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ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Una nueva exposición de Yad Vashem se enfoca en los niños del Holocausto y cómo escaparon de los horrores de la realidad bajo el régimen nazi.

Por Jessica Steinberg

Desde los 8 a 10 años de edad, Yaacov Goldstein yacía boca abajo en un ático, mientras pasaba las horas leyendo libros. Cientos de tomos pasaron por él y por la hija de la familia polaca que lo escondió.

Cuando dejó el ático, Goldstein – de cabello y uñas largas – sólo podía gatear, ya que sus miembros se habían atrofiado tras meses de inercia. Sus padres y su hermano no sobrevivieron el Holocausto, pero Goldstein llegó a Israel en 1947, donde finalmente se convirtió en profesor de historia de la Universidad de Haifa.

Yaacov se formó en el ático, señaló Yehudit Kol-Inbar, curadora de la nueva exposición de Yad Vashem tituladaLos Niños en el Holocausto: Estrellas Sin Cielo”, que se inauguró este domingo.

Varios miles de niños judíos sobrevivieron el Holocausto. Un millón y medio perecieron.

“La lotería” – de los niños que perecieron o sobrevivieron durante el Holocausto – “era muy clara,continuó Kol-Inbar. “La pregunta era qué camino tomarían. Tenían que aparentar ser pequeños adultos, pero su imaginación les permitió la libertad y un escape de la realidad.”

Sara Kaminker se encuentra junto a la escultura de porcelana que ella creó para acompañar la historia de Yaacov.

El auto-aprendizaje de Goldstein en el ático es una de las historias que abren la nueva exposición del museo, en conmemoración del Día de Recordación del Holocausto. Las instalaciones despliegan los destinos, los viajes y las historias de un grupo de niños sobrevivientes.

En un gran espacio abierto, un puñado de columnas simbolizan los árboles del bosque simbólico, cada pilar representa ocho temas diferentes en torno a los niños, su familia, identidad, adolescencia, juego, hogar y aprendizaje.

Las columnas cuentan las historias de los niños sobrevivientes mediante breves extractos dibujos, poemas, o artículos personales que poseían durante la guerra.

Algunas historias son narradas a través de videos animados, creados por estudiantes del Departamento de Diseño de Comunicación Visual del Instituto de Tecnología de Holón, mientras que otras son ilustradas en cristal, porcelana y esculturas de cerámica creadas por estudiantes y egresados del Departamento de Cerámica y Diseño de Cristal de la Academia Bezalel de Arte y Diseño.

Para contar la historia de Goldstein, Sara Kaminker utilizó porcelana, para crear la escalera de Jacob en miniatura que se dobla como estante frágil con volumen. La construcción hace referencia a Jacob y su sueño de una escalera hacia el cielo, atravesada de ángeles.
“Yaacov l
eyó libros como una forma de escape,subrayó Kaminker. “Era el tesoro del ático.”
Dos estudiantes de arte, Itay Hershkovitch y Kobi Hasson, crearon un video con imágenes en blanco y negro para contar la historia difícil y dolorosa de Otto (Dov) Kulka, un reconocido historiador y escritor de la Universidad Hebrea, quien escribió sobre la inquietante y conmovedora separación de su madre.

Intentamos mostrar la impensable situación de Kulka y su madre, su esfuerzo por vivir una vida normal en un campamento junto a Auschwitz, bajo circunstancias inconcebibles que culminan con su separación,indicaron los estudiantes en un correo electrónico que explica su trabajo.


Ambos estudiantes son nietos de sobrevivientes. Aunque están familiarizados con historias del Holocausto y las de sus propios abuelos, esta es la primera vez que se involucran tan profundamente en la historia de un niño sobreviviente.

Lo siento como un gran reto ,” afirmó Hershkovitch, sorprendido por la fluidez verbal y la claridad de la memoria de Kulka. Hasson, quien integró la historia de su abuela y la imagen de su madre al crear partes del video, mencionó que las imágenes verbales de Kulka eran muy “tangibles.

Los niños, dijo Avner Shalev, director de Yad Vashem, eran quizás el grupo más vulnerable, ingenuo e inocente afectado por el Holocausto, pero también pudieron expresarse de manera distinta a los adultos.

“Ellos hablan directamente y sin obstáculos,añadió Shalev. “Su creatividad es todavía muy clara.”

Martha aún lleva consigo el medallón católico que recibió de su familia adoptiva durante la guerra

En otra columna se relata la historia de dos hermanas, Eva y Vera Silberstein, a través de los dibujos coloridos de Vera y las palabras de Eva, reflejando un futuro feliz en Israel.

Vera, la hermana menor, fue enviada a las cámaras de gas en Auschwitz, mientras que Eva terminó en un campo de trabajo. Pero ella recuerda que Vera sonreía mientras caminaba luego de ser seleccionada para las cámaras de gas, ya que finalmente se libraba de su hermana mayor, que había sido encomendada por su madre para protegerla y luchaba por mantenerse unidas, relató Eva.

Zeev Portnoi , sobreviviente de Wlodiemerz se detuvo junto a la columna con imágenes de su familia, mientras sostenía un fajo de papeles en la mano, intentando contar la historia completa de esos cuatro años solo en el campo polaco. Él sabía que era judío, pero no entendía por qué todo el mundo lo quería matar.

Cuando se le pidió leer el poema en Yiddish había que escondido en su bota lo recitó de memoria, con voz temblorosa, mientras su audiencia lo escuchaba en silencio a su alrededor.
“Yo todavía era un muchacho
joven / cuando la bestia nazi / se hizo cargo de mi vida / y me alejó de / Mis padres siempre.”

Marta Goren Winter, protegida por una familia polaca y criada como católica, lucía con orgullo el medallón católico que le obsequió la mujer que ayudó a salvarla; la réplica se encuentra en la columna que relata su historia.

Nina Abayov, sobreviviente de Grecia, quien hoy tiene tres hijos, ocho nietos y tres bisnietos, afirmó que “nunca se hace más fácil.”

Abayov donó a Yad Vashem la camiseta de algodón de su hermano de cinco años de edad que pereció junto con sus padres y su hermana menor.

Ella tenía 10 años cuando fue separada de su familia y protegida por su padrino no judío. Posteriormente, pasó por diferentes familias.

“A veces simplemente no entiendo por qué me dejaron para poder sobrevivir,” dijo.

Fuente: Times of Israel

#Yom Hashoá 2015