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Se llamaba Yishai, como el padre del Rey David. Era un soldado israelí oriundo de México.

Hace dos días, Rosales murió trágicamente en un ejercicio de entrenamiento militar.

Ayer, su padre dijo Kadish por él, arropado por miles de israelíes que agradecieron, con su presencia y sus rezos, la solidaridad del soldado venido de México.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO- Su familia invitó al público en general al funeral. A la 1.00 de la mañana, miles de personas acudieron a honrarlo al cementerio del Monte de los Olivos, donde Yishai acostumbraba repartir hojas con salmos, como lo atestigua Beto Achar:

“Durante la Marcha de la Vida, en el día de Yom Hazikaron en las afueras del cementerio de los soldados caídos,tuve la oportunidad de conocer a un jayal (soladado) que hizo aliyá.

Me dio curiosidad saber de donde era, así que platicando con el nos contó que era mexicano pero siempre le interesó el judaísmo y Eretz Israel, su labor ese día era entregar salmos para que jayalim que no tenían familiares o relativos en Israel puedan ser acompañados y alguien diga una plegaria en su nombre.

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Con mucho dolor en mi corazón les quisiera pedir que aunque no estemos en Israel le pidamos a D-os que su alma descanse en paz, el día de hoy Yishai fue enterrado en el mismo lugar donde lo conocí”.

A Yishai, siempre le gustó el judaísmo y se convirtió a esta religión. Pero, ¿cómo llegó Yishai a ser soldado del Ejército de Israel? Alberto Mazor, analista y escritor, lo explica:

“Entre 2000 y 2001 organicé en México, la aliá a Israel de gran parte de la familia Rosales. Ellos venían de Tlaxcala al DF para terminar el proceso de conversión al judaísmo. Yishai tenía entonces 7 años y corría junto a sus hermanitas por los pasillos de Acapulco 70, entraba a mi oficina, sonreía y buscaba solito los chocolates y la Coca Cola. Con el Rabino Abraham Palti le recomendamos a la familia el nombre Yishai. “Padre del Rey David”, dijo el Rabino. “De su casa llegará el Mesías”. Los padres aceptaron con felicidad. Pasaron los años. No me enteré que Yishai era teniente en la Jativá Kfir.¡Bendito seas Yishai! No se me borra tu tierna sonrisa y la blancura de tus dientes”.

Ayer, su padre dijo Kadish por él, arropado por miles de israelíes que agradecieron, con su presencia y sus rezos, la solidaridad del soldado venido de México.

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