Irán se vuelve más beligerante a raíz del acuerdo nuclear.

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AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El Presidente Barack Obama y sus admiradores de la política exterior -un lote menguante- esperaban que el acuerdo nuclear haría a Irán más abierto a la cooperación en el Medio Oriente y con Estados Unidos. Den esto de baja como otro caso en el que el mundo está decepcionando al presidente estadounidense.

El poder judicial de Irán el lunes anunció que Jason Rezaian, el corresponsal del Washington Post en Teherán, ha sido condenado. El estaba en juicio por “espionaje.” Las fuerzas de seguridad arrestaron al Sr. Rezaian y su esposa, la periodista Yeganeh Salehi, en julio del 2014. La Sra. Salehi fue liberada más tarde, pero el régimen ha mantenido al Sr. Rezaian “en un agujero negro durante 14 meses”, como nos contó su hermano Ali. Al Sr. Rezaian, un ciudadano estadounidense, le han sido negados incluso los derechos básicos que el régimen a veces permite a los prisioneros políticos, incluyendo fianza y llamados telefónicos.

La oportunidad de la condena no escapará a los estudiantes de historia. El viernes fue el día 444 de si cautiverio. Ese fue el número de días que los diplomáticos estadounidenses en Irán pasaron como rehenes luego de la Revolución Islámica de 1979. La condena del Sr. Rezaian tres días después es el equivalente de los mullahs a enviar un pescado podrido a un adversario.

El hermano del Sr. Rezaian nos dijo también que “Quisiera que el gobierno estadounidense diga [sobre la detención de Jason]: Este tipo de comportamiento tiene consecuencias. Hasta ahora este no ha tenido ninguna consecuencia. ¿Cuáles han sido las consecuencias? No les ha impedido obtener su acuerdo nuclear. Y no les ha impedido obtener quinientos millones de dólares en alivio de las sanciones desde que comenzamos a hablar con ellos.”

El poder judicial de Irán responde al Líder Supremo Ali Khamenei, quien la semana pasada emitió un edicto prohibiendo cualquier conversación con Washington. Los partidarios del acuerdo con Irán es seguro que culpen al Sr. Khamenei y su facción de línea dura por el caso Rezaian y la permanente postura anti-estadounidense del régimen. El Presidente Hassan Rouhani y el Ministro del Exterior Javad Zarif, dicen los partidarios del acuerdo, no comparten la visión del Sr. Khamenei de Estados Unidos y el Gran Satán.

Tal vez. Pero en una teocracia liderada por un hombre que gobierna como el vicegerente del Todopoderoso sobre la Tierra, las opiniones de los Sres. Rouhani y Zarif cuentan poco. Eso es doblemente así en lo que respecta al programa de armas de Irán. Allí, también, Teherán ya está desafiando a los Estados Unidos y renegando de los compromisos serios.

El domingo el régimen probó un nuevo misil balístico guiado de largo alcance cuyo nombre en código es Emad (Pilar), en violación del acuerdo nuclear. La Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU -que fue aprobada poco después del acuerdo para armonizar sus provisiones con el derecho internacional- prohíbe a Irán conducir trabajos en misiles balísticos durante ocho años.

Pero los mullahs no son más que impacientes, y la República Islámica ya ha dejado en claro que no tiene intención de acatar las provisiones de la Resolución 2231 que le repugnan. Dando testimonio ante el Senado durante el verano, el Secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, prometió repetidamente sancionar si Irán engañaba con respecto a los misiles. Bueno, aquí hay un caso de prueba anticipada, Sr. Secretario.
El resultado más probable es que el gobierno de Obama encontrará una forma de explicar que la prueba del misil no viola el acuerdo nuclear que el Sr. Obama considera un logro coronador. Mientras tanto, el gobierno de Irán tendrá depositados u$s150 mil millones que puede desplegar para respaldar a sus milicias satélites en el Medio Oriente. Agreguen la nueva ofensiva de Irán y Rusia en Siria, y Teherán parecería haber tomado el acuerdo nuclear como una señal que ahora puede hacer lo que sea que quiera sin consecuencias.

Fuente: The Wall Street Journal- Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México