HENRIQUE CYMERMAN BENARROSH – Israel habla de “tragedia” y la oposición acusa de fracaso al Primer Ministro.

Los ministros israelíes competían ayer por adoptar superlativos que condenen el acuerdo con Irán. El Primer Ministro, Benjamín Netanyahu, y el Ministro de Defensa, Moshe Yaalon, convocaron un gabinete extraordinario con los jefes del Estado Mayor y de los servicios secretos para debatir sobre los pasos a seguir.

Netanyahu definió el acuerdo como “un error para el mundo de proporciones históricas”, mientras que Yaalon calificó el pacto de tragedia: “con este acuerdo, Irán se convierte en un régimen más violento con capacidad de fabricar bombas atómicas. Israel no se considera comprometido con lo pactado porque Irán sigue apoyando abiertamente la destrucción de Israel”. La viceministra de Exteriores, Tzipi Hotovely, declaró que “se trata de una victoria del eje del mal”.

Netanyahu convocó a la prensa extranjera para reiterar su posición. “El mundo es ahora mucho más peligroso. En la próxima década, este acuerdo otorgará a Irán cientos de miles de millones de dólares que serán utilizados para difundir el terrorismo y aumentar los esfuerzos para destruir a Israel”, dijo. “Es la victoria de los ayatolas sobre Occidente”, advertía el Ministro Yuval Steinitz, que en los últimos años era responsable de la cartera iraní en el gobierno israelí.

La oposición israelí responde al acuerdo con una de cal y una de arena. Critica con dureza algunos apartados del documento, especialmente el relacionado con la inspección de las centrales nucleares iraníes. “Este punto es clave e inadmisible”, declaró a La Vanguardia el líder centrista de la oposición, Yair Lapid. “Las visitas de los inspectores tienen que ser hechas sin previo aviso y con mucha frecuencia para impedir que los iraníes puedan hacer lo que se les antoje fuera del radar”.

Tanto Lapid como el líder laborista Yitzhak Herzog afirman que ése es el principal cambio en el documento original que Israel debe intentar conseguir en el Congreso estadounidense en los próximos 60 días de debate. Los analistas vaticinan una lucha muy violenta en el pleno en torno al acuerdo, en el que Obama se juega su prestigio. Ambos líderes de la oposición acusan a Netanyahu de un fracaso personal y piden su dimisión. En el Consejo de Ministros extraordinario de ayer, Netanyahu se defendió: “No nos hemos comprometido a impedir el acuerdo, pero sí nos reafirmamos en impedir que Irán logre armas nucleares. Ese compromiso sigue vigente. Si no hubiésemos desarrollado el gran esfuerzo de los últimos años, Irán ya sería hoy una potencia nuclear”.

Fuentes de seguridad dijeron ayer a La Vanguardia que el acuerdo es “como un queso lleno de agujeros, pero es mejor inspecciones parciales que cero inspecciones”. Sin embargo, añadieron que “a Israel le tocará continuar su trabajo de inteligencia dentro de Irán tal y como hizo en las últimas dos décadas: utilizando agentes secretos, fuerzas especiales, inteligencia electrónica y colaboradores locales para conocer exactamente lo que ocurre en las instalaciones nucleares”.

Fuente: La Vanguardia.