El profesor Sergio DellaPergola, demógrafo de la Universidad Hebrea contempla el futuro del judaísmo: ¿Acaso la paz y la seguridad provocará una explosión demográfica o por el contrario, la incertidumbre y el conflicto reducirán las cifras demográficas?

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SEGIO DELLA PERGOLA – Al inicio del año 5776, el pueblo judío suma cerca de 14.3 millones de personas, según un cálculo similar al aprobado por la Suprema Corte de Israel.

Ser judío hoy es la voluntad de expresar una auto-identificación con el pueblo judío desde muy religiosos hasta anti-religiosos.

En el Estado de Israel residen 6.3 millones de judíos (además de aproximadamente 360, 000 personas que no están registradas como judíos en el Ministerio del Interior) y otras 8 millones que viven en la diáspora: 5.7 millones en los Estados Unidos y 2.3 millones en el resto del mundo (principalmente en Francia, Canadá, Gran Bretaña, Rusia, Argentina, Alemania, Australia, México y Brasil).

Un pronóstico para 2050 prevé un escenario de alrededor de 20 millones de judíos en Israel y en el mundo, en comparación con un escenario de baja probabilidad de 14 millones. De acuerdo a un pronóstico de medio alcance, en 2050 el pueblo judío regresará a sus proporciones de antes del Holocausto.

Entonces, ¿cómo puede predecirse el futuro de un pueblo?

En una era de inestabilidad no sólo en el Medio Oriente, sino también en la Unión Europea y en otras partes del mundo, es difícil predecir cómo evolucionarán las próximas décadas. Resulta particularmente complicado imaginar el futuro del pueblo judío en el Estado de Israel y en la Diáspora. La profecía, como sabemos, es para los tontos, los ciegos y los menores.

Sin embargo, las predicciones demográficas son como un juego de pelota, ya que se conoce el resultado de la primera mitad y todo lo que queda es determinar el resultado final, que por lo general no es independiente de lo que ocurrió en la primera mitad. Por lo tanto, hoy en día las predicciones demográficas son bastante exactas.

El futuro del pueblo judío no sólo depende de sus circunstancias internas, sino de acontecimientos mundiales como guerras, terrorismo, fluctuaciones económicas, cambios de clima, inmigración masiva y la estabilidad o la devastación de países (como lo que sucedió en la antigua Unión Soviética).

Escenario optimista: la población judía crece

El escenario optimista para el pueblo judío se basa en estabilidad, seguridad y paz, así como en una economía próspera en el Estado de Israel y en los países donde residen las principales comunidades judías.

La paz y el desarrollo económico incrementan la satisfacción y el optimismo de los residentes, conduciendo a una tasa de natalidad alta y estable. Una mejor calidad de vida en Israel puede aumentar el atractivo del Estado y contribuir a un crecimiento de población en el país, aunado a la reducción de la diáspora.

Se espera que la población judía en Israel sea de 8.5 millones en 2030 y 12.5 millones en 2050. Con la incorporación de 2.5 millones de árabes en 2030 y 3.5 millones en 2050, la población del Estado de Israel será de 11 millones en 2030 y 16 millones en 2050 (excluyendo a los palestinos en Cisjordania y Gaza).

Un escenario optimista con respecto al judaísmo de la diáspora se refiere a una mayor confianza de las comunidades, una menor asimilación aunada a una creciente apertura para declarar abiertamente la identidad judía de sus miembros, y la unión de las tribus perdidas, incluyendo los Bnei Anusim de la época de la Inquisición.

El número total de judíos de la diáspora se mantendrá estable o descenderá moderadamente, sobre todo debido al perfil de envejecimiento de muchas de las comunidades judías, y la continua emigración negativa a favor de Israel.

Se estima que el número de judíos fuera de Israel alcance los 8 millones en 2030 y se reduzca a 7.5 millones en 2050. En resumen, tras la inclusión de familiares que no están registrados como judíos en Israel, el pueblo judío puede llegar a un total de 16.5 millones en 2030 y 20 millones en 2050.

Escenario pesimista: la tasa de natalidad disminuye, la emigración aumenta

Según el escenario pesimista, los pronósticos son opuestos: no hay seguridad en Israel, el conflicto violento prevalece, la economía se erosiona aunada a las inversiones, el empleo y los ingresos – las tazas de natalidad disminuyen, la inmigración se reduce mientras que la emigración aumenta.

La población judía crece lentamente y el número de judíos en Israel llega a 7.5 millones en 2030 y 9 millones en 2050. La población de Israel llegará a 9,. millones de habitantes en 2030 y alrededor de 12 millones en 2050.

Los judíos de la diáspora también se ven afectados por la inseguridad, el aumento de la asimilación y el antisemitismo, las bajas tasas de natalidad y los altos niveles de envejecimiento. Su número se reduce a 6,5 millones en 2030 y 5 millones en 2050. Así, según este escenario, toda la población judía incluye 14 millones de personas en 2030, y ese número se mantiene estable en 2050.

Los Haredim representarán un tercio de la población

La realidad probablemente se encuentra entre ambos extremos. También es importante recordar que los diferentes sectores de la población crecen a un ritmo diferente, provocando un cambio en la composición de la sociedad.

En Israel, se espera que la población ultraortodoxa aumente gradualmente hasta llegar a ser un tercio de todos los judíosal igual que el porcentaje de árabes palestinos que viven en Israel.

En el escenario optimista, estos sectores logran integrarse a la vida económica y asumen responsabilidad por el bienestar de sus familias. En el escenario pesimista, estos sectores permanecen aislados de la sociedad, llenos de amargura y son una fuente de inestabilidad. Una mayor supervivencia de las comunidades ultra-ortodoxas es también evidente en el extranjero.

El aumento de población plantea un gran desafío en términos de infraestructura y la calidad del medio ambiente, aunque no es imposible lidiar con este reto, tomando en cuenta lo que sucede en Singapur, donde la densidad de población es mucho más grande en comparación de Israel, o Arizona, un estado de Estados Unidos con un entorno muy similar al desierto del Neguev.

Por encima de todo, el sistema político debe prepararse adecuadamente para el futuro demográfico pronosticado en 2050.

Fuente: Ynet/ Prof. Sergio DellaPergola/ Traducción: Esti Peled

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