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Arabia Saudita, Bahrein, Sudán, Djibuti y Somalia han cortado relaciones con Irán. Por otra parte, Kuwait, Qatar y Emiratos Árabes Unidos retiraron a sus embajadores del país persa y bajaron el nivel de relaciones, externando una fuerte protesta.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO- Lo anterior sucedió a pesar de reproches a los saudíes, por parte del Departamento de Estado de los EEUU y de la mayoría de la prensa occidental, por ejecutar a un clérigo chií radical. Debido a la ejecución de Nemer al-Nemer, los saudíes se arriesgaron a “exacerbar las tensiones sectarias en una época en que ellas necesitan ser reducidas en forma urgente”, según el portavoz del Departamento, John Kirby.¿Por qué este

EL ABANDONO DE LOS ESTADOS UNIDOS (WALL STREET JOURNAL)

“Bueno, ¿qué esperaban la administración y sus medios de comunicación aliados?” dice el Wall Street Journal. “Estados Unidos no escuchó a Arabia Saudita cuando ésta se opuso al acuerdo nuclear, lo que según los saudíes señala una inclinación estratégica estadounidense hacia Irán y sus aliados chiíes en el Medio Oriente”.

“Los sunitas ven a la administración dando marcha atrás en las sanciones contra Irán por probar misiles balísticos que pueden alcanzar Riad mucho antes de llegar a New York. Se sienten bajo amenaza por parte de un Irán liberado de las sanciones, y no creen que el Presidente Obama los defenderá en un conflicto. ¿Por qué deben prestar atención a Estados Unidos ahora?
Una división del Medio Oriente en bloques suní y chiíta es la consecuencia predecible de la estrategia del Sr. Obama de retirada de la región. Como en otras partes, los aliados de EEUU en el Medio Oriente harán lo que sientan que deben hacer para sobrevivir, sin importar la desaprobación estadounidense”. (Traducido por Marcela Lubzcanski)

LOS ESTADOS ÁRABES SUNITAS SE SIENTEN AMENAZADOS POR IRÁN (STRATFOR)

Por sí mismo, Arabia Saudita no es rival para Irán, mucho más grande y más poblado – y el fin de las sanciones occidentales sólo está impulsando la fuerza de Irán. Por ejemplo, el reino saudí tiene un ejército de 200.000 miembros en comparación con el iraní de 550.000. Y la industria de hidrocarburos de Arabia Saudita es origen de la gran mayoría de su economía.

Para poder confrontar a Irán, Arabia Saudita no tiene más remedio que formar alianzas.

UN ENEMIGO COMÚN PUEDE DISTRAER DE LOS PROBLEMAS ECONÓMICOS DEL REINO SAUDÍ Y AYUDAR A LOS RADICALES DE IRÁN (TIME)

En Arabia Saudí: Por primera vez en décadas, el reino saudita se encuentra dirigieron hacia un futuro financiero potencialmente precario. En julio de 2014, el precio del petróleo rondaba $ 115 por barril; hoy se ha caído por debajo de $ 40. Eso es un gran problema para un país que depende de las ventas de petróleo en un 80 por ciento de sus ingresos presupuestarios y en el 45 por ciento de su PIB. El 28 de diciembre, Riad anunció subsidios y recortes de gastos, al tiempo que se proyecta un déficit de $ 87 mil millones de dólares para el año 2016. Si bien no se implementarán exactamente políticas de “austeridad” en el sentido europeo del término, es un hecho alarmante para los ciudadanos saudíes, que dependen en gran medida del gobierno para tener una vida digna.

Es probable que el liderazgo saudí reconozca que un enemigo exterior común podría hacer maravillas para la solidaridad social en el bloque suní.

En Irán: Para la línea dura de Irán, la ejecución de Nimr no podría haber llegado en mejor momento. Los conservadores han estado en vilo desde que el acuerdo nuclear fue alcanzado este verano, por temor a que el acuerdo infecte el país con influencia occidental. Como las elecciones para el Parlamento y la Asamblea de Expertos se avecinan en el febrero- por primera vez en la historia se celebrarán de forma simultánea- la línea dura está en un aprieto, incapaz de hacer campaña en contra de un acuerdo que el 75 por ciento de los iraníes en general, apoyan y que proporcionará ingresos, crecimiento y empleo. El brote con Arabia Saudita les da contra quien luchar.

Sin embargo, un conflicto con Arabia Saudí es un dolor de cabeza para el presidente iraní, Hassan Rouhani. Rouhani ha atado su legado político para el acuerdo nuclear, e Irán está a un mes de ver los primeros resultados. Si todo va bien, Irán puede desbloquear casi $ 58 mil millones de dólares en activos congelados. Sólo una guerra podría evitar que las sanciones de Irán se levanten, e Irán trabajará duro para asegurarse de que eso no suceda.

EXISTEN CONFLICTOS FUERA DE LAS FRONTERAS DE AMBOS BLOQUES (BY PROXY)

En Yemen, los rebeldes Houthi, apoyados en parte por Irán, continuarán su asalto al gobierno, apoyado éste por Arabia Saudita. El problema se intensificará a medida que Irán intentará drenar más recursos saudíes, pues esta guerra le cuesta a Riad $ 200 millones de dólares al día.

En Siria, Irán continuará apoyando a Assad (1 a 2 mil millones de dólares al mes), y Arabia Saudita financiando rebeldes sunitas anti-Assad.

Proxies saudíes e iraníes en el Líbano tendrán aún menos incentivos para lograr un acuerdo sobre el liderazgo político libanés que los observadores internacionales habían estado esperando.

En Irak, el verdadero ganador será ISIS, pues los chiítas el gobierno continuarán a negarse en alistarse sunitas iraquíes para hacer frente al Estado terrorista.

Fuente: Time, Stratfor, Wall Street Journal