El  gobierno francés  ha emitido un cartel diseñado para preparar a sus ciudadanos contra los ataques terroristas. Se insta a: “escapar, esconderse, alerta”.

Torres gemelas

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – La  ciudad de Houston  ha emitido un  vídeo que trata del mismo tema. También asesora a los ciudadanos a escapar o esconderse. Pero incluye un tercer imperativo: “Escapar. Esconderse. Luchar. “En una escena, un empelado coge un extintor, otro agarra una silla, y otros dos sostienen un cinturón y una taza de café. Cuando el agresor intenta entrar, los empleados atacan. El vídeo se congela y el narrador entona: “Como último recurso, si su vida está en riesgo, si está solo o trabaja en grupo, luche! Actúe con agresividad. Improvise armas. Propóngase tumbar al agresor, pase lo que pase“.

La diferencia entre los dos enfoques quedó en evidencia en agosto pasado durante el ataque de tren Thalys en Europa.  Tres pasajeros estadounidenses se levantaron y dominaron al hombre armado. La  tripulación del tren francés se encerró en la sala de máquinas. Los estadounidenses fueron aclamados como héroes, y la tripulación francesa criticada como cobardes. Pero simplemente estaban siguiendo diferentes enfoques.

Luchar no siempre es realista. En San Bernardino, dos asesinos armados con armas semiautomáticas entraron en una sala de conferencias. De los 100 asistentes, mataron o hirieron a 35. El ataque duró dos minutos. Luchar en esas circunstancias no era una opción.

Pero a veces la resistencia es posible. En el  ataque a la sala de conciertos Bataclan  en París, tres hombres armados entraron en un lugar lleno total con capacidad para 1.500 personas. La proporción de víctimas potenciales para los atacantes era de más de 500 a 1. Durante dos horas, los asesinos dispararon, hicieron una pausa, y volvieron a cargar. Los sobrevivientes los describieron como “tranquilos“. Ofrecer resistencia impulsados por el mero peso de los números pudo haber sido posible.

En lugar de simplemente encender velas y celebrar sesiones de oración, ¿por qué no también explorar si el público debe tener en cuenta la resistencia física como respuesta a los ataques terroristas?

En algunas sociedades, se espera que luchen. En Israel, dada la formación militar casi universal y el predominio de armas, muchos, si no la mayoría de los ataques terroristas son detenidos por  civiles. Ningún terrorista que ataque un objetivo israelí espera tener todo el tiempo para recargar con calma como hicieron los asesinos en la sala de conciertos Bataclan. Por el contrario, saben que van a morir poco después de comenzar su ataque.

El enfoque israelí es una cuestión de mentalidad. Al igual que la nación espera luchar sus guerras por su cuenta, los ciudadanos israelíes esperan combatir a los terroristas por su cuenta, sin la ayuda inmediata de las autoridades.

No es casualidad que la primera víctima del 11/9 fuera  Danny Lewin, un israelí nacido en Estados Unidos a bordo del vuelo 11 de American. Lewin trató de detener a los secuestradores. Le cortaron el cuello. Pero murió luchando, no pasivo. Así lo hicieron los pasajeros en el Vuelo 93 de United. Habiendo escuchado conversaciones de teléfonos celulares de los aviones volados en el World Trade Center y el Pentágono antes esa mañana, irrumpieron en la cabina del piloto y obligaron al avión a estrellarse en un campo vacío en Pennsylvania.

Honramos a los hombres como Danny Lewin y los pasajeros del vuelo 93 de United, pero sus acciones no fueron más que machismo. Teniendo en cuenta sus circunstancias, actuaron racionalmente. Lewin, un genio de las matemáticas, co-fundó  Akami Tecnologías. Tal vez decidió luchar porque entend que era el único camino lógico.

Tres días después del ataque de San Bernardino, un hombre acuchilló a dos pasajeros en  el metro de Londres. Más ataques y más asesinatos en masa, son casi seguros. Ante esta sombría perspectiva, tres medidas parecen lógicas.

En primer lugar, como sociedad, debemos reconocer la resistencia como una posible respuesta a un ataque terrorista. Eso significa formar a los ciudadanos comunes. Significa enseñar a los empleados docentes y estudiantes, a los asistentes a un concierto y los comensales, a unirse y organizarse, y cómo fabricar armas con cualquier objeto que tengan a mano.

En segundo lugar, debemos reconocer que la responsabilidad de proteger a la ciudadanía recae sobre los propios ciudadanos, al menos inicialmente. La policía no puede estar en todas partes en todo momento. Nosotros, el pueblo somos los objetivos de esta guerra, y las personas tienen el deber cívico de aprender a protegerse.

En tercer lugar, y por último, nosotros como sociedad debemos honrar y ennoblecer a los que ofrecen resistencia, tanto si sobreviven como si no. Los héroes elevan a la gente común. Aprender de los actos heroicos nos anima a creer que somos capaces de actos heroicos nosotros mismos. Además de formación, además de reconocer nuestra responsabilidad de protegernos, necesitaremos coraje en los próximos días. Tener héroes para admirar es una manera de generar ese valor.

Fuente: The Algemeiner / Lawrence J. Siskind

Traduce y edita: Silvia Schnessel para Enlace Judío México

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