TAMARA TROTTNER PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

 

Estamos en una postura de yoga… me duelen las manos, los hombros, me tiemblan las piernas y mi ego enfurece… simplemente no me sale. Hago el máximo esfuerzo y al mismo tiempo en que se me saltan los ojos escucho a mi maestra decir: Disfruten.

¡JA! Pienso… ¡cómo puedo disfrutar esta tortura!… nos explica que en cada postura hay dos sensaciones opuestas, el dolor y el gozo, el esfuerzo y la relajación, la lucha y la rendición, lo importante es encontrar el punto medio.

El punto medio… ¿cual es el punto medio? Para los que somos intensos, las emociones se nos vienen a raudales, cascadas de alegría, explosiones de llanto, terremotos de pasión… exuberancias que nos envuelven, nos elevan y nos sueltan. Así vamos transitando en la vida. El punto medio no nos gusta, porque es como agua tibia, se siente bien, sólo bien, no quema, no nos hace temblar. Como el té de manzanilla, los zapatos negros, la ropa gris. Es cómodo, fácil, no causa aspavientos… no ES.

Entiendo que todo en la vida tiene su opuesto. Aquello que más alegría nos produce también es lo que más angustia nos puede generar, pienso por ejemplo en los hijos, esos seres que nos confrontan con los miedos más absurdos, con las alegrías más intensas. O aquel ser que amamos, que amamos tanto que nos llega a confrontar, llenando nuestra mente de emociones verdes y pegajosas. Una meta que nos proponemos como el más ansiado sueño y que al cumplirse tiene la fragilidad de poder desaparecer y quebrar entonces el sueño.

Absolutamente todo en la vida es así. Todo…  sabe rico pero engorda, se siente feo pero cura, es cansado pero fortalece…. Luz y sombra. Supongo que sí es importante buscar el punto medio, al menos en algunas cosas, porque vivir desparramados todo el tiempo puede ser muy cansado… los opuestos ahí están, nosotros tenemos que elegir qué postura en la vida nos acomoda suavecita y cuando tenemos que, de plano, ponernos de cabeza, hacer una machincuepa y caer parados… la decisión es nuestra. Me pregunto… ¿Cuántas veces en la vida lo hacemos?