ISRAEL – La ministra de Exteriores sueca, Margot Wallstrom, sabe una cosa o dos de la defensa de los derechos humanos, en particular cuando se trata de defender los derechos humanos de los terroristas palestinos que han atacado israelíes inocentes. Y Wallstrom parece estar especialmente indignada de que Israel no permitiera que el pistolero del pub de Tel Aviv Nashat Milhem saliera indemne. Esta semana, pidió una investigación internacional sobre si Israel ha llevado a cabo ejecuciones extrajudiciales de terroristas durante los últimos meses.

Margot Wallstrom1Por Smadar Bat Adam

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Wallstrom tiene una visión clara de cómo comportarse cuando se está bajo ataque – si alguien se te echa encima con un cuchillo, se supone que tienes que decir: “Uno, dos, tres, te he pillado!” y mágicamente el atacante desiste inmediatamente. A los ojos de Wallström, somos sólo niños jugando un partido amistoso de etiqueta.

De acuerdo con la perspectiva “académica” de Wallstrom, el derecho internacional sustituye al antiguo mandamiento que dice: “Si alguien viene a matarte, levántate y mátalo primero”. Para ella, esto es aún más cierto cuando la persona atacada es un israelí.

Los que quieren acusar a Wallstrom de antisemitismo tienen que recordar que el año pasado condenó a Arabia Saudita por la dura sentencia (10 años de prisión y 1.000 latigazos) que dio Arabia al blogger Raif Badawi, cuyo “delito” fue la publicación de escritos críticos del Islam.

En su favor, Wallstrom no se desanimó cuando Arabia Saudita respondió a su condena forzando la cancelación de un discurso sobre derechos humanos que había sido programada para dar a la Liga Árabe. Wallstrom se mantuvo en su crítica del sistema legal saudí, y el gobierno sueco incluso la respaldó no renovando un acuerdo de cooperación militar con Arabia Saudita.

Así que si Wallstrom y el gobierno sueco son consistentes, ¿quiénes somos nosotros para quejarnos de sus críticas a Israel? Bueno, sigamos con la historia de Arabia. Manteniéndose firmes, los saudíes retiraron a su embajador de Suecia, emitieron una condena de la interferencia de Suecia en el sistema legal saudí (que se basa en la ley islámica) y dejaron de conceder visados ​​a empresarios suecos. Los Estados del Golfo y la Organización de Cooperación Islámica se unieron a la fiesta, condenando a Suecia todos juntos.

El final de la historia, como en un cuento de hadas, implicó a un rey. Con Suecia enfrentada al peligro real de la economía, el rey sueco Carlos XVI Gustavo, cuya función constitucional es exclusivamente ceremonial, expresó públicamente su preocupación por el deterioro de las relaciones entre su país y Arabia Saudita. Llamó a Wallstrom a una reunión y más tarde envió una carta conciliatoria al rey saudí Salman.

Y así es como fueron las cosas. Wallstrom y el gobierno sueco posteriormente restaron importancia a la disputa con los saudíes. Suecia optó por los intereses económicos sobre los principios de derechos humanos, enseñándonos a todos una valiosa lección de lo que realmente importa a los suecos.

¿Habrá aprendido Wallstrom una lección de ese episodio? ¿Adquirió alguna modestia extra de aquello? ¿Se da cuenta de que no entiende cómo funcionan las cosas en Medio Oriente? La respuesta a todas estas preguntas es un rotundo no. Lo ha demostrado con su repetida, estúpida crítica de Israel. Hace apenas unas semanas, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia tuvo que explicar una declaración de Wallstrom en la que vinculaba los ataques terroristas de París a la “desesperación” palestina. A ver cómo explica el Ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia a Wallstrom esta vez.

Fuente: Israel Hayom Traduce y edita: Silvia Schnessel para Enlace Judío México

https://www.enlacejudio.com/2016/01/14/distorsiones-diplomaticas/

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