SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – La mitad de las veces, los matrimonios palestinos son consanguíneos, lo que hace que la tasa de malformaciones congénitas del corazón sea tres veces más alta que en la población general. En el Hadassah Medical Center, bajo la dirección de médicos judíos franceses, un equipo mixto de cardiólogos israelíes y palestinos se hizo cargo de 607 niños palestinos desde el año 2005. Y todo esto sin costo alguno ya que el único enemigo común es la enfermedad cardíaca.

Bebés palestinos en el Hadasa
Bebés palestinos en el Hadasa

Hace cuatro años, una palestina embarazada de Hebrón fue enviada al Centro Médico Hadassah en Jerusalén. La madre sufría de una enfermedad autoinmune, lupus. Los anticuerpos en su sangre habían atravesado la placenta, provocando el bloqueo del corazón de su feto.

Entregamos el bebé inmediatamente y le implantamos un marcapasos. Se fue a su casa dos o tres semanas más tarde y actualmente se encuentra en buen estado de salud”, dice el profesor Rein Azaria, jefe de cardiología pediátrica en Hadassah y co-fundador de Un Corazón para la Paz en colaboración con el Hadassah para el cuidado de niños palestinos con cardiopatía congénita.

Tenemos muchas historias similares, pero ésta era especialmente dramática”.

Un equipo mixto de médicos apolíticos

Desde su fundación en 2005, Un Corazón para la Paz reúne a un equipo mixto de médicos israelíes y palestinos, que ya se encargó de 607 niños palestinos, 20% de ellos son de la Franja de Gaza y el 80% de las áreas bajo administración de la Cisjordania palestina.

Es una organización no política, que ya ha capacitado a cinco médicos palestinos para realizar una ecocardiografía o un cateterismo, pero también 197 médicos para el diagnóstico precoz, un técnico en ecocardiografía y electrocardiografía y un consejero genético.

El asesor genético es una medida de prevención esencial, porque uno de cada dos matrimonios palestinos son consanguíneos, lo que hace que la tasa de malformaciones congénitas del corazón sea tres veces más alta que en la población general.

La mitad del costo de cada hospitalización corre a cargo del centro médico y la otra mitad de la propia organización, que está en Francia. En promedio, la factura por cada niño asciende a unos 13.653 euros.

Una iniciativa de “olim jadashim” (inmigrantes judíos) franceses

Un Corazón para la Paz ha tomado forma gracias a la iniciativa de otro médico ‘olé jadash’ francés, el Dr. Muriel Haim y el Dr.  Rein. Ellos explican la necesidad de este programa, que, irónicamente, vino de los Acuerdos de Oslo firmados por el gobierno de Israel y la Organización para la Liberación de Palestina en 1993. Hasta este acuerdo, en muchas áreas árabe controladas por los palestinos, era Israel y a veces incluso las Fuerzas de Defensa de Israel las que se encargaban del cuidado de los niños palestinos.

Pero después de Oslo, no había nadie más que cuidara de ellos, por lo que tratamos de encontrar una manera”, dice Rein, quien emigró a Israel desde Francia en 1968 y que se formó en su especialidad en la Universidad de Harvard.

“Todos los niños tienen derecho a la atención, y cuando oí al profesor Rein en 2005, afirmar que muchos niños palestinos sufren de enfermedades cardíacas congénitas y murieron porque no tenían acceso a la cirugía cardíaca, “decidí ofrecer cirugía cardíaca para los niños. Es tan simple como eso”.

En colaboración con los hospitales palestinos y las Naciones Unidas, Un Corazón para la Paz comenzó tomando un niño por semana. Pero el número ha aumentado mucho más rápido. El sistema que se aplica es tal que el personal médico de Gaza puede consultar a Rein y a su equipo por la necesidad de atención cardiaca avanzada. Comparten sus datos en aplicaciones móviles como WhatsApp.

“Les damos las gracias de todo corazón”

Si la transferencia es necesaria, el papeleo se archiva de forma rápida entre las autoridades palestinas e israelíes para permitir el paso del niño y un acompañante (generalmente la madre o abuela) en el Hadassah. Desde la frontera con Israel, el transporte se hace en ambulancia por el Magen David Adom, la Cruz Roja israelí”.  A ningún niño se le ha impedido venir para el tratamiento, dijo Haim, y en caso de extrema urgencia, la transferencia se puede lograr en dos horas y media”.

Saleh, por ejemplo, tuvo su primera cirugía de corazón al nacer en 2013 y regresó al Hadassah unos meses después de una operación de nueve horas. Saleh ahora es un niño sano. Sus padres le hicieron asistir a exámenes regulares de consulta de cardiología pediátrica en Ramallah, que fue fundada por Un Corazón para la Paz en 2012 y ahora es gestionada de forma independiente por palestinos entrenados por la organización. Este año, Un Corazón para la Paz abrirá una clínica de cardiología Pediátrica en Hebrón.

Los padres de Saleh enviaron una carta de agradecimiento a un corazón para la Paz. 

“Gracias, nuestra vida brilla todos los días. Gracias por la esperanza que ustedes nos dieron. Les damos las gracias de todo corazón por lo que has hecho por nosotros y por todo lo que hacéis por todas las otras familias desafortunadas como la nuestra”, escriben.

Fuente: Europe-Israël

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