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AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

 

A punto de cumplir 89 años, este sefardí nacido en Argentina espera con ilusión que sea aprobada en España la ley que concederá, con requisitos, la nacionalidad a los descendientes de los judíos expulsados de España en 1492.

Marcos Caballero recuerda cómo su madre le contaba que en el viaje en barco que llevó a la familia de Turquía a Argentina, a principios del siglo XX, se emocionaron al atravesar el estrecho de Gibraltar y ver de lejos las costas españolas.

“Para ellos, volver a Argentina fue casi como volver a España. Volvieron al idioma, a las costumbres y a la idiosincrasia española. Ellos nunca olvidaron cuál era su origen y me transmitieron a mí lo que a ellos les habían transmitido sus padres y abuelos: que somos descendientes de familias que dejaron España y que abandonaron todo para seguir siendo judíos”, explica Caballero desde Be’er Sheva, ciudad del sur de Israel donde vive.

A punto de cumplir 89 años, este sefardí nacido en Argentina espera con ilusión que sea aprobada en España la ley que concederá, con requisitos, la nacionalidad a los descendientes de los judíos expulsados de España en 1492. El proyecto de ley fue aprobado por el Senado y se encuentra actualmente en el Congreso de los Diputados, que podría votar en los días venideros y la ley entraría en vigor hacia el mes de octubre.

Sefardíes hay en todo el mundo, entre dos y tres millones según demógrafos, pero la comunidad más importante se encuentra en Israel.

Caballero llegó a Israel hace “sesenta años y un mes” y adoptó el nombre de Mordechai Ben Abir, que en hebreo quiere decir literalmente Marcos, hijo del Caballero. Trabajó como ingeniero toda su vida y a los 75 años decidió hacer una tesis doctoral sobre su familia. “Si yo no lo hacía, nadie en la familia lo iba a hacer. Mis hijos ya son mitad sefardíes, la mayoría de mis nietos, un cuarto sefardíes y ya no hablan español”, explica.

Viajó a España y durante más de seis años investigó a sus antepasados, que residieron en Cataluña. Consiguió remontar en su árbol genealógico y halló el rastro de familiares en localidades como Cervera o Falset e incluso encontró a un antepasado rabino en el siglo XIII, que residía en la localidad de Besalú, en la actual provincia de Girona.

“Logré saber quiénes fueron mis antepasados, cómo se llamaban, qué profesiones tenían. Tuve la suerte de que mi familia se mantuvo prácticamente en el imperio otomano y conservaron el apellido”, detalla.

A los 82 años, Caballero se convirtió en doctor con mención “cum laude” por la universidad de Barcelona

Uno de los requisitos de la futura ley española será demostrar el origen sefardí. Además, quienes deseen acogerse a la ley deberán tener un buen conocimiento del español y de la realidad política y cultural española. “Voy a hacer todos los trámites para conseguir el pasaporte y no creo que tenga inconveniente en recibir la nacionalidad. Para mí va a representar el triunfo del pueblo judío frente a todas las vicisitudes lamentables que pasó a lo largo de su historia. Mi familia se fue pero yo vuelvo y voy a sacar mi pasaporte”, explica.

“No necesito la nacionalidad, no voy a ir a vivir a España pero sí la necesito para cerrar el círculo y de alguna manera decir a mis antepasados: volvimos a España”, agrega. Caballero subraya que en su solicitud de nacionalidad no habrá lugar para el resentimiento. “Al contrario. Tengo un profundo amor por España, en especial por Cataluña. Me lo inculcaron mis padres y yo he conservado ese cariño inmenso que ha ido en aumento con mis viajes a España y con mi investigación para mi tesis”, concluye.

Fuente:cadenaser.com