Una start-up lanza un sensor molecular de bolsillo que puede decirle cuántas calorías hay en esa hamburguesa, si esa chaqueta es de cuero real, cómo de maduro está el tomate, y más.

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Un equipo del Laboratorio de la Sociedad Consumer Physics realiza una prueba en una barra de chocolate utilizando SCIO (Foto: AFP)

Una start up israelí ha puesto en marcha un dispositivo de bolsillo que analiza al instante la composición de los alimentos, bebidas, medicamentos u otros objetos.

Consumer Physics dice que su herramienta Scio envía datos sobre la composición química de una sustancia al smartphone del usuario, donde una variedad de aplicaciones presentarán los resultados.

 

Es “el primer sensor molecular que cabe en la palma de su mano”, dice Dror Sharon, co-fundador de la firma con sede en Hod Hasharon, cerca de Tel Aviv. 

Los usuarios podrán ver cuántas calorías hay en la hamburguesa que tiene en el plato, lo que contiene su bebida, o si una chaqueta es realmente de cuero.

 

Scio, en el mercado desde el mes pasado, no necesita contacto físico con la sustancia que se está comprobando, ya que utiliza un haz de luz que se conoce como Espectroscopia de Infrarrojo Cercano.

 

Cada molécula interactúa con la luz para crear una firma óptica única, que puede revelar las propiedades químicas de un objeto, como humedad, grasa o azúcar.

 

Mediante el examen, por ejemplo, del contenido de azúcar de un tomate en el estante del supermercado, el sistema puede determinar su grado de madurez.

Pero por el momento, aun se confunde con un plato preparado como la lasaña, con sus capas de pasta, salsa, carne y verduras.

Base de datos de colaboración

Consumer Physics cuenta con los datos recogidos por los usuarios que contribuyen a un banco de información en constante expansión.

“Cuanto más grande sea nuestra comunidad, más datos tendrá Scio sobre los diferentes materiales y esto directo de nuevo a nuestra comunidad de usuarios”, dice su página web.

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Un equipo del Laboratorio de la Sociedad Consumer Physics toma la temperatura de un tomate (Foto: AFP)

 

El producto fue lanzado con la ayuda del sitio de financiamiento colectivo Kickstarter, con 13.000 clientes hasta ahora haciendo pedidos para el gadget a $ 250 dólares (220 euros) cada uno, para su entrega de diciembre de 2015.

 

Sharon dice que su tecnología tiene un atractivo que va más allá del mercado de consumo.

 

“Hay interés por parte de pequeños desarrolladores que quieren desarrollar algo fresco para sí mismos o para sus hijos, incluso adolescentes que quieren desarrollar este, hasta multinacionales y grandes empresas”, dice, añadiendo que tiene en la mira al sector industrial para la siguiente fase.

 

“Hay gente en la industria que a diario miran cosas y dicen, “¿Realmente es la calidad que pedí?”

Y un día el teléfono inteligente podría venir con un Scio incorporado.

 

El prototipo ya existe, pero se mantiene bajo cuidado de guardia en las instalaciones de Consumers Physics.

 

Sus responsables creen que en pocos años los gigantes de la industria verán el gadget como indispensable.

 

Fuente: Ynet / AFP

Traduce y edita: Silvia Schnessel para Enlace Judío México 

https://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4700181,00.html

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