SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El mismo día que la Administración Obama acudió a los tribunales para reclamar que la Autoridad Palestina no tiene suficiente dinero para compensar a las víctimas del terror, surgió una nueva evidencia de que sus corruptos líderes abusan rutinariamente de los millones de dólares en ayuda extranjera.

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A principios de este año, un tribunal de Nueva York ordenó a la Autoridad Palestina pagar $ 218,5 millones a las víctimas de los ataques terroristas perpetrados por empleados de la AP, actuando con el conocimiento y la asistencia de sus superiores. AP afirma que no tiene suficiente dinero para pagar una fianza por orden judicial mientras apela el fallo.

Esta semana, el gobierno de Obama se apresuró a rescatar a la AP. La misma administración que nunca interviene en la corte para ayudar a las víctimas israelíes del terrorismo palestino, intervino para ayudar a los autores de actos de terrorismo. Alegó que la AP está esencialmente sin dinero, y advirtió al juez que si la Autoridad Palestina fuera obligada a pagar, ello podría conducir a su “colapso”. 

Un colapso de este tipo podría “alimentar la ira y frustración” entre los palestinos, advirtió el gobierno; había una amenaza apenas disimulada de que habría violencia palestina si el juez no cumplía.

¿De verdad está en quiebra la Autoridad Palestina, como afirma el gobierno de Obama?

Un documento recientemente filtrado dice lo contrario. Associated Press informaba el 11 de agosto que los documentos revelan “intentos de los funcionarios palestinos de malversar los fondos públicos”, intentos que “ponen de relieve la corrupción y mala gestión” que es “rampante en el gobierno de la Autoridad Palestina”.

Un documento está firmado por Majdi al-Khaldi, un alto asesor del presidente de la AP, Mahmoud Abbas, quien lo acompaña en sus viajes por el mundo. En el documento Khaldi pide al ministro de Relaciones Exteriores del estado del Golfo rico en petróleo, Bahrein, que contribuya con $ 4 millones “para financiar un complejo barrio privado de funcionarios palestinos en una zona exclusiva de Ramallah”, informó la AP. Añadió: “Insistió en que el complejo tenía ‘la intención de resistir a los asentamientos israelíes’, a pesar de que no hay asentamientos donde se construyó el complejo”.

El segundo documento es una carta de Nazmi Muhanna, director general de Cruces y Fronteras de la Autoridad Palestina. Pide a la Autoridad Palestina que pague la educación privada de su hija en Jordania, y otros favores.

AP citó a Azmi Shoabi, líder del grupo de vigilancia de la corrupción Transparencia Internacional, reconociendo que “hay grandes agujeros negros” en el sistema financiero y administrativo de la Autoridad Palestina que “hay que abordar y reformar”. Estas fallas incluyen “no publicar informes financieros en tiempo y forma, mientras no supervisa unos 20 fondos administrados por el gobierno encabezados por ejecutivos con sueldos excesivos”. Algunos departamentos de la AP se han convertido en “reinos privados” para algunos funcionarios, dijo Shoabi.

Un notable artículo en The Tower del año pasado arroja luz adicional sobre este tema. Fue escrito por Aaron Menenberg, que en 2010-2011 era funcionario de la Administración Civil del Ministerio de Defensa israelí, que se ocupa de asuntos que no son de seguridad en la parte de Judea-Samaria que Israel administra (no las zonas en las que el 98% de los palestinos residen, que gobierna la Autoridad Palestina).

Menenberg interactuó con frecuencia con empresarios palestinos. Su informe describe que un día recibió una llamada telefónica de un granjero llamado Sammy Khalidi. Con la ayuda de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, que estaba ayudando a los palestinos a exportar productos a otros países. Khalidi informó que había recibido una llamada inquietante desde el personal del entonces primer ministro de la AP Salam Fayyad, el “tecnócrata” y “moderado” a quien Occidente daba abrazos de oso.

La oficina de Fayyad exigía que Khalidi cambiara las empacadoras; querían que empezara a enviar sus productos a una propiedad del Grupo Global Sinokrot. Las instalaciones de Sinokrot, sin embargo, estaban al sur de donde estaba situado Khalidi, y era necesario enviar sus productos al norte con el fin de llegar a los mercados extranjeros a tiempo. “Mi producto se estropeará antes de que llegue al mercado”, Khalidi protestó. “Y ellos son más caros”. Pero a la gente de Fayyad le importaba poco si era rentable. Y la razón era obvia para Khalidi: Sinokrot estaba encabezada por Mazen Sinokrot, quien hasta hace poco era el ministro de Economía de la Autoridad Palestina. Los contactos llevaron a la corrupción, la ineficiencia y el derroche de millones de dólares.

Fue un incidente, pero, sin duda, se duplica cada día en toda la AP.

¿En quiebra?¿ Sin dinero? ¿Incapaz de pagar una fianza por orden judicial? Por favor, presidente Obama. No nos haga reír.

El Sr. Korn es ex editor ejecutivo del Philadelphia Jewish Exponent y el Miami Jewish Tribune, es el presidente de Sionistas Religiosos de Philadelphia.

Fuente: The Algemeiner

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