El 9 de octubre, se llevó a cabo la inauguración de la boutique “Lev Le Lev”, una tienda de ropa “reciclada” que se encuentra en la Comunidad Bet El.

La inauguración fue sencilla, emotiva, salpicada de palabras de Torá, de reconocimientos y, especialmente, de emoción por todos los asistentes; sin duda alguna, todo lo que sale del corazón, llega al corazón.

ENRIQUE RIVERA PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO- Primero eran cuatro y hoy son once mujeres, jóvenes, atractivas, amas de casa, llenas de quehaceres y obligaciones, pero con un grado de compromiso que les permite hacer, todo, hasta embarcarse en Lev Le Lev. Aliki Elías, Lina Reimers, Lily Becker, Monique Goldberg, Miriam Anzarut, Shuly Schneeweiss, Sandy Grossman, Mireya Winiki, Vivian Troice, Dina Schejtman, Laura Margules, apoyadas por Nico. </strong>

Lina, la Presidenta de Lev le Lev, nos comenta como fue tomando forma una idea que llega hasta la inauguración de la Boutique:

“Empezó con una idea de querer ayudar, nos juntamos cuatro de las que hoy formamos Lev Le Lev. Hablamos con el rabino Leonel y empezamos a tomar unas clases de tradición y religión para ver cómo se llevaba a cabo la ayuda. No queríamos ayudar en otra fundación que ya existiera. El rabino nos contactó, después, con Hanne Chernovesky, y ella nos comentó que estaba trabajando para la Fundación y que tenía muchos proyectos donde podríamos ayudar. El que más nos interesó fue el relacionado con la ropa que llegaba a Bet-El y que no se sabía qué hacer con ella. Había que limpiarla, ordenarla, organizarla para poderla vender y sacar fondos para la fundación. De ahí surgió la idea de hacer una tienda, como Lev Le Lev. La idea ésta es que la gente venga a comprar, tanto para usar lo que otros no necesitan, como para poder comprar a precios más económicos”, comentó a Enlace Judío.

“Fue todo un reto hacer de un lugar muy chiquito, un lugar que se ve como cualquier lugar de un centro comercial. El otro reto ha sido trabajar en equipo: once mujeres, unas nos conocíamos y otras no. El trabajo en equipo ha sido un gran aprendizaje de podernos entender, poder llegar juntas a lo que queremos”.

“Hemos hecho mucha investigación y descubrimos que el comprar ropa usada ya no era lo de antes: un tabú. Que ya no tiene esa connotación, sino que va al tema de reciclar, reusar y que tu peso se estira mucho más”.

¿Por qué son voluntarias? 

Algo que aprendieron las voluntarias: el valor de poder ayudar a otros: “Al principio me daba “cosa” recibir ropa de gente que había muerto y tener que verla, colgarla, pero ahora entiendo que la ropa es ropa y si podemos ayudar a otros ¡adelante!”

Otra voluntaria relata: “Mi papá estuvo muy enfermo y estuvo en hospitales donde había gente muy enferma que no podía pagar una medicina o para el transporte para llegar a ese hospital, que no tenía para comer. Esos dos o tres meses que mi papá estuve internado sufrí al ver tanta necesidad y llegaba y lloraba en la casa. Le decía a mi esposo: es increíble la necesidad que hay, sobre todo en medicamentos y tratamientos, la gente se muere por esas carencias. Y él siempre me decía: ‘no te preocupes, ocúpate’. Cuando llega este grupo y me dan la oportunidad de pertenecer y de opinar acerca de qué parte del dinero, o de la ayuda a medicinas, ahí se encendió una chispa al decir: Ya encontré como ayudar”.

Las especialistas opinan

 ¿Qué es la moda?

“Es algo efímero, algo muy volátil. Antes la moda era más estática y duradera, hoy por hoy todo es muy rápido. Pero el que no esté de moda para mí, no quiere decir que para el otro no esté de moda. Porque también la moda cambia de estilo, ya no es sólo uno, cada quien puede tener el suyo”.

¿Qué es la Comunidad?

“Un lugar al que perteneces, que te da, que te acoge y te da, como persona, sentirte parte de y no aislado. Es algo para el futuro: si no perteneces a una comunidad, nosotros como judíos, vamos ir perdiendo el sentido de ser judíos, porque cada día nos hemos asimilado más en muchos ámbitos: algunos no son malos; pero en otros, si no perteneces a la comunidad, te pierdes.

La Comunidad te da una estabilidad. Es el único lugar donde no sientes que tienes que explicar por qué eres judío.

Es un lugar de pertenencia”.

“Yo creo que hoy por hoy, la gente piensa que la comunidad te tiene que dar y que tú no tienes que dar nada a nadie. Las cosas han cambiado: para pertenecer a una comunidad, tienes que trabajar para ella”.

Por otra parte, una más de estas mujeres de Lev Le Lev dice :”Yo creo que no ha cambiado porque las personas que formaron la comunidad, trabajaban para formarla. Yo creo que ha cambiado con nuestra generación. El trabajo comunitario en nuestra generación se ha devaluado muchísimo.

Algo que no cayeron en cuenta es que estas mujeres están retomando ese trabajo comunitario, esa compromiso con su comunidad y con el país”.

¿Por qué Lev Le Lev?

“Porque es un proyecto que empezó del corazón de todas, yo creo. Para seguir adelante, tiene que tener mucho corazón, mucha dedicación. Y, aunque todas trabajamos y hacemos cosas importantes, le dedicamos tiempo. Y, para hacer cosas por las cuales no te pagan, debes de hacerlo de corazón.

Algo que resaltar es que, aparte de ayudar a nuestra comunidad, también estamos ayudando a nuestro país, que les abrió la puerta a nuestros abuelos. También hemos ayudado a orfanatos y apoya a al Grupo Cadena, con ropa. También hemos hecho mancuerna con Tam. No sólo es ayudarnos entre nosotros, sino también a México”.