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EMMANUEL NAVON*

Manifestación de JStreet del Sindicato de estudiantes judíos  en la Universidad de Berkeley
Manifestación de JStreet del Sindicato de estudiantes judíos en la Universidad de Berkeley

Que quienes se proclaman “campo de la paz” hayan cambiado su nombre por el de “campo sionista” en las últimas elecciones israelíes no es casual: la mayoría de los votantes israelíes ya no creen que el establecimiento de un Estado palestino traerá la paz. Al mismo tiempo, esos mismos votantes también están dispuestos a aceptar la idea de un Estado palestino con el fin de preservar la mayoría judía en Israel.

Esta aceptación se duplica, sin embargo, con cierto escepticismo: veinte años de negociaciones con la OLP fracasaron, y la retirada de Israel de Gaza en el 2005 mostró las carencias y peligros de movimientos unilaterales. Por otra parte, mientras los estados árabes implosionan, uno tras otro, mientras el Estado Islámico progresa, y mientras Irán tiene tentáculos en la región, la idea de establecer otro estado árabe hostil y defectuoso mirando a Tel Aviv no es muy atractiva. La mayoría de los israelíes creen que la situación es de una complejidad inextricable y la elección está entre malas soluciones.

Pero para los judíos de izquierda en Estados Unidos, todo parece mucho más simple. ¿Cómo una ecuación, por complicada que sea, podría resistirse a la buena voluntad de los judíos? Si la ecuación no ha sido resuelta, hay que extraer esa buena voluntad judía de los israelíes recalcitrantes. De ahí el fenómeno de J Street.

J Street es único entre los grupos de presión estadounidenses. No sé de ningún lobby turco que defienda en el Congreso la retirada de la Chipre turca o la creación de un Estado kurdo; y no encontré el lobby de la India que exija la retirada de la India de Cachemira, ni un lobby marroquí que abogue por la creación de un estado independiente en el Sáhara Occidental.

Los judíos estadounidenses de izquierda como Peter Beinart afirman que Israel está aislado del resto del pueblo judío porque los israelíes tienden a ser más de derecha mientras que los judíos de la diáspora serían cada vez más de izquierda. Es falso: tanto Israel como la diáspora no estadounidense están cada vez más a la derecha. Los judíos de Estados Unidos son una excepción, y son ellos los que están aislados. Todas las elecciones que tuvieron lugar recientemente en las democracias occidentales lo demuestran.

En las elecciones en Gran Bretaña en mayo, el 70% de los judíos votaron por el Partido Conservador. En Canadá, el 52% de los votantes judíos también votó a favor de los conservadores en 2011. En Australia, la mayoría de los judíos han abandonado el Partido del Trabajo por el partido liberal de Tony Abbot. En Francia, los judíos abrumadoramente apoyaron a Nicolas Sarkozy en las elecciones presidenciales de 2007 y 2012.

¿Por qué los judíos de América se han vuelto una excepción? Una posible explicación es que los judíos de América, a diferencia de sus correligionarios europeos no necesitan protección del ejército para ir a la sinagoga. Las masacres de la escuela judía en Toulouse, el Museo Judío en Bruselas, y el supermercado judío en París tuvieron lugar en Europa, no en Estados Unidos. Al igual que los israelíes, los judíos europeos conocen y entienden lo que significa ser el objetivo de la yihad. Los judíos de Estados Unidos, no.


J-Street-1Otra explicación es que el público estadounidense es pro-israelí, mientras que el público europeo no lo es. Por lo tanto, ningún partido político o medio de comunicación puede florecer en América si es anti-Israel. En Europa, es lo contrario. La cultura política estadounidense todavía permite a los judíos de izquierda llamarse sionistas. No se puede decir de Europa o Canadá, donde muchos judíos de izquierda se sienten traicionados por la izquierda, por lo que cruzaron el Rubicón político.


Dicho esto, las tendencias actuales en los campus universitarios de Estados Unidos sugieren que la izquierda estadounidense no es inmune al proceso que continúa empujando a los judíos europeos y canadienses a los brazos de la derecha. En febrero de 2015, Beyda Rachel, una estudiante de la UCLA, tuvo que explicar en su audiencia de confirmación en el cargo judicial del Consejo examinador cómo podría ser objetiva siendo judía. Según el Centro de Louis Brandeis, con sede en Washington, más de la mitad de los estudiantes judíos americanos fueron personalmente testigos o experimentaron el antisemitismo en los campus en 2014.

Más de 200 campus estadounidenses cada año celebran la “Semana del Apartheid Israelí”. En el verano de 2014, la policía de Boston tuvo que proteger una manifestación estudiantil pro-Israel contra una turba pro-palestina que gritaba “Judíos a Birkenau”.

Los que gritan “Judíos a Birkenau” no distinguen entre judíos que apoyan la creación de un Estado palestino y los que se oponen. J Street tiene compañeros de ruta poco recomendables para los que la lucha contra Israel no comenzó nunca en las líneas de 1967 y no se detendrá jamás. La mayor parte de Israel y los judíos europeos entendieron esto, no porque sean más inteligentes, sino porque viven en un ambiente hostil en el que ser un idiota útil puede costar la vida.

*Emmanuel Navon dirigió el Departamento de Ciencias Políticas y Comunicación en el Colegio universitario ortodoxo en Jerusalén y es profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Tel Aviv y en el Herzliya Interdisciplinary Center. Es miembro del Foro de Políticas Públicas Kohelet.

Fuente: i24News

Traducción: Silvia Schnessel para Enlace Judío México

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