nuevo, “Hasta que Moshé, hijo de Amram, venga y rece para que nosotras seamos puestas en libertad.”

La Plaga de las Ranas cubrió la tierra entera. Las ranas brincaron dentro de los campos y devoraron el producido del cultivo.

incidentalmente, las ranas solucionaron una vieja disputa entre Egipto y las tierras vecinas concerniente a las demarcaciones precisas del país. Los Egipcios reclamaban ciertas tiras de tierra que los kushím sostenían formaban parte de su territorio. La plaga claramente definió las fronteras Egipcias porque dondequiera que las ranas se asentaron era incuestionablemente territorio Egipcio

¿Cómofue posible que las ranas entraran en las casas de piedra y mármol incluso después de que los Egipcios cerraran con llave sus puertas y ventanas? Este fue uno de los milagros de Hashem Quien cambió las leyes de la naturaleza, dando a una sustancia blanda el poder de penetrar una más dura. Tan pronto como las ranas gritaron, Nosotras somos mensajeras de Hashem Quien creó el mundo, el mármol y las piedras inmediatamente se separaron, permitiendo a las ranas penetrarlos.

En el curso de la historia, Hashem frecuentemente realizó para nuestro pueblo el milagro de permitir a una sustancia más flexible atravesar una más dura. Algunos ejemplos son:

Cuando los Benei Israel comenzaron la conquista de Eretz Canaán, loscanaanim se escondieron en cuevas cuyas entradas obstruyeron con rocas. Hashem envió avispas al frente de los Benei Israel que tenían la milagrosa habilidad de penetrar las rocas e inyectar veneno dentro de los ojos de loscanaanim.

Combatiendo contra el gigante Goliat, David le arrojó una piedra. Aquella piedra tras pasó la armadura de hierro del gigante y se hundió en su frente, y Goliat cayó muerto.

El gusanoshamir fue utilizado por los Benei Israel para partir los diamantes y rocas necesarios en la construcción del Mishkán y del Beit Hamikdash.

Toda vez que una mujer Egipcia calentaba su horno a fin de hornear pan, las ranas brincarían dentro de la masa y la mordisquearían. La mujer por consiguiente la ponía apresuradamente dentro del horno. Las ranas, a pesar de ello, se asían a la masa, permitiendo ser ellas mismas horneadas junto a ella. Atemperaban el calor de tal modo que ningún pan nunca fue bien horneado.

Cuando el emperador Nevujadnetzar erigió una estatua en su honor y ordenó a sus súbditos prosternarse a sí mismos ante ella, Jananió, Mishael, y Azarió se rehusaron. Ellos razonaron, “Nosotros debemos tomar una lección de las ranas en Egipto. Ellas brincaron dentro de los hornos, sacrificando sus vidas porkidush Hashem. Si las ranas estuvieron listas para sacrificar sus vidas por Hashem, nosotros debemos ciertamente estar preparados para hacer lo mismo.”*

Ranas1Los Egipcios sufrieron severamente de la Plaga de las Ranas. Ni un solo Egipcio pudo evadir la plaga de las ranas; tan pronto como él llenaba una taza para tomar un trago, la encontraba llena de odiosas ranas.A pesar de ello, consideraron al croar que continuaba aún después de que ellas entraran a los estómagos Egipcios peor que sus acciones destructivas.No había absolutamente ningún modo de deshacerse de las ranas pues si un Egipcio intentaba matar una con una vara o piedra, seis nuevas ranas brotaban en su lugar, y así tuvieron que abandonar todo intento de destruirlas.

Hashem estaba castigando a los Egipcios midá- kenegued­midá. Los Egipcios solían torturar a sus infortunadas victimas Judías ordenándoles recolectar todo tipo de aborrecibles animales rastreros e insectos (los que no necesitaban excepto por el placer sádico de hacer miserables las vidas de los Benei Israel);Hashem por tanto produjo a cambio ranas repulsivas que los nausearon.

Faraón llamó a sus magos y les preguntó si también eran capaces de producir ranas.

“Ciertamente,” ellos respondieron y trajeron a la vista ranas adicionales, (mas quedaron perplejos cuando llegó el tiempo de deshacerse de las existentes). El Faraón no tuvo más alternativa que llamar a Moshé y Aharón. “Implorad a Hashem que El quite las ranas de mi y de mi pueblo,” él rogó “y yo dejaré ir a los Benei Israel.”

“Ahora yo os probaré a vos que esta Plaga es un milagro Divino y no una ocurrencia natural,” Moshé anunció al Faraón. “Fijad el momento cuando esta Plaga debería finalizar,, y yo rezaré a Hashem que le ponga fin en el tiempo que vos designéis.”

“Mañana,” dijo el Faraón.

“Será como vos decís,” proclamó Moshé, “para que vos sepáis que NO EXISTE NADIE COMO HASHEM, nuestro Di- s.”

Moshé clamó al Todopoderoso. Al preciso día siguiente, las ranas en las casas, patios, y campos perecieron, mas hubo una excepción: Todas las ranas que habían voluntariamente brincado dentro de los hornos permanecieron vivas y les fue permitido a retornar al río. Hashem de este modo demostró que quienquiera se sacrifica a sí mismo por Hashem nunca sufrirá una pérdida.

Las ranas muertas no desaparecieron sino fueron dejadas yaciendo sobre todo Egipto. Los Egipcios tuvieron que palearías juntas. Puesto que había tantas de ellas, cada Egipcio recolectó al menos cuatro pilas de ranas. Las ranas muertas eran aún más repugnantes que las vivientes.Emitían un hedor nauseabundo que penetró la tierra entera. Los Egipcios fueron de este modo devueltos midá- kenegued- mida por haber golpeado a los Judíos sin piedad hasta que un fétido olor emanó de sus bocas.

La Plaga de las Ranas afligió sólo a los Egipcios mas exceptuó a los Benei Israel. De hecho, sí un Judío y un Egipcio caminaban por el camino al mismo tiempo, la rana huía del Judío y saltaba sobre el Egipcio.

Tan pronto como la Plaga finalizó, el Faraón nuevamente endureció su corazón. Esto es típico de todos los reshaím que no hacen jamás teshuvásincera sino sólo hacen promesas bajo compulsión, rescindiéndolas tan pronto como sienten alivio.

Fuente: Chabad.org


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