por Gal Luft
AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – A veces puede parecer que el mundo es cada vez más hostil hacia Israel, pero la visita del presidente de Chipre Nicos Anastasiades a Jerusalén esta semana debería recordar a los israelíes que todavía hay aliados que se encuentran, incluso en Medio Oriente. Uno de ellos a tan sólo 200 kilómetros de las playas de Haifa.
Durante décadas, Israel ha descuidado Chipre, centrando sus esfuerzos en ser más aceptable para sus vecinos árabes, así como Turquía, el archienemigo de Chipre. Pero estos esfuerzos se han estancado en los últimos años. Las relaciones con Turquía se han deteriorado, la paz con Jordania y Egipto está más o menos congelada, y el proceso de paz con los palestinos es inexistente.
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Entre todos ellos, Chipre es el único vecino de Israel sin mayoría musulmana, que proporciona una luz de esperanza. Con sólo el 10 por ciento de la población de Israel y el 1 por ciento de la de Turquía, la isla puede parecer de poca importancia estratégica, pero los acontecimientos geopolíticos y económicos recientes han elevado su valor para Israel y viceversa, creando las condiciones para un renacimiento de las relaciones entre Israel y Chipre.
Un tema importante de la visita Anastasiades será la energía. Chipre e Israel comparten importantes reservas de gas natural. Las mismas empresas que poseen Leviatán de Israel y los campos de gas Tamar – Noble Energy, Delek Drilling y Avner Oil & Gas Exploration – también poseen Afrodita, un campo 4,5 billones de pies cúbicos que se encuentra frente a la costa de Chipre.
Chipre ya ha firmado un memorando de entendimiento para el suministro de gas a Egipto, pero, al igual que Israel, aún tiene que encontrar la manera de convertir su bonanza de gas en efectivo. Hay espacio para engranar los esfuerzos de ambos países para desarrollar sus recursos energéticos y embarcarse en conjunto en un plan de desarrollo energético regional. Pero los gobiernos de Israel y Chipre serían negligentes si se centraran exclusivamente en el diálogo de gas, ya que hay otro, no menos importante, las oportunidades estratégicas que los dos países pueden avanzar.
Chipre se encuentra en una posición única para ofrecer a Israel un premio codiciado: profundidad estratégica. El 22 de julio de 2014, durante la Operación Margen Protector en Gaza, un aterrizaje de cohetes de Hamas cerca de Ben-Gurion llevó a una parada de cuatro días de la salida de Israel al mundo. Esta experiencia asegura que en la próxima ronda de combates, los aeropuertos de Israel estarán en la parte superior de lista de objetivos de Hezbolá o de Hamas.
Israel debe buscar un aeropuerto alternativo – lejos del alcance de los misiles – para permitir el flujo de pasajeros y materiales dentro y fuera del país en tiempos de emergencia. Un simple vuelo de 40 minutos o un viaje en barco de cuatro horas, Chipre puede proporcionar a Israel derechos de aterrizaje en sus pistas y por lo tanto, una salida al mundo. Estas relaciones también pueden extenderse a acuerdos para requisar combustible y equipos militares en caso de que las bases aéreas israelíes estén bajo fuego, así como disponer de espacio aéreo para formación.
Otra oportunidad tiene que ver con China. El eje de Chipre e Israel puede ser un elemento importante en la Ruta de la Seda Marítima de China, una ambiciosa iniciativa estratégica destinada a conectar Asia y Europa a través de una red de corredores de comercio, oleoductos, puertos marítimos de mar y aire y líneas de fibra óptica submarina. Israel es un puente de tierra que conecta el Mar Rojo y el Mediterráneo, mientras que Chipre, miembro de la UE, es un paso hacia Europa.
Con la ayuda de China, los dos países pueden crear un paso por tierra y marítimo desde el Mar Rojo a las puertas de Europa, que también acaba de descubrir uno de los mayores halllazgos de hidrocarburos en la historia reciente. Dicho corredor comercial – una alternativa al Canal de Suez – sería una pieza importante del diseño estratégico de China, que, de aplicarse, sería el proyecto de desarrollo de infraestructura más grande de la historia.
El aprovechamiento de la iniciativa Ruta de la Seda de China también haría a Israel y Chipre elegibles para la financiación de proyectos de las instituciones financieras dedicadas que los chinos han establecido, como el Fondo Ruta de la Seda y la infraestructura de Asia Investment Bank, de la que Israel es miembro fundador.
Chipre necesita a Israel no menos de lo que Israel necesita a Chipre. La economía de la isla se está recuperando de una crisis financiera, y su principal socio comercial, Grecia, está arruinado financieramente. Para ser elegible para el próximo paquete de rescate internacional, está obligado a someterse a dolorosas reformas, incluyendo la privatización de varias de sus empresas estatales. Esto ofrece oportunidades interesantes para los inversores israelíes.
Por otra parte, con el presupuesto de defensa de Turquía casi del tamaño de toda la economía chipriota, el pueblo de Chipre está tan preocupado por la potencial agresión turca como los israelíes lo están sobre la potencial agresión iraní. Estrechar las relaciones estratégicas con una próspera y militarmente poderosa Israel será una inyección en el brazo para Chipre.
Nada de esto debe ser visto como una estratagema contra Ankara. Por el contrario, con el régimen de Erdogan debilitado después de las elecciones de este mes, Israel debería tratar de mejorar sus relaciones con Turquía, mientras que Chipre debe esforzarse por continuar las conversaciones de reunificación. Ambos países deben actuar al unísono para incluir a Turquía en su plan de desarrollo de la energía del este del Mediterráneo.
Israel es a menudo aclamado como una isla de tranquilidad en medio de la tormenta en el Medio Oriente. Hay otra isla igual que esta. Es tiempo de explorarla.
Gal Luft, miembro del Middle East Forum, es co-director del Instituto de Washington para el Análisis de la Seguridad Global.
Fuente: Middle East Forum
Traducción: Silvia Schnessel
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