AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

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Musulmanes (practicantes) y judíos (practicantes) tienen poco en común, excepto el odio a la carne de cerdo. Según ambas religiones, este animal es considerado no apto para el consumo. En caso del judaísmo, son las leyes de Kashrut, que se basan en la Torá y regulan los alimentos permitidos,  que prohíben la ingestión del cerdo.

Afortunadamente, en Francia, a ningún musulmán ni judío se le obliga comer carne de cerdo.

Entonces, ¿por qué hay titulares tendenciosos de “Obligan a estudiantes musulmanes y judíos a comer cerdo en las escuelas francesas”?

Ésta es la historia:

El alcalde de Chalon-sur-Saône ( Francia) ha decidido que, en los comedores escolares (que están dentro de su jurisdicción), no habría menú alternativo en los días en que se sirve carne de cerdo.

Anteriormente, en esos días, los alumnos que lo solicitaban recibían verduras en vez de carne de cerdo.

Debido al cambio, organizaciones musulmanas militantes iniciaron vehementes protestas y refirieron el tema a un tribunal. Dicho tribunal desestimó el recurso de apelación y reafirmó el derecho del alcalde de proponer un solo menú para todos los niños, independientemente de su religión.

Ninguna organización judía protestó. ¿Por qué? ¿Acaso los judíos de Chalon-sur-Saône son tímidos? No. Simplemente, los martes- u otros días- las mamás judías prepararán sándwiches sin cerdo a sus hijos. No irán al tribunal. Porque respetan las costumbres del lugar y no tienen ninguna ambición de cambiar a una Francia laica por una República Judaica.

Sin embargo, los musulmanes sí tienen una meta trazada. Lo entendemos y también lo entiende el alcalde. Por ello, la decisión del alcalde no es económica, sino política -y no muestra una inclinación muy favorable al islam.

Es probable que el alcalde de Chalon-sur-Saône se haya hartado de la “conquista islámica de Francia”. ¿Quién no ha oído hablar de los nacimientos y los mercados de Navidad que se quieren prohibir porque ofenden la sensibilidad musulmana? ¿De mujeres que golpearon una joven que lucía un bikini en el parque? ¿De escuelas francesas en las que solamente se enseña árabe y solamente el Corán? ¿De “tierras de nadie” islámicas en Francia, donde la ley civil y penal es la Sharía?

Francia concedió a los judíos, hay más de dos siglos, todos los derechos como individuos. Es bastante normal que se extienda este beneficio a los musulmanes como individuos. No esperábamos nada menos. Pero tampoco nada más. Pero algunas mezquitas y algunas asociaciones islámicas quieren más, mucho más.

Quieren ganarle territorio (religioso, político y mental) a la República. Una pequeña conquista aquí, otra más allá. Y de pronto, ya no es la misma República. Por lo tanto, no basta con invocar la sacrosanta laicidad. Una fórmula ya obsoleta, que ha sido vaciada de sentido por los movimientos étnico-religiosos.

Finalmente no olvidemos la carne de cerdo, el triste pretexto de esta guerra. En caso de judíos muy observantes, el kashrut es mucho más riguroso que su primo halal. No se puede comer siquiera un alimento preparado con un cuchillo que podría haber sido utilizado para cortar una chuleta de cerdo. Por lo tanto, los judíos observantes parten cada mañana por la escuela con sándwiches Kosher preparados por sus madres. ¿Acaso las madres musulmanas no saben hacer sándwiches?