tefilin

MARCOS GOJMAN

 

Zejariah Frankel nació en Praga en 1801. Recibió una educación religiosa y secular en su juventud y se graduó de doctor en lenguas clásicas en la universidad de Budapest, para finalmente ordenarse como rabino. Ejerció el rabinato en varias comunidades alemanas hasta que fue electo presidente del Seminario Teológico Judío de Breslau. Fue el primer rabino en Bohemia que tenía una educación moderna.

En 1845 se separó de la conferencia de rabinos reformistas que sesionaba en Frankfurt, porque habían declarado que el hebreo no era necesario en los rezos públicos.

La Escuela de Breslau, nombre que le daban a Frankel y su grupo, abogaba por tener toda la libertad para investigar y estudiar los orígenes de las creencias y las instituciones del judaísmo, sin que eso implicara el modificar la observancia estricta de sus preceptos. Él acuñó el término “Judaísmo Positivo Histórico”, donde el aspecto positivo era la forma de estudiar el judaísmo con el método científico, lo más objetivo y desapasionado posible y lo histórico porque reconocía que el judaísmo tenía su historia y que no había sido simplemente recibido del cielo listo para usarse.

Frankel decía que si queremos entender el judaísmo de una manera correcta, tenemos que estudiar su historia. Al leer un texto judío debemos preguntarnos quien lo escribió, cuando, para quien, porque lo escribió, etc. Más aun, al hacerlo, debemos utilizar las herramientas que usan los historiadores, incluyendo textos de otros grupos étnicos, descubrimientos arqueológicos y estudios lingüísticos. También tenemos que distinguir entre lo que el autor quiso decir (Peshat en hebreo) y el significado que adquirió posteriormente con el tiempo (Derash o midrash en hebreo).

Al estudiar el judaísmo de esa manera descubres que ha sido un fenómeno histórico, influido y modificado por las condiciones políticas, sociales, económicas y culturales bajo las cuales vivían los judíos y por el contacto con otros pueblos. En otras palabras, el judaísmo no ha sido el mismo durante todos los años de su existencia. Esto no quiere decir que el judaísmo haya cambiado tanto que no haya ninguna conexión entre nuestro judaísmo actual y el de Moshe Rabeinu. Lo que ha pasado es que el judaísmo ha evolucionado de una manera orgánica a través de los años.

No solo eso, el judaísmo va a seguir cambiando. El mundo no se está quieto y los organismos vivos deben aprender a vivir bajo nuevas circunstancias, si quieren sobrevivir. Pero esto no justificaba, decía Frankel, el introducir cambios artificiales que no concordaban con el verdadero espíritu del judaísmo, como lo hicieron los reformistas al cambiar radicalmente tradiciones sagradas para el pueblo judío. Tampoco coincidía con la postura ortodoxa de Samson Raphael Hirsch, que se oponía al método histórico positivo. Frankel decía que los tefilim eran de color negro no por un mandamiento recibido en Sinai, como lo afirmaba Hirsch, sino porque pintarlos de negro era una costumbre muy antigua que los judíos habían conservado a lo largo del tiempo. Además los tefilim sólo se usan desde hace poco más de 20 siglos. Es más, Abraham Avinu ni siquiera tenía tefilim.

Bibliografía: Artículos de Louis Jacobs, Elliot N. Dorf y otras fuentes.

Fuente:alreguelajat.com