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ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Por Dor Matot

Serví en la fuerza de rescate de Shejaiya. Ciertas reglas de combate fueron determinadas para nuestros seis días en la zona. La noche anterior a la incursión terrestre, un oficial del servicio de seguridad Shin Bet nos explicó que había una gran población civil en el área a donde nos dirigíamos. Esa es la razón por la que no entramos a Shejaiya en ese momento, a pesar de que eso era lo que habíamos practicado y era una táctica correcta.

Tras considerar, entramos al día siguiente en la dirección prevista, donde hombres armados de Hamas esperaban nuestra llegada. El grupo comprendió nuestras estrategias, y cómo cada una de nuestras operaciones se basaban en consideraciones morales y humanitarias. Ellos estaban listos para recibirnos. Habían establecido puestos de observación en las zonas circundantes, y anticipaban nuestra llegada debido a la decisión anterior de no penetrar áreas pobladas por civiles.

Fuimos atacados la primera noche. Cinco de nuestros soldados murieron y otros 20 resultaron heridos. A pesar de las reclamaciones presentadas contra las FDI que hemos ido en contra del derecho internacional, en este caso se entiende que nuestra moral costó nuestras vidas.

Es importante que existan organizaciones como Rompiendo el Silencio. El problema es que la organización presenta sus pruebas desde el margen. Si su información fuese presentada a través de las instituciones apropiadas y se llevaran a cabo investigaciones, entonces está bien, las malas acciones deben explorarse. Pero una vez que pasan por alto este sistema y sacan la información al extranjero, lo que están presentando al público es asimétrico y alimenta el odio que ya existe.

Ellos dicen que presentan la verdad, sin embargo, muestran sólo una pequeña muestra de casos que no reflejan toda la historia.

La organización presentó sólo 68 testimonios de 40,000 soldados que participaron en el combate. Esa es una gran injusticia a una gran cantidad de soldados. La ONU se basa en los testimonios de Rompiendo el Silencio y otras organizaciones similares.

El informe publicado es una falta de respeto a mis amigos que murieron en batalla. Afirmaciones que el ejército israelí actuó inmoralmente son falsas, y nuestra situación en Shejaiya es el mejor ejemplo de esto. Operativos de Hamas nos esperaban allí, y nosotros fuimos enviados a una trampa cuidadosamente trazada por nuestras consideraciones de no dañar a la población palestina. Vimos la infraestructura, los senderos, los túneles y las casas con trampas explosivas. ¿Y dicen que la zona era un barrio civil? En realidad era un puesto militar de Hamas encubrimiento.

Este no es un asunto de extrema derecha contra la izquierda. Aquí no hay política. Es una cuestión de ser anti-israelí, y de hablar en contra del Estado. La izquierda debe denunciar una organización como Rompiendo el Silencio. Podemos discrepar sobre opiniones políticas, pero es nuestro deber condenar acciones en nuestra contra.

El autor es comandante adjunto de una compañía de la Brigada de Golani

Fuente: The Jerusalem Post

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