1363944

EDUARDO HADJES NAVARRO PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Queridos amigos, lo único que le faltaba a Israel, era que Abu Bakr al Bagdadi, amenazara con destruir Israel. Son tantos y tan peligrosos como el EI los que han efectuado la misma amenaza, que una más, no creo que altere mayormente la seguridad del único Estado democrático del Medio Oriente.

¿Creen ustedes que este nuevo peligro que se cierne sobre Israel, pueda cambiar la apreciación del mundo democrático, en cuanto a su seguridad y la necesidad de ayudarlo en su protección, así como el resto de las naciones que tratan de protegerse entre ellos?

Creo que la respuesta es un tajante NO. Incluso, no me sorprendería que muchos “grandes estadistas” de “países democráticos” estuvieran pensando cómo colaborar con el ISIS, de manera que pudiera llevar a cabo su amenaza, no comprendiendo que es justamente Israel, el gran freno para la total islamización del continente europeo y luego, el resto del mundo.

Después de un prolongado período de silencio, Bagdadi volvió a llamar la atención, anunciando que van felices y orgullosos en su camino a conquistar el mundo entero a la islamización, recordando que ellos, por ningún motivo, se olvidarán de los palestinos, ya que Israel sucumbirá frente a su poder.

Es increíble que, pese a los múltiples anuncios de conquistar al mundo entero, efectuado por éste y otros dirigentes islamistas, ninguno de los múltiples países no musulmanes, tomen en serio tan feroz amenaza.

Gobernantes, caudillos y dirigentes musulmanes, han reiterado hasta el cansancio, que sus intenciones son lograr llevar a Alá, su dios, como el dueño de todo el planeta. ¿Qué estaría impidiendo la concreción de tan aterrador anuncio? Desde luego y felizmente, tenemos las discrepancias entre sus propias facciones. Sabemos el odio intrínseco que se arrastra por más de mil años, entre sunitas y chiitas, con el agregado de sus propios subgrupos. Cada uno de sus dirigentes máximos, dotados todos de un fanatismo indescriptible, están convencidos que sólo ellos y nada más que ellos, son los únicos poseedores de la verdad absoluta, intransable, salvo que ellos mismos, decidan cambiar alguno de los preceptos de sus antecesores, de manera de acomodarlos a sus propias creencias y/o conveniencias.

Igualmente, tenemos que, para lograr tan macabro objetivo, deben efectuar conquistas militares para las cuales no están preparados. Frente a este gran problema, ya hemos tenido dirigentes musulmanes que han anunciado una nueva estrategia, que es la conquista de Eurabia, para nosotros aún Europa, por medios pacíficos, no con invasiones violentas, sino con migraciones pacíficas, pero ininterrumpidas, contando con la fertilidad desatada de los hogares musulmanes, en contra de la cada vez más escasa reproducción europea, jugando 6 o más hijos por familia de ellos, contra menos de 2 como promedio, por parte de los europeos.

Así, al cabo de no más de dos generaciones, ellos serán mayoría y, donde eso se dé, simplemente se impondrán sin que nada ni nadie pueda frenarlos.

Mientras tanto, siendo aún una notoria minoría, van imponiendo sus propias condiciones, llevando a los dueños de casa a adoptar parte de sus costumbres, en vez de ellos asimilarse y aceptar las tradiciones de las naciones que los van cobijando.

Por desgracia para los europeos, sus gobernantes están tan preocupados en ver posibles transgresiones por parte de Israel, para ser inmediatamente condenados por cuanto organismo internacional imaginable sea habido, que no están valorando debidamente el peligro que sobre su propia identidad, se está manifestando cada día con más fuerza, al punto que ya en muchos lugares se ha transformado en algo irreversible y sin marcha atrás. Todo esto, se verá ampliamente favorecido por la ola migratoria actual, la que, bajo el manto de la solidaridad y conceptos humanitarios, está infiltrando las huestes de refugiados con yihadistas debidamente adiestrados, los cuales, sin mayores esfuerzos, darán pasos acelerados en pro del objetivo tan anunciado de transformar Europa en un continente musulmán, en que los que no acepten las nuevas condiciones serán asesinados o deberán abandonar sus hogares o, como última instancia, pagar grandes tributos para poder seguir viviendo en sus tierras ancestrales.

Esto, que al lector podrá parecer una exageración impensable, es lo largamente anunciado por muchos fanáticos dirigentes islamistas, los cuales aún no logran llegar a ello, lo que no quiere decir que en algún momento, estén renunciando a tan macabro propósito.

Israel ha vivido, progresado y logrado alcanzar metas no igualadas por otras naciones, pese a haber estado, desde su nacimiento mismo, sometido a amenazas e intentos de ser aniquilado y borrado del mapa por parte de sus vecinos. Nada de ello, ni las amenazas, ni los cobardes ataques asesinos, han logrado frenar su crecimiento, en absolutamente la totalidad de aspectos imaginables. No será la amenaza de Bagdadi lo que ahora lo pare. Sin discusión, será un nuevo problema, lo que implicará reforzar aún más, si es posible, las rigurosas medidas de seguridad en que permanentemente ha tenido que vivir.

La pérfida brutalidad demostrada por Hamás no es muy diferente a la del EI. La única y gran diferencia ha sido que mientras estos últimos atacan a Irak, Siria, Francia y EE.UU, los primeros sólo se dedican a tratar de matar israelíes, por lo que salvo Israel, no es problema de los demás. Hasta ahora, pese a las condenas y repudio del mundo, Israel ha logrado no sólo sobrevivir, sino que, como ya lo dijimos antes, ha progresado y logrado llevar una vida “normal” incluido el trauma de tener que estar preparados para correr al refugio más cercano cada vez que suene la alarma de ataque enemigo. No creo que otro país, en la historia de la humanidad, haya debido vivir bajo tal tensión, pero ello, también forma parte de la “normalidad” del vivir de los israelíes.

Hoy, nos enfrentamos a una dualidad realmente incomprensible. Mientras el supuestamente mundo civilizado se enfrenta y no sabe cómo defenderse adecuadamente del peligro del atentado terrorista, no logra comprender que eso, es lo mismo que está viviendo el israelí y, en vez de comprenderlo, respaldarlo y aprender de él, tercamente sigue empeñado en condenarlo, por el grave e imperdonable delito de hacer frente a los terroristas de Hamás, lo mismo que ellos están tratando de hacer frente al terrorismo de ISIS y otros grupúsculos terroristas.

¿Qué necesita Occidente para comprender que ese doble estándar, podrá significar su gran derrota?  ¿Logrará comprender antes que sea tarde, que en la actualidad, Israel es el gran tapón que está impidiendo el arrollador avance islamista que los puede derrotar implacablemente mientras lo siguen tratando como el enemigo al cual hay que demonizar hasta límites vergonzosos para su propia dignidad de gente civilizada?

Si Bagdadi comete el grave error de atacar a Israel se encontrará con un pueblo acostumbrado a aceptar los grandes desafíos, sin importar la magnitud de los mismos, el cual, sin lugar a dudas, sabrá defenderse ya que en ello irá su propia subsistencia, por lo que no se deberá enfrentar  a discursos y conferencias, sino que a un ejército experimentado en salvar la vida de sus ciudadanos y, por muy cínicas que sean las resoluciones de los organismos internacionales, nadie podrá condenarlo o frenarlo y, si alguno se atreviera a hacerlo,  Israel no se detendrá en su sagrada misión de salvar la integridad territorial y la vida de sus habitantes.

David ben Jaim