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La “Primavera Árabe” -una ola de violencia- comenzó a fines del año 2010 y pronto incluyó, para la primavera del 2011, la guerra civil en Siria. A la fecha, esa guerra ha costado más de 200,000 vidas, ha visto la desintegración de Siria en zonas controladas por distintas facciones, en su mayoría radicales, y provocó una crisis de refugiados que ahora está afectando no sólo a los países circundantes como Jordania, Líbano y Turquía, sino también  a Europa.

 

P.DAVID HORNIK

Apenas dos años antes  de que estallara la versión siria de la “Primavera”, en el año 2009, el entonces primer ministro israelí, Ehud Olmert, estaba participando aún en conversaciones indirectas con el presidente sirio, Bashar al-Assad, destinadas a devolver todos los Altos del Golán a Siria. Se suponía que la recompensa sería un compromiso sirio de paz y abandonar su alianza con Irán y Hezbolá.

Para ahora, nadie en Israel -derecha, izquierda, centro, ni siquiera la extrema izquierda- se  lamenta que esas conversaciones no llevaran a tal acuerdo. En el 2012, el prominente columnista y escritor de centro-izquierda, Ari Shavit, escribió:

No pude evitar pensar en lo que estaría sucediendo hoy de haber sido aceptada la posición ideológica que he sostenido durante mucho tiempo – paz a cambio del Golán… Tengo que admitir que si hubiese sido aplicada la visión del mundo que yo había defendido, estarían acampando batallones de yihadistas cerca de Ein Gev (junto al Mar de Galilea) y habría bases de Al-Qaida sobre las costas [del lago]. El norte de Israel y las fuentes de agua estarían limitando…con una entidad islámica armada y extremista que no podría ser controlada. Tarde o temprano, Israel habría sido obligada una vez más a ascender [el Golán]. Pero esta vez, tal operación traería bombardeos de misiles balísticos sobre Tel Aviv. La paz en la que yo creí y por la que luché, se habría convertido en una guerra enorme en la que es posible hubieran muerto miles.”

Ahora, tres años después de que Shavit escribió esas líneas, la situación en el Golán sirio, que limita con la parte israelí del Golán al este, es aún peor. Los yihadistas sunitas, especialmente el Frente Nusra, afiliado a al-Qaida, todavía está vigente allí. Pero el partidario de Siria, Irán, ahora tiene una presencia creciente, como lo indica este informe del viernes 21 de agosto:

Un comandante de la Guardia Revolucionaria Iraní orquestó los disparos de cohetes  desde Siria contra el norte de Israel, dijeron fuentes militares la noche del jueves. Según un funcionario de alto rango de seguridad israelí, Saeed Izadi, el jefe de la División Palestina de la Fuerza al-Quds iraní [un brazo de la Guardia Revolucionaria] planificó el ataque. El Ministro de Defensa, Moshe Yaalon, advirtió que el disparo de cohetes fue meramente una ‘atracción inminente’ para futuros ataques contra Israel financiados por Irán. Con el alivio de las sanciones como parte del acuerdo nuclear con Irán, Teherán aumentará el apoyo a sus satélites meso-orientales, sostuvo.”

Por supuesto, no fue solamente Olmert quien vio al régimen de Assad como una clave para la paz. Remontándonos a principios de la década de 1990, cuando una “fiebre de paz” se apoderó de Israel, todos los primeros ministros israelíes, excepto Ariel Sharon, probaron suerte con Assad padre (Hafez) o hijo (Bashar) para ir por Golán a cambio de paz. Los primeros ministros Rabin, Peres, Barak y Olmert ofrecieron en su totalidad; el Primer Ministro, Benjamin Netanyahu, (durante su primer mandato, 1996-1999) estuvo más preocupado porque Israel retuviera algunas partes estratégicas del Golán.

Las ofertas fueron hechas a pesar del hecho de que en 1981 la Kneset había aprobado la Ley de los Altos del Golán, la cual extendía la ley israelí a los Altos, por un margen de 63 a 21.

“Golán por paz” fue también, por supuesto, la sabiduría reinante en Washington. En especial los secretarios de estado Warren Christopher y John Kerry buscaron implacablemente a los Assad con la esperanza de asegurar el acuerdo apreciado.

Los opositores a tal acuerdo dijeron que, en primer lugar, el régimen alauita de los Assad era un régimen minoritario y un paria en el Medio Oriente predominantemente chiita, y no podría renunciar a su lugar cómodo en el eje iraní; y en segundo lugar, aún si pudiera, la situación en la Siria multiconfesional era inherentemente inestable y ningún acuerdo podría sustituir la enorme ventaja estratégica que el Golán da a Israel.

Los opositores estaban en lo cierto en ambas cosas, por supuesto; pero anotarse puntos no es ninguna ayuda en la situación actual donde Israel, gracias al Cielo, todavía tiene el Golán; Siria es ahora un escenario para las fuerzas iraníes de Hezbolá y cada vez más rusas (junto el ISIS, Nusra y compañía); y el acuerdo nuclear iraní es lógico que dé una bonanza de recursos al eje iraní.

Amos Yadlin, un ex jefe de la Inteligencia Militar Israelí, ha hecho algunas propuestas para la cooperación estratégica realzada entre Estados Unidos e Israel a raíz del acuerdo iraní. Aun cuando algunas de las propuestas sobrevaloran enormemente la voluntad del gobierno de Obama de contrarrestar a Irán y la buena voluntad hacia Israel, esa administración no estará en el cargo durante demasiado tiempo.

Una medida que Yadlin sugiere debe tomar Estados Unidos es “promover el reconocimiento de la soberanía israelí sobre los Altos del Golán….”

Nuevamente, no es algo que hará Obama, pero él no estará allí para siempre. Fortificar la soberanía israelí sobre el Golán sería, por supuesto, sólo una pequeña medida frente a los peligros presentados por un acuerdo calamitoso. Pero sería una medida valiosa.

Señalaría que:

-Las agresiones contra Israel pueden conllevar costos, incluso costos territoriales.

-Estados Unidos no siempre presionará reflexivamente a Israel para que renuncie a activos estratégicos, y puede incluso apoyarla en retenerlos (aplicar ese principio al Valle del Jordán sería otro paso adelante).

-Estados Unidos comprende la nueva situación en el Golán y respaldará a Israel en enfrentar las amenazas que emanan ahora de Siria.

-Por último, con Israel siendo un centro de estabilidad, con capacidad de inteligencia avanzada, y habilidad militar en el Medio Oriente cada vez más caótico, el Golán es también un activo estadounidense.

Fuente: Front Page

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México