Cada día que pasa se conocen más detalles del terrible mercado sexual creado por el Estado Islámico en Irak, donde las mujeres cristianas y yazidíes son vendidas como esclavas al mejor postor. Muchas de estas cautivas, que tras muchos meses de horror han logrado escapar de las garras de los yihadistas, se han decidido a contar su historia al mundo entero.

Violada Irak

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO DE MÉXICO – A Janin la secuestraron en Irak y pasó a formar parte del mercado de la vergüenza: allí los yihadistas compran y venden esclavas a su antojo.

Janin, de apenas 18 años, es una de ellas. En su libro “Esclava de Daesh” cuenta como fue secuestrada en 2014 y durante tres meses estuvo presa en varias cárceles y casas del Estado Islámico. Al llegar a Mosul, la joven fue llevada a una enorme mansión, donde decenas de mujeres estaban recluidas en la entrada: “Los combatientes circularon entre nosotros, riéndose ruidosamente y dándonos pellizcos en la espalda”, explica Janin.

Hasta no pasar aquellas puertas, Janin desconocía cual iba a ser su destino, pero al entrar lo empezó a comprender todo. Los hombres se paseaban entre los grupos de mujeres e incluso se quejaban de su aspecto: “Esta tiene los pecho muy grandes, yo busco una yazidí de ojos azules y piel pálida”, llegó a decir uno de los compradores, que aseguró que “esas son las mejores. Estoy dispuesto a pagar lo que sea”.

Las mujeres más guapas estaban reservadas para los muyahidines de mayor rango o “los ricos clientes que vienen del Golfo”. Janin tuvo que esperar unas semanas hasta que finalmente fue comprada por dos hombres: un antiguo policía y un imán. Pronto fue encerrada en una habitación junto a otras yazidíes, donde eran violadas y torturadas a diario.

“Nos torturaron, trataron de convertirnos a la fuerza. Si nos negábamos, nos golpeaban, nos encadenaban al aire libre al sol, nos obligaban a beber agua con ratones muertos. A veces amenazaron con torturarnos con electricidad”, recuerda la joven.

Para ella, los hombres que la compraron no son “siquiera humanos”: “Sólo piensa en la muerte, buscan venganza y toman drogas constantemente”, sentencia Janin, que pide a los países occidentales que tomen “cartas en el asunto” e intenten evitar este cautiverio a más jóvenes.

La yihad sexual a pleno funcionamiento

El Estado Islámico ha desarrollado un sistema de esclavitud sexual que incluye contratos de venta notariados por los tribunales islámicos dirigidos por los yihadistas. La práctica se ha convertido en una herramienta de reclutamiento para atraer a hombres de las sociedades musulmanas profundamente conservadores, donde el sexo ocasional es tabú.

Las víctimas de la trata, además de ser utilizadas para atraer a combatientes extranjeros, también sirven como forma de amenaza y provocación al enemigo. Se trata de una sofisticada red de trata de esclavas sexuales, en la que ya han caído en el último año unas 5.270 yazidíes, de las 3.144 siguen siendo objeto de depravaciones yihadistas.

Un creciente número de discusiones teológicas establecen directrices para la esclavitud, incluyendo un extenso manual difundido el mes pasado por el Comité para la Investigación Islámica. En repetidas ocasiones, el EI ha hecho hincapié en efectuar una lectura estrecha y selectiva del Corán, no sólo para justificar la violencia, sino también para elevar y celebrar cada violación sexual como algo espiritualmente beneficioso.

Fuente: La Gaceta / Arturo García

Edita: Silvia Schnessel para Enlace Judío México

https://www.enlacejudio.com/2015/10/11/mientras-me-violaban-debia-recitar-versos-del-coran/

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