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DANIA BARUHOVICH PARA  AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Del 20 al 22 de octubre fue llevado a cabo el Congreso Sionista Mundial ( WZO) en Jerusalem, Israel. Yo tuve el privilegio de asistir  como invitada especial del Partido Político “ Meretz”. Al llegar, tuve el honor de ver al primer ministro Benjamín Netanyahu. Aunque todos los que estaban a mi alrededor no fueron persuadidos por el discurso, para mí, ver al primer ministro, fue una experiencia muy enriquecedora.

Le siguieron diferentes platicas presentadas por personajes importantes como el Sr. Itzjak Herzog (Jefe de la oposición), Zeev Elkin (Ministro de absorción), Nathan Sharansky (Presidente de la agencia judía para Israel), Moshe Yaalon (Ministro de defensa de Israel), etc.

Durante el Congreso me llamó la atención  la cantidad de detalles e información que desconocía.

Una de las platicas que más me interesó fue la de antisemitismo, la cual fue muy interesante, porque me hizo darme cuenta que existen comunidades judías en el mundo, que yo desconocía. Un ejemplo, es la comunidad Judía Sueca, que cuenta con más de 10,000 integrantes y que se cree que como es un país muy ateo, en un par de años el número de integrantes judíos en esa comunidad decline hasta casi desaparecer. En esa plática se hablaron de varias ideas que tienen los presentadores y como nosotros podemos contribuir a llevar a cabo esos proyectos.

Un problema que resaltaron muchas veces durante todo el congreso fue que es mucho más peligrosa la asimilación que el antisemitismo para la comunidad mundial judía.

También tuvimos una actividad muy interesante, la cual fue dividida en 3, estos fueron America Latina, Europa y Australia y América del Norte. Yo, como latinoamericana, tuve la oportunidad de sentarme con aproximadamente 50 personas de diferentes países como Chile, Brasil, Panama, Uruguay, etc, para compartir cómo es la situación para la judíos en nuestros respectivos países. Fue una experiencia muy provechosa, ya que pude conocer de primera mano la situación de las diferentes comunidades y movimientos juveniles de mi continente.

A veces siento que en mi país vivo solo concentrada en lo que sucede ahí y en mi comunidad y que no le prestamos atención a las diferentes comunidades que nos rodean.

Los días anteriores al Congreso Sionista asistí al Congreso Mundial de Meretz para escuchar sus propuestas de futuros proyectos, que eventualmente fueron expuestas en el WZO. Al terminar ese periodo de días tan enriquecedores y exhaustivos, me di cuenta que mi conocimiento con respecto a varios temas, principalmente la política israelí, había incrementado.

Cuando llegué a Israel, hace un mes, tenía cierta idea de cuál era la situación actual del país, pero después de escuchar tantas conferencias, noticias, opiniones personales y profesionales, mi posición sobre ese tema cambió y aunque no sé exactamente cuál es o en qué lado se encuentra (si de izquierda o derecha), sé que no es la misma que antes de venir aquí. Después de mucha confusión y choques de ideas creo que ahora tengo mucho más material e información para pensar, analizar y sacar mis propias conclusiones

Asimismo, me di cuenta que, aunque todos tenemos la esperanza de resolver este conflicto, ya sea entregando tierra o quedándonos con todo, no creo que sea posible aún. Esto lo digo porque al estar sentada en la sala de conferencia en el Congreso Sionista, al momento de ser las votaciones de las proposiciones que iban a ser puestas en moción, me di cuenta de que para arreglar un problema exterior, tenemos que primero arreglar los problemas interiores. Esto lo digo porque cada que había un proposición que ganaban los de izquierda, los de derecha violentamente reclamaban y viceversa. Esa falta de tolerancia entre unos y otros fue enfermiza para mí, porque cómo es posible que queramos paz con otro pueblo si entre nosotros mismos no existe ese respeto y tolerancia necesaria para una convivencia sana.

Igualmente, y con una gran decepción, me di cuenta de que a lo largo de mi educación por escuelas judías o de asistencias a eventos comunitarios, yo, como joven judía mexicana, nunca tuve educación sobre política israelí y todos los beneficios y/o desventajas de ésta.  Al llegar no tenía una propuesta clara , ya que mi conocimiento en el tema era escaso.  Sabía a grandes rasgos por lo que había oído en la tele o por lo que se platicaba en las comidas de Shabat, pero nunca tuve una educación formal sobre ésta, como varios de los compañeros con los que asistí al Congreso, como los americanos o europeos.

Finalmente, al acabar el congreso, sentí un alivio y una gran felicidad, ya que fue un evento icónico y en mi vida hizo un gran cambio. Fue un despertar de todas las cosas sin fundamentos que vagamente conocía para sumergirme en un mundo de conocimiento e intelecto político. Ahora me siento mucho más segura para opinar y tener conversaciones creativas con respecto a una vasta cantidad de temas discutidos en el congreso.

Espero, que en 5 años que sea el próximo congreso,  tenga la oportunidad de asistir nuevamente y ver las cosas con otros ojos, con más experiencia y conocimiento.