c4d1f45b42718d8650dd674c982cb21c

Al margen de las teorías de conspiración, la declaración del comandante de la Fuerza Quds de élite contiene una bochornosa verdad.

ALI ALFONEH

“Estados Unidos tiene la intención de preservar a Daesh a fin de hacer a los musulmanes dependientes de Estados Unidos”, declaró el general de división iraní Qassem Soleimani utilizando el acrónimo árabe para el Estado Islámico (ISIS) en su informe del 1 de septiembre sobre los acontecimientos regionales ante la poderosa Asamblea de Expertos de Irán.

Al margen de las teorías de conspiración, la declaración del comandante de la Fuerza Quds de elite, el ala expedicionaria del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), contiene una bochornosa verdad: De no ser por los ataques aéreos liderados por Estados Unidos contra posiciones del ISIS en la ciudad iraquí de Tikrit en abril, el ejército iraquí, Soleimani y las milicias iraquíes chiíes bajo su mando no habrían podido tomar el control de esa ciudad.

La República Islámica llega a grandes extensiones para ocultar la medida de su coordinación con Estados Unidos, así como Washington no está dispuesto a admitir alguna cooperación con Teherán.

Sin embargo, su dependencia de Estados Unidos para apoyo aéreo es un hecho y en alguna medida prueba del estado alarmante de la Fuerza Aérea iraní, la cual, debido a los embargos internacionales de armas impuestos después de la Revolución Islámica de 1979, consiste en gran medida de aviones de la época de Vietnam y es incapaz de montar el tipo de operaciones de combate que emplean los estadounidenses en Irak.

Pero la dependencia militar de Irán en Washington puede reflejar también el hecho de que Teherán tiene una presencia militar muy limitada en Irak, la que está confinada en gran medida a comandantes de campo, tropas especiales, e instructores de entrenamiento.

No parece haber números significativos de tropas terrestres, lo que está en línea con la estrategia de Teherán de utilizar fuerzas representantes, principalmente chiíes, en su campaña encubierta para subvertir a sus oponentes árabes y extender la influencia de Irán a lo largo de la región.

Basados en un informe de medios noticiosos de la República Islámica sobre servicios funerarios en Irán para hombres muertos en combate en Irak, hubo 27 bajas iraníes en Irak durante los últimos 14 meses. En contraste, 119 iraníes, 131 afganos chiíes, y 20 pakistaníes chiíes han sido reportados muertos en combate en Siria desde enero del 2013.

El número real de combatientes chiíes en morir en combate en Irak y Siria probablemente sea mayor que los números informados por los medios de comunicación de la República Islámica, pero el número más bajo de bajas iraníes en Irak refleja una presencia militar iraní más limitada en ese país en comparación con Siria.

El análisis cualitativo de las muertes iraníes en combate ofrece una visión de las fuerzas desplegadas en Irak. Por ejemplo, los 27 “mártires” iraníes estaban sirviendo en el CGRI, lo cual refleja la división tradicional de labores entre el ejército normal y los Guardias.

En segundo lugar, aunque el CGRI tiene la tarea de operaciones extraterritoriales como combatir a opositores al régimen en casa, el rol del ejército regular está limitado a salvaguardar la integridad territorial de Irán.

Nueve de los iraníes caídos fueron identificados como oficiales del CGRI: un general de brigada, dos coroneles, dos capitanes, y un ex “miembro del consejo de mando” de la Basij, una fuerza paramilitar de un millón de integrantes bajo el control del CGRI. Otros cuatro fueron conmemorados como “sardars” (comandantes).

Las bajas restantes eran especialistas en vez de hombres de infantería. Incluían a dos clérigos, dos ingenieros y un fotógrafo. Esto muestra claramente que el gobierno iraquí, que es respaldado por las milicias chiíes, no necesita de voluntarios para el frente, sino que necesita comandantes de campo hábiles y experimentados.

CGRI claramente está suministrando tales comandantes. Los iraníes caídos incluyen al General de Brigada Hamid Taqavi, un importante comandante de la Fuerza Quds y uno de los principales organizadores de las Unidades de Movilización Popular de Irak (UMP) para combatir al ISIS.

Javad Jahani, también conocido como Hosnavi, se desempeñó como líder de una unidad de ataque. Los milicianos iraquíes bajo su mando liberaron Balad en la provincia Saladin en la primavera. Jassem Nouri liberó hace poco Dujail, otra ciudad en Saladin, mientras comandaba un contingente de paramilitares iraquíes de las UMP.

Algunos observadores son escépticos acerca de la capacidad de los comandantes iraníes de operar en Irak debido a problemas lingüísticos. Pero siete de los combatientes muertos fueron enterrados en la provincia de Khuzestan, en el sudoeste de Irán, que limita con Irak, dos en la provincia céntrica de Kermanshah y uno en Kurdistán, también sobre la frontera iraquí.

Esta sobre-representación estadística apenas es sorprendente: la mayoría de los iraníes de la mayoría árabe de Khuzestan son expertos en árabe, mientras que los nativos de Kurdistán y Kermanshah dominan diferentes dialectos kurdos, todos los cuales son especialmente útiles al comandar las fuerzas paramilitares en Irak.

Las 27 bajas en combate de Irán en Irak y la limitada participación militar no deben ser interpretadas como una señal de interés iraní disminuido en esa campaña. Un patrón de despliegue diferente al implementado en Siria refleja las necesidades del gobierno iraquí, las cuales son muy diferentes a las del régimen en Damasco.

Sin embargo, así como en Siria, el régimen en Teherán está buscando una solución militar a los problemas políticos, un enfoque que prolonga en vez de acortar las crisis en ambos países.

 

Fuente: The Arab Weekly

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México