MAY SAMRA PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO
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Irán y las grandes potencias han logrado un acuerdo nuclear y es probable que sea ratificado. Sin embargo, y a pesar de lo que se cree, Israel no ha sido tomado por sorpresa, pues el Estado judío lleva décadas analizando el siguiente escenario: “¿Cómo puede Israel sobrevivir en un Medio Oriente con un Irán nuclear?”.
Esta interrogante fue puesta en la mesa, en el 2005, hace ya diez años, en una de las actividades a las cuales acudí, en el marco de la Conferencia de Contra Terrorismo del ICT (International Institute for Counter-Terrorism) de la Universidad israelí IDC Herzliya (Interdisciplinary Center Herzliya) .
El escenario fue propuesto como ejercicio a a los alumnos de dicha universidad. Es probable que haya ocupado las mentes del alto mando militar israelí, el cual no sólo se ocupa de cuánto gasta Benjamín Netanyahu en helado de pistache.
En un artículo reciente, Daniel Pipes, quien es historiador y politólogo especializado en terrorismo, islam y Oriente Próximo, baraja tres opciones: bombardeos aéreos, sabotaje y ataque nuclear. Afirma: ” La segunda es la más plausible”.
Dejaremos del lado la opción del ataque nuclear, la cual significaría un “doomsday scenario” ( escenario del Fín del Mundo).
Para algunos israelíes, la tercera opción consiste en fomentar una revolución en Irán, a través de una coalición de disidentes con ideas afines a Occidente.
PRIMERA OPCIÓN: BOMBARDEO AÉREO
Esta opción puede no ser muy viable en este momento. Pero es muy probable que Irán incumpla el acuerdo en el futuro e intente producir armas. Este escenario ha sido estudiado por Ehud Eilam, quien lo presentó, el 12 de julio pasado, en la revista Israel Defense : “Estados Unidos, entonces, deberá considerar atacar su infraestructura nuclear. Para ello, es posible que le permita a Israel, oficialmente o no, realizar esta tarea“.
Eilam recuerda ( hecho que me consta) que la Fuerza Aérea de Israel (IAF) se ha estado preparando y entrenando durante más de una década para atacar a Irán.
Esto es lo que propone Eilam:
La Fuerza aérea israelí tiene bombas revienta-búnkeres como la GBU-28. Sin embargo, esas bombas no son capaces de penetrar en las instalaciones nucleares de Irán altamente protegidas, tales como la de Fordo. Para esta misión, la IAF requiere la GBU-57A / B Massive Ordnance Penetrator (MOP), una bomba americana masiva. El 3 de abril de 2015, el Pentágono anunció que había actualizado el MOP – información que fue compartida con Israel, quien deberá recibir de forma independiente la bomba.
La MOP es un cilindro de acero especial de alto rendimiento, de 20 pies de largo y un peso de 15 toneladas. Cuando cae desde una altura por encima de 20.000 pies, la bomba se acerca a velocidad supersónica antes de pegar su objetivo, rompiendo la roca con sus 6.000 libras de explosivos detonados con una fuerza devastadora.
En las pruebas realizadas por la Fuerza Aérea norteamericana en la base White Sands Missile Range de Nuevo México, esta bomba fue montada en un avión de 2000 millones de dólares.
A principios de la década de 1980, la Fuerza Aérea Israelí recibió su primer F-16 de EE.UU: casi de inmediato los utilizó en combate, para destruir el reactor nuclear iraquí en junio de 1981.
SEGUNDA OPCIÓN: SABOTAJE
Hemos sabido de varias operaciones diseñadas para detener el programa nuclear iraní: desapariciones de científicos y ciber ataques.
Entre los gusanos informáticos están los virus Stuxnet y Flame.
Según hngn.com, Cartwright, un general norteamericano retirado, ayudó a diseñar la campaña cibernética, cuyo nombre en código es Juegos Olímpicos, mientras que el presidente George W. Bush estaba en funciones, y continuó trabajando mientras al intensificarse el programa durante la presidencia de Barack Obama quien, según The New York Times, decidió acelerar secretamente los ataques contra las instalaciones nucleares de Irán.
Estos intentos de sabotaje no se detendrán.
TERCERA OPCIÓN: FOMENTAR UNA REVOLUCIÓN CONTRA EL GOBIERNO ISLÁMICO
Presentada de nuevo por el Prof. Raymond Tanter en febrero de este año como opción para EE.UU., pero manejada como posible estrategia desde hace más de una década en Israel, la tercera opción sería apoyar una “revolución suave” a través de una coalición de disidentes que rechazaría al gobierno islamista.
Un Irán secular acabaría con los planes de los clérigos extremistas, que sueñan con extender la revolución iraní a la región, a Europa y al mundo. Irán pasaría a la misma categoría de estados como Brasil y Japón, cuyo objetivos nucleares no son empañados por ideologías extremistas.
Un Irán laico no tendría entre sus condiciones “no negociables” la destrucción de Israel y no constituiría una amenaza para el Estado judío.
