Saudi-Iran_10.24.14

EDUARDO HADJES NAVARRO PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Queridos amigos, aún no terminamos de acomodar nuestras mentes al 2016, cuando dos importantes acontecimientos nos llaman  a reflexionar y a esperar lo que vendrá, antes de poder formarnos una idea cabal de ello y, menos aún, pretender sacar conclusiones, por lo que los invito a analizar los datos que obran en nuestro poder, tratando de seguir su desarrollo con mucha atención.

Saudi Arabia e Irán, rompen relaciones

Las disculpas para este enfrentamiento, por el momento sólo de declaraciones, reproches y acusaciones mutuas, se dan a partir de la ejecución del clérigo chiita Nimr Baqer al Nimr, por parte de la monarquía sunita saudí y la toma, destrucción y quema de la Embajada  de ésta, por parte de extremistas iraníes, los cuales no dudan en celebrar y promover asesinatos sin miramiento alguno, con la única condición de  que las víctimas, no sean chiitas afines a la tendencia de ellos.

Sabemos que ambos países están regidos por teocracias fanáticas, una bajo un régimen real y el otro, una seudo democracia, donde se elige periódicamente, un Presidente previamente aprobado por el Ayatola de turno, líder absoluto y vitalicio, quien es poseedor real del poder absoluto y, lo más grave, también de la verdad absoluta.

En ambos países, es algo totalmente cotidiano la ejecución de civiles, tanto nacionales como extranjeros, por los más diversos motivos, sin que nadie se inmute, dado la cotidianeidad de tales ajusticiamientos. Entonces ¿Por qué tanto escándalo y trascendencia, frente a esta ejecución?

En primer lugar, se trata de un líder afín al régimen del Ayatola, que  llevaba cerca de dos años detenido, por haber tenido la osadía de protestar por actitudes de las autoridades  saudíes, sabiendo que el Rey, al igual que el Ayatola iraní, son todo poderosos y sus determinaciones, son inapelables e indiscutidas.

Desde la revolución islámica que derrocó al Sha, Irán ha tratado por todos los medios a su alcance, de proyectar su influencia en su entorno, pese a saber que los chiitas son una minoría entre los musulmanes, no más del 20%, con el agravante de estar rodeado de vecinos árabes, siendo ellos de origen persa.

Las ambiciones de predominio en el mundo musulmán, lo ha llevado a respaldar sin reparos ni disimulos, a movimientos terroristas y gobiernos dictatoriales, a los cuales, aprovechándose de la suculenta avalancha de dólares, producto del alto precio del petróleo, los abasteció abundantemente de armas y dólares, logrando comprar a los más  sádicos asesinos de la época.

Esa misma cuantía monetaria, lo llevó a embarcarse en un plan nuclear que, en la práctica, le permitió instalar miles de plantas centrifugadoras, lo que aleja de toda lógica, los supuestos planes pacíficos de dicha carrera en busca de ingresar al grupo de potencias con poder nuclear.

Finalmente, y luego de un prolongado y vano clamar de Israel haciendo ver el peligro de un Irán con poder atómico, el mundo abrió sus ojos y comprendió el peligro que representaba para los intereses de la mayoría de ellos, que estos fanáticos protectores del terrorismo internacional, lograran su ambición  nuclear, lo que los llevó a adoptar medidas políticas carentes de sentido y efecto, para pasar luego a restricciones económicas, las cuales sí dañaron al gigante iraní. A esto, se agregó el derrumbe del precio del petróleo, lo cual lo debilitó notablemente, permitiéndole a su eterno rival, Arabia Saudita, tomarle una enorme ventaja, en todo, salvo en el campo  nuclear.

Luego de largas conversaciones, el grupo de los 5+1, le tendieron una mano salvadora, llegando a un pacto de no proliferación nuclear, en que el único ganador, fue Irán. Con la liberación de miles de millones de dólares, retenidos alrededor del mundo, nuevamente estuvo en condiciones de fortalecer y ampliar su influencia en un lugar tan convulsionado como es Medio Oriente y África del Norte, llegándole la ejecución de Nimr como anillo al dedo.

Saudi Arabia, durante muchos años y también gracias a sus cuantiosas reservas petroleras, fue sin discusión, la gran potencia árabe. Con una casa real tiranizando a sus súbditos, con la disculpa de ordenanzas religiosas, campeó en Medio Oriente, lo que lo llevó a mirar con muy malos ojos, el surgimiento de Irán como un peligroso competidor.

El que Irán se transformara en una potencia nuclear, le creaba un escoyo que no podía soportar. Teniendo su propia red de gobiernos y grupos terroristas, incondicionalmente a sus órdenes, no podía permitir ser desplazado por los iraníes, que por añadidura, son chiíes.

Sabemos que el conflicto entre chiíes y suníes es, en el fondo, un problema artificial, ya que en sus orígenes, fue producto de ambiciones personales por la sucesión de Mahoma, quedando la parte religiosa, marginada del problema. Luego de 1.300 años, la discrepancia ha adquirido características insalvables, lo que hace un entendimiento, una utopía inalcanzable.

Por el momento, podemos concluir que una ejecución, una práctica común y permanente en ambos gobiernos, ha llevado a una situación en extremo peligrosa y aún es muy pronto para ver hasta donde permitirán ambos gobiernos, que ello llegue. Las verdaderas causas son de tal prioridad para ambos, que sólo nos queda esperar que sea lo mejor o menos grave, su desenlace final.

Turquía y su repentino amor por Israel

Desde su creación, en 1948, Israel tuvo muy buenas relaciones con Turquía, una nación mayoritariamente musulmana, pero democrática, con un gobierno laico, en que el Estado y la religión, estaban total y realmente separados.

Con la llegada de Erdogan al poder, primero como Primer Ministro y luego como Presidente, se produce un cambio radical, al ser éste, un musulmán extremista en su corazón y liberal sólo en sus inicios políticos.

Con estos antecedentes, se comprende que muy pronto Erdogan se va alejando de su ex aliado, Israel, hasta llegar a un plano de franca enemistad. Turquía, teniendo parte de su territorio en Europa, se encuentra ligado a ella, por tratados y conveniencias que no detallaremos en el presente comentario, por ser ampliamente sabidas.

Su vecina Siria, se encuentra en una sangrienta guerra civil desde hace 3 años. Chiíes, sunitas, yihadistas, terroristas y una madeja imposible de desenredar, se ha apoderado de su territorio. Turquía se ha visto favorecida en muchos aspectos, ante la anarquía reinante en su vecino.

Por mencionar algunos de estos factores, sabemos que es el puente que permite armar a los más variados grupos que luchan a muerte en el lugar. Deja pasar impunemente a occidentales que van a unirse al EI, su supuesto enemigo, al cual, de paso, le compra el petróleo extraído de los pozos sirios en su poder, pagando valores muy inferiores a los reales, dado el embargo que pesa sobre dicho producto.

Pese a sus relaciones con Occidente, depende energéticamente de Rusia, con quien tiene excelentes relaciones comerciales. Rusia, en su intento por reconquistar su condición de Gran Potencia, decide intervenir directamente en Siria y, contrario a Occidente, defiende y respalda al tirano Al Assad.

En uno de sus tantos bombardeos a los grupos rebeldes contrarios al gobierno sirio, uno de sus aviones vuela por territorio turco, por 17 segundos. Erdogan, en un acto de demagogia incomprensible, derriba al avión ruso, lo que provoca la ira de Putín.

Erdogan olvidó que depende del gas natural que Rusia le proporciona y que ahora, comprende que pronto dejará de fluir en pleno invierno.

Pese a que el  mundo parece querer ignorar, Israel está produciendo cantidades increíbles de ese gas que Turquía va a necesitar como el agua al perdido en el desierto.

Erdogan se acuerda de Israel y declara muy pomposamente, que ambas naciones se necesitan mutuamente.

¿AMOR A PRIMERA VISTA?

El tiempo nos dirá en que magnitud y hasta cuándo durará.

 

David ben Jaim