AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El ex Fiscal para el Distrito de Manhattan, Robert M. Morgenthau, preparó ciertas declaraciones para el mitin Detengan a Irán ahora (Stop Iran Now) realizado en Times Square en Nueva York el pasado 22 de julio:

La propuesta le dará a Irán acceso a $150 mil millones de dólares en bienes congelados. Esta provisión es particularmente mortificante. A lo largo de los años, sobrevivientes de quienes han fallecido en atentados terroristas han demandado a Irán y, generalmente, han ganado grandes juicios. El problema es que Irán se ha negado a pagar. No entiendo la lógica de devolver esos fondos embargados sin, primero, requerirle a Irán que pague las deudas a esos sobrevivientes.

A pesar de que la propuesta se negoció de buena fe, incluso a la Administración le preocupa que algunos de esos miles de millones se destinen a patrocinar el terrorismo- lo que el Departamento de Estado llama de forma eufemística “acciones desestabilizadoras”.

Esto no es solamente una cuestión estratégica, sino una moral. Nosotros no podemos simplemente darles a los terroristas los medios para destruir vidas inocentes. Hasta que Irán renuncie al terrorismo, no podemos liberar esos fondos. Y no se equivoquen: ninguna parte de este acuerdo predice que el mismo reducirá el terrorismo iraní.

Un periódico iraní que funge como vocero para el líder supremo iraní lo dijo así: “a pesar de varias pretensiones y fantasías, este acuerdo no conducirá a la cooperación entre Irán y Estados Unidos en temas regionales”. E inclusive el Presidente Obama, en su reciente conferencia de prensa, admitió ese intento de que tratamos de desviar las políticas destructivas de Irán, y dijo “no apuesto por eso”.

Con respecto a Irán, un régimen internacional efectivo de sanciones es la única alternativa real que el mundo tiene contra la guerra. No debemos desmantelar esas sanciones hasta que nos aseguremos de que las intenciones hostiles de Irán han sido frustradas.

Como fiscal de distrito, algunos de mis casos más importantes fueron aquéllos en los que aseguramos que las sanciones contra Irán se cumplieran. Acepté trabajar en esos casos porque creía que las sanciones eran cruciales para evitar que Irán esparciera aún más el caos. Deberíamos mantener esas sanciones en su lugar mientras tanto Irán amenace la supervivencia de sus vecinos y patrocine el terror alrededor del mundo.

Casi al fin de su vida, el Presidente John Kennedy dio un discurso en el que les habló a los estadounidenses sobre la paz que deseaba traer al mundo. La llamó “paz genuina… no solamente paz para los estadounidenses sino para todos los hombres y mujeres, no solamente paz en nuestros tiempos, sino paz en todos los tiempos”.

Esta propuesta hace exactamente lo contrario.

Fuente: The Wall Street Journal / Traducción: Miriam Baley.

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